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Propuesta de eliminar PSU abre debate sobre necesidad de modificar el sistema de medición

REGIÓN. Parlamentarios difieren en varios puntos, pero coinciden en que debe existir un mecanismo más integral.
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Paola Passig

Hace casi dos años fue la "retroexcavadora", un concepto que sigue penando en el debate político. Hoy el senador y presidente del PPD Jaime Quintana -a raíz de los resultados que muestran una brecha entre los colegios públicos y privados- volvió a sorprender al proponer eliminar la PSU, en el marco del debate que se aproxima con la reforma. La prueba de selección cumplió 12 años reemplazando a la PAA, que se usó entre 1966 y 2002, y ésta a su vez al legendario "bachillerato".

Entre los parlamentarios de la región si bien no hay unanimidad frente a la posibilidad de eliminar el sistema creado el 2003, todos coinciden en un punto: debe existir un mecanismo.

Así, para el senador Ignacio Walker (DC) eliminar la PSU es "el viejo cuento de romper el termómetro. Mala idea". Por eso su opción es "perfeccionar la PSU, pero no eliminarla; hay que combinarla con notas de educación media, ranking y propedéutico (nivelación), pero en ningún caso eliminarla. Todo los países desarrollados del mundo tienen un sistema de selección para ingresar a la universidad".

Desde la UDI, la diputada y expresidenta de la Comisión de Educación, María José Hoffmann, señala que "quienes no han hecho nada por mejorar la educación hoy quieren eliminar la PSU. Es como si el problema fuera el receptor". En su opinión, "la PSU es sólo el termómetro de la falta de calidad de nuestra educación escolar", agregando que "sí soy partidaria de flexibilizar los sistemas de admisión, para que la PSU sea parte de un conjunto de habilidades y competencias que se puedan abrir a otros talentos".

Error garrafal

En Amplitud, su presidente, el diputado Joaquín Godoy, sostiene que "cuando alguien propone eliminar el instrumento de medición, lo que quiere eliminar es cualquier condición para poder evaluar cómo estamos. Y creo que hacer eso sería un error garrafal".

"Lo que uno espera de los políticos es ver cómo mejoramos la calidad de la educación para que nos vaya bien en las mediciones, pero no eliminar la medición", subraya.

Recalca que lo que comparten todos los modelos del mundo, "desde el finlandés hasta el taiwanés o el de Singapur, que son extraordinarios, es tener mediciones permanentes. Estos sistema tienen muchas diferencias, pero lo único que comparten es que tienen sistemas de evaluación. Lo que está diciendo Quintana es intentar ponernos a todos los chilenos una venda en los ojos para no saber cuál es el resultado de nuestros niños y no tener con qué comparar. Siento yo que es destruir el sistema y vulnerarlo completamente".

Consultado respecto al caso de Argentina, donde no se da prueba de admisión y el primer año juega ese rol de selección natural, Godoy aclara que justamente ese no es el modelo que anda buscando Chile. "Ese es el modelo que creo no queremos tener. ¿La gratuidad universal qué trae consigo? Que los estudiantes se demoran 10 años en salir de la universidad. ¿Quién paga? El Estado. Y además tienen unas tasas de deserción gigantescas. Se cambian de una carrera a otra porque paga Moya, pero ese Moya en Chile seríamos todos los chilenos que pagan sus impuestos", agregó.

"En Amplitud creemos que cualquier joven chileno que quiera estudiar y tenga las condiciones no puede quedar fuera por falta de plata y en eso tenemos que buscar un sistema que tenga distintas herramientas. Las becas son una herramienta, créditos blandos y que los jóvenes solo paguen si tienen ingresos después de terminar su carrera, otro; medias becas y becas de las universidades, otros. Y bueno, gratuidad en el caso de jóvenes de escasos recursos. Un mix de herramientas, pero ¿cómo vamos a darle gratuidad a quiénes tienen recursos para pagar?", recalcó.

Esto, porque a su juicio la gratuidad total no se va a poder mantener en el tiempo. "Mire lo que ha ocurrido con el gobierno del propio Quintana que le prometió a todos los chilenos que les iba a dar gratuidad. Hizo una reforma tributaria, en uno de los países que más crecía de Latinoamérica, y no se lo da porque no es sostenible en el tiempo ya que no hay economía que aguante. Entonces, no se les puede seguir mintiendo a los chilenos como lo hace la Nueva Mayoría porque no vamos a poder mantener la gratuidad universal en el largo plazo y, segundo, no tiene sentido hacerlo. Lo que tiene sentido es que jóvenes que tienen condiciones puedan estudiar y no queden fuera porque no tienen la plata".

Prueba holística

Fiel a la propuesta de su correligionario Jaime Quintana, el diputado y miembro de la Comisión de Educación, Rodrigo González, sí está de acuerdo con eliminarla la PSU porque "es un reflejo de la condición socioeconómica de los estudiantes que la rinden y principalmente del capital cultural que ellos detentan".

Por eso, agrega, "siempre va a terminar reflejando la tremenda desigualdad que existe, no solo social y económica, sino que lo cultural y los diversos niveles de oportunidades y aprendizajes que tienen los alumnos desde su hogar y desde la cuna. Y especialmente los establecimientos donde han hecho sus estudios". Entonces, apunta, "por sus características y estructura no siempre va a reflejar los talentos, las capacidades y las potencialidades que tienen los jóvenes, sino que la situación que viene de su origen".

Por eso, advierte González, hay que establecer una prueba que permita mostrar las potencialidades y capacidades, y que no solo incluya los aspectos cognoscitivos, sino que también las capacidades de relaciones humanas, de comunicación, de perseverancia y voluntad, como también otras características que son cruciales para el éxito de sus estudios, como por ejemplo, la creatividad, que son aspectos que no están en la PSU".

Por eso, concluye, "hay que construir un nuevo instrumento que incluya el debido calibraje y la ponderación de las capacidades de los alumnos. Un instrumento que sea más inclusivo, más holístico y que incorpore no lo puramente cognoscitivo y refleje las capacidades reales de los alumnos y no solo el hándicap de origen de los alumnos de estratos más elevados".

Lagos: Gratuidad será legado de Bachelet

El senador Ricardo Lagos Weber (PPD) destacó la gratuidad en la educación como "el gran legado que va a dejar el Gobierno de la Presidenta Bachelet desde el punto de vista de entender cómo el sistema y la sociedad se organiza". A su juicio, "lo principal y más importante es que se comienza en términos reales con un cambio cualitativo, sustantivo, copernicano, estructural, de la forma en que se entiende el financiamiento de la educación superior en Chile con el comienzo de la gratuidad", dijo, añadiendo que "sí, va a comenzar primero para las universidades del CRUCh, que son 25, más 5 universidades privadas, son 30 universidades... hay algunas que se han restado esperando ver qué va a pasar con la ley permanente o ley larga, y están en su derecho (...) Pero el tema es que hoy muchos chilenos van a poder ir gratis a la universidad, a la educación superior, y antes no existía esa posibilidad, no se creía que era posible".

"La PSU es sólo el termómetro de la falta de calidad de la educación escolar... sí hay que flexibilizar los sistemas de admisión"

María José Hoffmann, Diputada UDI

"Hay que eliminar la PSU y crear un instrumento más inclusivo, holístico que refleje las capacidades reales de los alumnos"

Rodrigo González

"Diputado PPD "Lo que uno espera de los políticos es ver cómo mejoramos la calidad de la educación para que nos vaya bien en las mediciones, pero no eliminar la medición"

Joaquín Godoy, Presidente de Amplitud