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Reconstrucción precaria

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Según un reporte del Observatorio de Valparaiso, a un año y ocho meses del gran incendio, dos tercios de las viviendas quemadas se han reconstruido, mayoritariamente por los propios damnificados.

El problema es que el 53% de estas viviendas son soluciones emergencia, ampliadas o mejoradas, y varias se localizan en campamentos que ardieron y volvieron a surgir.

Lo más grave es que se han vuelto a ignorar los factores de riesgo. El 62% de las viviendas se levantaron en lechos de quebradas o laderas con pendientes superiores a 80%, vulnerando la Ordenanza de Urbanismo y Construcciones, el Plan Regulador Metropolitano de Valparaíso y las alertas del Sernageomin.

Además volvieron a crecer los bosques pirogenos y están rodeando peligrosamente los cerros, sin los caminos requeridos para facilitar la acción de bomberos, siendo el principal avance la construcción de 18 estanques de agua.

Otro tema preocupante es el atraso en materia de infraestructura, ya que solo se ha gastado el 5% de los U$ 408 millones contemplados en el plan, y menos de la mitad de lo programado para los años 2014 y 2015.

Con estos resultados es evidente que la reconstrucción requiere un cambio de timón.

La primera prioridad es controlar los bosques, ya que en cualquier momento podría repetirse esa mezcla entre vientos fuertes, temperaturas altas y viviendas precarias, desatando otra tragedia.

En segundo lugar es necesario nombrar una autoridad que tome control del plan, defina prioridades y centralice las decisiones hoy dispersas en una decena de organismos públicos que operan con escasa coordinación.

Quedó claro que esta tarea no puede ser abordada por un "Delegado Presidencial". Se requiere una institución con potestad y liderazgo para tomar decisiones, aunque sean impopulares, como evitar que se sigan ocupando zonas de riesgo.

Por último es clave que la reconstrucción tenga la prioridad política que merece, ya que resulta impresentable que se discutan grandes reformas de "país desarrollado" en el Congreso, mientras que en los cerros cercanos miles de familias viven en un entorno de pobreza, con el riesgo de perder todo nuevamente.

Cabe recordar que luego del incendio se les prometió a ellos, y a los habitantes de Valparaíso, que esta tragedia sería una oportunidad para terminar con la segregación que afecta gran parte de los cerros.

Hasta ahora se ha avanzado poco en esta promesa, pero pensamos que aún es tiempo de cumplirla. En abril presentaremos un segundo reporte con propuestas para ello.

Observatorio de Valparaíso

Iván Poduje