"Nuestro partido no se puede hacer responsable de las conductas que adoptó Cristián Riquelme"
Con la salida de Cristián Riquelme (PPD) como administrador de La Moneda, tras ser vinculado a millonarios pagos entre distintas reparticiones públicas y dos de sus empresas en 2013 y 2015, la cuestionada G-90 volvió a ser foco de críticas.
Luego que la Presidenta Bachelet decidiera remover a Rodrigo Peñailillo como titular de Interior en mayo pasado, la generación de los '90 del Partido Por la Democracia (PPD) comenzó a disolverse de a poco con la caída de uno de sus líderes. Peor aún, diez meses después el nombre de Riquelme y sus vinculaciones política-económicas, además del caso Caval, terminaron por sepultar a un grupo que se jactaba de haber llegado al poder en este Gobierno, pero que sólo alcanzó a estar dos años.
Para el diputado por Concón y Viña del Mar, Rodrigo González, uno de los fundadores del PPD, la forma de actuar del G-90 terminó siendo "una situación lamentable" al interior del partido. Incluso, sostiene que la generación se transformó en un sistema paralelo "que se opuso a la conducción de la Nueva Mayoría (NM)".
Reconoce, de paso, que el Gobierno se equivocó: "Por supuesto que debió haber actuado antes. Lamentablemente esta situación se dilató mucho tiempo", refiriéndose a la remoción de Riquelme.
-¿Cuál es el balance que usted hace ahora de la G-90?
-El tema de la G-90 es una situación absolutamente lamentable desde el punto de vista del rol de los partidos políticos en el país. Es una muestra de la falta de control, y la incapacidad de conducción y debilidad que tiene el sistema institucional político chileno. (El G-90 fue) un sistema paralelo que se opuso a la conducción de la NM, que se incrustó incluso superando el conocimiento y la conducción de la propia Presidenta, y que utilizó procedimientos y métodos que son absolutamente reñidos con lo que son las normas políticas y éticas del PPD, y en general de los partidos de la NM. La existencia de grupos y entes colegiados y coordinados que construyeron el G-90 no forman parte de las prácticas que nosotros podamos considerar como presentables.
-¿Cuánto daño provoca el G-90, no solo en el PPD, sino que en la NM y en el actual Gobierno?
-Lo que pasa es que al G-90 se le ve dentro de un contexto que es más amplio, que tiene que ver con el conjunto de fenómenos que han puesto en cuestión la relación de la política con el dinero. El G-90 es parte de una forma de funcionar del sistema que está viciada. La reforma a los partidos políticos que estamos introduciendo permitirá que el servicio público esté por encima de los intereses grupales y personales.
-Pero independiente de los últimos casos, hoy son el blanco de las críticas tras lo ocurrido con Cristián Riquelme.
-Creo que Riquelme es un fenómeno raro. Él no es un verdadero militante del PPD. Es una persona que responde a la confianza política de quienes lo pusieron allí, especialmente del ministro del Interior de la época (Rodrigo Peñailillo). No es una persona que responda ni tenga lazos con el partido. El PPD no puede hacerse responsable de las conductas de Riquelme, y menos luego que este personaje, provocando las contradicciones y dificultades que generaba, hubiese dilatado tanto este "parto inducido" del cual hizo referencia el ministro Burgos. Por cierto, qué bueno que se anunció su renuncia, porque ya no resistía más. Era una persona indeseable desde el punto de vista estético y ético en política, pero debió haber presentado su renuncia mucho antes.
-¿Qué cree que le faltó a este grupo, o pecaron de haber llegado al poder siendo aún jóvenes?
-Falta que exista un conjunto de principios y una orgánica política que conduzca, oriente y asegure, en la práctica, una buena conducta de los militantes. Eso falta. Esas eran personas que no respondían a una conducción política partidaria, sino a un grupo paralelo. No me cabe la menor duda que tanto el presidente del partido como su secretario general no estaban al tanto de lo que ocurrió durante la campaña (de Bachelet), y en el propio proceso de gobierno. Era un sistema autónomo, que operaba con su lógica propia. Son personas que fueron reclutadas en función de confianzas personales, y no de un proceso de ascenso o de evaluación al interior de la orgánica política, basada en el mérito o el compromiso.
Presidenciables
-En otra materia, ¿ve con buenos ojos una candidatura presidencial de Ricardo Lagos?
-Veo muy promisorios todos los planteamientos que él ha hecho. Recuerdo el homenaje a Laura Soto, donde dijo que se requería de un replanteamiento del país que queremos construir en los próximos 30 años, y sobre esa base cimentar partidos políticos más sólidos y también refundarlos.
-¿Incluido el PPD?
-En el caso del PPD se plantea la necesidad de una refundación del partido. Fuimos un partido innovador, que recogió todas las nuevas tendencias de la política dentro de un gran lineamiento. Pero todo eso se agotó y hoy se requiere una refundación política, que se base en el patrimonio que tenemos acumulado. Más allá de todo, lo que se requiere es que la gente recobre confianza en quienes son elegidos como servidores públicos, que no llegan a la política para aprovecharse o hacer un uso particular de recursos que pertenecen a todos.
-¿Ve al ex Presidente como un candidato imprescindible o cree que deben haber primarias en la NM?
-Es un tema que aún está por definirse. Veo promisoria la labor del ex Presidente Lagos, pero también hay otras figuras importantes en la NM como la senadora Isabel Allende (PS). También hay promesas más jóvenes. Lo que sí, tendrá que haber una gran deliberación. Las opciones que tenemos debieran ser múltiples y variadas, y creo que las tenemos.
-¿Primarias o no?
-Primarias, y todos los mecanismos democráticos de participación ciudadana. El proceso de reinscripción de los partidos va a ser una verdadera prueba de fuego en la capacidad que tiene el sistema político de regenerarse.
-¿Cree que se pueda regenerar desde afuera?
-Claro. Otra prueba de fuego es si vamos a ser capaces o no de cumplir el compromiso que tomó la Presidenta y la NM de descentralizar el país. Cuando tengamos más posibilidad desde las regiones de generar política, y los representantes regionales sean verdaderos representantes de la región y no del poder central, vamos a romper uno de los obstáculos más importantes que tiene que ver con una política centralizada que se presta para todos los manejos de poder y los abusos. Va a ser fundamental.
"Creo que Riquelme es un fenómeno raro. No es un verdadero militante del PPD. Responde a quienes lo pusieron allí, especialmente el anterior ministro del Interior (Peñailillo)" "En el PPD se plantea la necesidad de una refundación del partido. Fuimos un partido innovador, pero todo eso se agotó y hoy se requiere una refundación política"
"El tema de la G-90 es una situación absolutamente lamentable desde el punto de vista del rol de los partidos políticos. No forman parte de las prácticas que nosotros podamos considerar como presentables"