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"La renuncia de los gobernadores muestra que el aparato público es trampolín electoral"

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Paola Passig

Navegando solo a la deriva. Así se siente el diputado y presidente de Amplitud, Joaquín Godoy, en lo que, denomina, el "modus operandi de los políticos tradicionales". Un comportamiento transversal que mira los cargos públicos como una escalera ya sea para escaños en el Congreso, en el Municipio o en el Core. "Están todos en un mismo lote, que se protegen entre ellos y finalmente lo que quieren es más bien servirse los cargos más que servir a la ciudadanía", señala.

EL BOTÍN

-¿Por qué le preocupan las renuncias de los gobernadores?

-Valparaíso se encuentra estancado y el impulso que necesita proviene desde un giro de la autoridad, pero uno ve que el gobierno regional finalmente termina siendo un botín del grupo de turno que haya en la Nueva Mayoría y que lo que hace es poner gente para que sean candidatos. Eso es lo que pasa con el gobernador de Valparaíso, lo que pasa con el gobernador de Marga Marga porque el interés de ellos nunca fue hacer su trabajo para la ciudadanía sino que más bien fue potenciarse como candidatos. El aparato público de esa forma produce un daño a la confianza de los ciudadanos gigantesca y le hace un daño, además, a los lugares que representan.

-¿Por qué?

-Es que sumado a que la Nueva Mayoría cree que el aparato público es un trampolín para futuras candidaturas, también lo ven como sillitas musicales donde nadie tiene ninguna responsabilidad. Uno de los grandes problemas ha sido el desastre de la reconstrucción de Valparaíso y si no fuera porque la gente ha auto construido la verdad es que tendríamos todo en el suelo. Y esa gente no va a recibir un peso, ni subsidio alguno porque no tiene cómo demostrar nada y además las viviendas no están recepcionadas por la municipalidad. Vemos como nosotros partimos con una denuncia e investigación de las constructoras donde estaba Provalpo y ahí hoy día aparecen completamente cuestionadas. Ahora Mauricio Candia que fue seremi de Vivienda vuelve a la de Transporte donde hizo una política pública desastrosa como fue el Transvalparaíso. Entonces no hay liderazgo para sacar a la región adelante y se utiliza como trampolín el aparato público para futuras candidaturas. Nadie se hace responsable de las políticas públicas que se han implementado hasta ahora y los políticos parlamentarios defienden sus propios feudos. Cuánto costó sacar al director de Serviu y eso se produjo única y exclusivamente porque Lagos Weber lo defendía. Entonces veo un gobierno regional totalmente tomado para los políticos en vez de estar de cara a la ciudadanía.

-¿Cómo se revierte esta situación?

-Lo primero que se necesita es que los políticos tengan pudor. No puede ser que los políticos no entiendan que llegar a un cargo público es para servir a la ciudadanía. Es tremendo sentirse tan solo en este tema fiscalizando durante tanto tiempo y darse cuenta que están todos metidos en el mismo baile. Obviamente no involucro a la Lily Pérez que ha hecho un súper buen trabajo y tiene otra visión, pero lo que uno ve es que, en Valparaíso están todos en un mismo lote, que se protegen entre ellos y que finalmente lo que quieren es más bien servirse los cargos.

PUDOR ESCASO

-Pero partiendo de la base que el pudor puede ser escaso qué hacer en términos legales quizás.

-Tenemos que buscar en la legislación mecanismos que permitan impedir que el cargo público sea un trampolín electoral. Porque eso es no entender la esencia de lo que uno tiene que hacer cuando se es seremi, cuando se es intendente, cuando se es gobernador. Si uno hace un pequeño análisis respecto de cómo lo han hecho esas figuras, el gobernador de Valparaíso debería encargarse de la seguridad pública y es dramática la manera en cómo se ha manejado. Nadie le pone el cascabel al gato y la gente que tiene que tomar decisiones no lo hace. Utilizan el cargo para recorrer la ciudad y hacer campaña y luego se van sin ninguna responsabilidad. Por eso, cuando pensamos en descentralizar y hacer un proceso de regionalización potente, vamos a tener que poner cortapisas para que quienes trabajan en el sector público lo hagan sin pensar en futuras candidaturas.

-¿El proyecto de descentralización puede ayudar?

-De alguna manera va en la línea pero de manera muy superficial porque elegir al intendente si no va acompañado de que esta autoridad electa por la ciudadanía tenga capacidad de hacer cambios profundos en el gobierno regional, si eso no se produce, no tiene ningún sentido. Porque lo que ocurre es que el senador de turno presiona para mantener dentro de determinadas seremías o determinadas dirección al tipo que trabajar para su reelección. ¿Por qué Lagos Weber defendía al director del Serviu? ¿Porque lo estaba haciendo bien? No. Porque hacía la pega para su reelección. Por eso siento que lo que se pretende hacer desde el punto de vista de la descentralización de simplemente elegir al intendente va tener un techo asfixiante. No va a producir un cambio de fondo. Lo que debe haber son fondos claros, asignados directamente al Fondo Regional, que haya discrecionalidad por parte del intendente para poner a la gente que los administra, y ahí no hay ninguna voluntad política para que eso se produzca. Y ojo tampoco lo hubo en el gobierno anterior. La presión de los senadores del gobierno anterior iba en la misma línea. Por eso debemos empoderar a la ciudadanía. Y eso no significa que tengan capacidad de hacer la crítica sino que si ellos votan, eso tenga una incidencia en quién va a gobernar y administrar los recursos el día de mañana. Eso no está contemplado hoy en la legislación.

MIRAR A OTROS PAÍSES

-La ley debiera ser más estricta y por ejemplo, establecer que quienes quieran postular renuncien no con un año, sino que, por ejemplo, con dos.

-Nosotros tenemos que pensar en lo que han hecho otros países y les ha ido bien. Los franceses, los norteamericanos y pensar que sí se puede hacer carrera en el aparato público y que quienes trabajen ahí no sean parte de un botín del gobierno de turno sino que más bien esto tenga un sentido de servidor público. Creo que si no cambiamos la mentalidad ahí, vamos a tener muchos problemas y lamentablemente la alta dirección pública que no corre para estos cargos -porque ni el gobernador ni el intendente pasan por ese cedazo- pero la alta dirección pública tampoco ha sido una solución para evitar el poder político de turno haga lo que quiera. Entonces tenemos que revisar y esa es la experiencia que uno recoge después de esto. Revisar la ley de alta dirección pública, revisar la manera en cómo se permite que ciertos cargos puedan dejarse un tiempo para después utilizar ese espacio como candidato. Eso es algo que deberemos revisar de manera profunda.

-A su juicio ¿cuál es el caso más emblemático?

-El del exgobernador Omar Jara. Él se ha dedicado estos últimos dos años a recorre cerros y a hacer campaña, no a hacer su trabajo. La forma en que tienen que validarse la autoridades es haciendo su pega. Uno hace un análisis de cómo se ha manejado la seguridad pública, que es la responsabilidad máxima del gobernador, y realmente es un desastre.

"Hay que revisar la ley de alta dirección pública, revisar la manera en cómo se permite que ciertos cargos puedan dejarse para después utilizar ese espacio como candidato. Eso es algo que deberemos revisar de manera muy profunda".