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Eternos desafíos de calado y horizonte

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El profesor y columnista Alejandro Corvalán Quiroz -actual director regional de ProChile, ex personero de Corfo e histórico secetario regional ministerial de Economía local durante más de una década- lanzó esta semana en el marco de la Feria del Libro de Viña del Mar su volumen titulado Desafíos de calado y horizonte. Hitos y reflexiones desde y para la Región de Valparaíso 1992-2015. Tal metáfora marinera, " a modo de fractal", como bien escribe en el prólogo el director de la Escuela de Periodismo de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Fernando Rivas, intenta explicar desafíos análogos en más de un cuarto de siglo de historia económica regional, no entregando recetas ni soluciones mágicas, pero sí mostrando el camino a modo de bengalas de luz en medio de la más oscura tempestad. El texto también nos muestra cómo las características matriciales de principios de los años sesenta aún se mantienen, con el desempleo como factor estructural de la economía regional, con la transformación de una región portuaria a otra multiproductiva a mitad de camino, y con una tecnologización francamente en deuda. Desafíos de calado y horizonte es mucho más que un libro técnico: es, si se quiere, el relato de la historia socioeconómica de la Concertación en la Región de Valparaíso (incluyendo, obviamente al de Piñera, acaso el más concertacionista de todos), de cómo hemos ido desconociendo el capital institucional y social de extenso y trascendental recorrido regional: Asiva, la Cámara Regional del Comercio y la Producción, las Universidades (habría que agregar hoy a las organizaciones civiles), lo que ha redundado en una larga e insoportable tendencia de pérdida de dinamismo, pese al exponencial crecimiento del PIB desde 1990 a la fecha.

Dividido en cinco capítulos de rápida y ágil lectura (Escenario y desafíos de Capital; Tecnología, innovación y emprendimiento; Desarrollo territorial; Integración e internacionalización; y Prospectiva), el libro asume también como propios los desafíos de superación del pesimismo y la recuperación de las confianzas en un minuto histórico en el cual la economía -o la urgencia de su buen desempeño, más bien- están más presentes que nunca en el inconsciente colectivo nacional, que hoy entiende mejor que nunca la dependencia que de ésta tienen las políticas oficiales para intentar doblegar enemigos -en apariencia irreductibles- como la falta de competitividad y la desigualdad. El profesor Corvalán, durante el lanzamiento del libro, no quiso ocultar su enojo y decepción: claramente, un producto por habitante de casi 20 puntos por debajo de la media nacional, niveles de inversión privados equivalentes al 3,3% del país, un crecimiento paupérrimo y escasos proyectos de innovación y desarrollo no elevarán nuestra calidad de vida.

El debate, al menos, ha vuelto a ser instalado.