El responsable de la Pastoral Penitenciaria de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC), el obispo Jorge Serpa, reconoce la existencia de algunos presos políticos en la Isla, pero cree que fuera del país se confunde a menudo a delincuentes con prisioneros por motivos políticos.
"Sí tenemos casos de presos políticos, personas con largas condenas para las que he pedido -y no me cansaré de hacerlo-, como Iglesia, una revisión", afirma Serpa, obispo de la diócesis de Pinar del Río, en una entrevista publicada en la revista católica 'Palabra Nueva' en su última edición de diciembre. El prelado, que lleva siete años atendiendo la Pastoral Penitenciaria, señala que conoce casos de "personas cumpliendo 47 años de prisión" y que algunos de ellos "son políticos"."
"Sabemos que hay presos que cumplen su condena por inseguridad social, que es como se le llama ahora para definir un problema o una situación que termina siendo política", añade.
Esa afirmación contrasta con unas declaraciones del cardenal cubano Jaime Ortega, en una entrevista el 5 de junio dijo que en ese momento en Cuba no había presos políticos. Serpa matiza que "afuera (de Cuba) hay una efervescencia grande y confunden delincuentes con presos políticos".
En la primavera de 2010, la Iglesia Católica cubana inició un inédito diálogo con el Gobierno de la Isla que propició la excarcelación de 126 presos políticos, entre ellos, los que quedaban del 'Grupo de los 75', que fueron encarcelados durante la represión de lo que se conoció como la Primavera Negra del año 2003.
En septiembre pasado, poco antes de la visita del Papa Francisco a Cuba, el Gobierno presidido por Raúl Castro indultó a 3.522 presos, una medida que también había adoptado en ocasión de los anteriores viajes apostólicos realizados por Juan Pablo II, en enero de 1998, y Benedicto XVI, en marzo de 2012.
"La mayor parte de los presos que atendemos no tiene conciencia religiosa alguna. Yo, por ejemplo, atiendo un grupo de treinta, de ellos solo tres están bautizados. Pero esos treinta presos no cayeron del cielo, tiene que existir una motivación para que puedan recibir la asistencia de un sacerdote. He pedido miles de veces a las autoridades penales que me dejen llegar a una galera, hablarles a los presos desde una de ellas y ver qué pasa. Si dicen que la Pastoral Penitenciaria hace tanto bien en una cárcel, ¿por qué no me dejan platicarle a toda una galera? Mientras, continuamos haciendo lo que hasta ahora, charlar con el que llega a nosotros y a través de él extender la invitación a otros", indicó Serpa en la entrevista.
"Si tú miras el número de presos que hay y te detienes en las causas, las que abundan son cohecho, malversación, robo… Todo eso es producto de una sociedad que se tiene que revisar. Gústele a quien le guste y pésele a quien le pese. Y, por supuesto, una causa procesada por cohecho es difícil de manejar en juicio, debido a que están implicadas muchas personas que si bien tienen que ver con el hecho, no son culpables. Sin embargo, en ocasiones, pagan sentencias muy altas", indicó.
Sobre cómo definiría el sistema de justicia cubano, Serpa indicó que "está bien, estamos en una sociedad socialista, pero la misma sociedad socialista ha enseñado que el legislador debe, por encima de todo, buscar los medios para favorecer que nunca haya un delincuente y no tener que llegar a un castigo".