Acerca de la planta eléctrica de Concón
Presidente de los trabajadores de la Refinería Aconcagua dice que el proyecto no considera protección de la comunidad. Lo que corresponde es que la empresa y los trabajadores despejen sus dudas, como también se debe asegurar a los habitantes de la comuna que no habrá peligro para el medio ambiente.
Una fuerte y sorpresiva oposición por parte de los trabajadores de la Refinería Aconcagua de Enap ha recibido el proyecto de instalación, junto a ese recinto, de una planta generadora de energía eléctrica, con una capacidad para producir 510 Mw.
Este es uno de los dos proyectos energéticos en que la empresa estatal se encuentra trabajando (el segundo, en Mejillones) para ampliar el giro de sus actividades, pero que también ha recibido algunas observaciones del propio municipio de Concón, como asimismo de parte de la comunidad y ahora de los trabajadores, encabezados por el presidente del Sindicato de Trabajadores de la Refinería de Aconcagua, Nolberto Díaz, quien también es vicepresidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), el mismo que ha declarado a nuestro Diario que se pretende impulsar un proyecto en el cual la comunidad pagará el costo, se arriesgará el prestigio de una empresa pública, sin diálogo con la ciudadanía, y que no se ha evaluado el peligro para la salud.
El proyecto Nueva ERA considera una planta de 510 Mw, generados en base a gas natural y vapor, descartándose emplear carbón o petróleo, por lo que la empresa estima que no debería ocasionar mayores problemas ambientales, a pesar de que Concón forma parte de la zona saturada, junto con las comunas de Quintero y Puchuncaví.
En todo caso, la iniciativa, que cuenta como socio estratégico a la empresa japonesa Mitsui & Co. Ltd. para el desarrollo de los dos proyectos de generación eléctrica de Enap, está sometiendo el proyecto de Concón a un estudio de impacto ambiental, en tanto que la planta podría entrar en funciones en el año 2020, con una línea de transmisión de 15 kilómetros hasta Quillota, para despachar su energía al Sistema Interconectado Central (SIC). De acuerdo al dirigente sindical, ninguno de estos Mw quedarán en nuestra zona, sino que irán a la minería del cobre del norte.
Las aprensiones de los trabajadores y de la comunidad pueden ser justificadas, de manera que es responsabilidad de la empresa arbitrar todas las medidas que correspondan con una efectiva participación ciudadana y que se comprometa a que las nuevas instalaciones efectivamente no contribuirán a agravar la mala calidad ambiental de la comuna. Pero cabe -eso sí- también la responsabilidad de renunciar a la candidez y preguntarse si existe algo más detrás de las violentas críticas del mismo personero que hace menos de dos años defendía a la estatal por su controvertido rol en el derrame de Quintero.