Secciones

"En 18 años el Estado no atacó el fondo del problema para erradicar el dengue"

REGIÓN. Mientras se desarrollaba la tradicional Fiesta Tapati, con récord histórico de visitantes, Rapa Nui enfrentaba el sexto brote del virus en su historia, movilizando a las autoridades.
E-mail Compartir

Alexis Paredes R.

Durante dos semanas, las calles de Hanga Roa estuvieron repletas de turistas. Más de 12 mil visitantes, nacionales y extranjeros, llegaron a la isla, distante a 5 mil kilómetros de suelo nacional, para participar en las festividades de la Tapati, considerada la celebración cultural más importante de la Polinesia, que en esta versión conmemoró además los 50 años desde que a los integrantes de la etnia rapa nui se les concedió la nacionalidad chilena, tras años de abandono y discriminación.

Pese a que las celebraciones fueron intensas, las autoridades continentales monitorearon con preocupación el desarrollo de la fiesta. Una isla repleta de visitantes, que este 2016 alcanzó cifras inéditas, se convirtieron en potenciales víctimas del virus Zika, tras lo cual se confirmaron los primeros casos de dengue transmitidos por la picadura del mosquito aedes.

Los habitantes de la isla no esconden sus críticas a la cada vez más "chilenizada" fiesta cultural y los dardos apuntan al actual alcalde, Pedro Edmunds Paoa, quien confirmó que irá por su sexta reelección. "La penúltima", asegura en tono de broma.

No obstante los cuestionamientos, la autoridad Rapa Nui considera un "éxito" la última versión de la Tapati y su creciente fama mundial. "De mis primeras Tapati a la actual ha evolucionado en todo sentido de la palabra. En el sentido de lo material, de lo conceptual y, enormemente, en el sentido de tomar la cultura como un producto, en el buen sentido de la palabra, y promoverla internamente para inyectar mayor pasión al ser rapa nui y el compartimiento con el mundo exterior a través del turismo que ha llegado. Si hace 18 años atrás el paradigma era instalar el amigo en el lugar, la Tapati lo ha cumplido con creces".

-¿Debido a esta masificación de la Tapati como producto cultural, no se cae en el riesgo de que el rapa nui pierda la identidad con esta fiesta, al recibir mucha influencia externa?

-Al contrario. La masificación lleva a la evolución. Cuando un pueblo se va para adentro se pone más cerrado, más egoísta y muere. Varios pueblos han desaparecido por tomar esa actitud de cerrarse. Mi experiencia y la experiencia leída en el mundo, nos dice que la diversificación y las mezclas con las razas del mundo han llevado a una gran evolución del ser y de la cultura.

-¿Cómo toma las críticas de algunos grupos rapa nui respecto a que cada vez existe más influencia del continental en la Tapati?

-Aquellos que critican hoy día son rapa nui que se creen rapa nui, pero no lo son. Se lo digo porque no hay ningún rapa nui puro, están todos mezclados, ya sea con europeos o con chileno-continental, con una visión muy sesgada por una falta de identidad de sí mismos, ya que son mezcla. Esa mezcla los ha llevado a ensimismarse y no les permite ver más allá de que la evolución tiene que ver con incorporar elementos que no están aquí, están afuera.

-¿Cuáles son las proyecciones de estas fiestas en los próximos años?

-Estadísticamente, hace una década atrás una Tapati dejaba 4 millones y medio de dólares para la isla, ahora las cifras son aún mayores.

-¿Esos recursos se han transformado en un mayor bienestar para isla?

-Claro, con una Tapati todo el mundo gana, el artesano, el agricultor, el pescador, es tanto que uno va a la feria en esas fechas y no hay pescado.

-¿Cómo están las relaciones con el gobierno regional?

-El actual intendente, Gabriel Aldoney, es un conocido mío y gran intendente. No tengo problemas con la región y nunca los he tenido. Hubo un impasse durante la visita de unos consejeros, pero ese core - Roberto Chahuán (RN) - fue un roto, llegó a mi casa y me faltó el respeto. Espero que esa rotería no la extrapole a la gente linda que tiene la región.

-¿Cuáles son las urgencias que tiene la isla?

-En el ámbito de la salud es, definitivamente, elevarlo a una categoría que pueda mejorar la atención. Si tenemos una emergencia hay que llamar una ambulancia-avión, que cuesta $20 millones. Las primeras etapas de un accidentado, que son vitales, deberíamos ser capaces de tratarlas en nuestro hospital. Se debería traer un emergenciólogo, más que especialistas, para salvar vidas. Falta gestión para invertir con una mirada más de Estado. La isla es la frontera de Chile al mundo desarrollado, a Francia, a Australia, Nueva Zelandia, Estados Unidos - Hawai -, entonces, Chile no lo ve en ese contexto.

-¿Cómo han enfrenado este nuevo brote de dengue y la alarma que genera?, los habitantes lo toman casi como algo normal.

-No debemos minimizar el problema. El dengue, el zika, el chikunguya son graves, pero se ha magnificado demasiado un tema que deberíamos enfocar más en tomar decisiones para erradicar el problema. Desde que llegó el primer caso de dengue a la isla, el 2001; el 2002 cuando hubo casi 2 mil infectados, fue una epidemia, el Estado no midió la magnitud de esta situación y tomó una solución paliativa de resguardar momentáneamente la situación sanitaria y no atacó el fondo del problema, y no lo hizo en 18 años, hasta hoy. Venían inspectores de la OMS, hacían mediciones y salían con una estadística diciendo que el Índice de Breteau (IB) estaba en un 7 %, y eso es grave dentro del contexto mundial de infestación de mosquitos. Había que controlar eso y bajar a menos del 4 %, fumigaban y vamos haciendo show en la comunidad, se reducían las índices, y se quedaban todos callados, pero seguíamos con el mosquito. En el 2002 tuvimos un 60 % de infestación y lo pudimos bajar a un 4 % el 2010, por qué no se continuó bajando hasta eliminar el foco. Si se toma en serio la erradicación, de aquí a unos 5 años se acabó el problema en Chile. Esa decisión hay que tomarla mucho más en serio, hay que decretarla como una medida nacional a enfocar recursos y planificación, unificar a las autoridades en el combate a este mal.

"En el 2002 tuvimos un 60 % de infestación y lo pudimos bajar a un 4 % el 2010, por qué no se continuó bajando hasta eliminar el foco"

14 casos confirmados de dengue, todos nativos, se han registrado en Isla de Pascua desde que se inició la alerta sanitaria a fines del pasado mes.

636 infectados por el virus del dengue, equivalente al 16 % de la población, hubo producto del brote masivo registrado en la comuna durante el año 1997, generando la primera alerta.