"Chile necesita agenda de género para visibilizar el tema y políticas públicas con mirada de género"
Mientras la Comisión de Constitución de la Cámara visaba ayer el proyecto que faculta el aborto en tres causales, una propuesta emblemática para quienes abogan por los derechos reproductivos, y se celebraba el Día de la Mujer, la diputada (ind) y miembro de la Comisión de Familia, Karla Rubilar, pasó revista a este y otros temas reconociendo que Chile y especialmente el Congreso, siguen siendo machistas y patriarcales.
- ¿Está satisfecha con cómo ha quedado el proyecto que interrumpe el embarazo en tres casos?
- Tras aprobarse las indicaciones en la Comisión de Constitución el proyecto quedó bastante acotado a las tres causales. En caso de riesgo de la vida de la madre quedó claro que es en caso de riesgo inminente y se entiende que se trata de riesgo vital; en el caso de inviabilidad fetal quedó claro que se trata de cuando hay malformación letal, o sea, que conduce a la muerte del feto intra o extrauterino, o sea, después del nacimiento, lo que deberá estar ratificado por un especialista; y en el caso de violación se agregó la obligación de denunciar para perseguir al violador y cambió el sistema de acompañamiento. Tiene tiempo e incluso se puede reclamar ante la Superintendencia en una fórmula similar al AUGE y, por lo tanto, es un derecho claramente garantizado. No es algo sólo puesto en el papel independiente de la decisión de la mujer y siempre en forma voluntaria. De verdad creo que el proyecto ha mejorado muchísimo y es bastante mejor al que salió de la Comisión de Salud y pareciera que va por el camino correcto en el sentido de que mujeres que estén en condiciones tan difíciles y extremas tengan algo que decir y no que el Estado tome la decisión por ellas.
- ¿Chile se está poniendo al día en la agenda valórica?
- Este es un avance sustancial para el país porque efectivamente el tener penalizadas todas las causales de la interrupción del embarazo, como bien decía la Corte Interamericana de Derechos Humanos o la Corte Suprema en Argentina, obligar a una mujer a llevar a término un embarazo inviable podía ser homologable a la tortura. Nadie obliga a otra mujer a tomar una decisión en una línea u otra.
- Este proyecto, tal como está hoy, puede convencer a los más indecisos. ¿Estarán los votos en la Sala?
- Eso espero. La verdad es que tuve muchas reticencias al inicio; las manifesté y creo que el Gobierno ha tenido voluntad de dialogar, aunque hay que reconocer que es por la presión de la DC porque en esta pasada ellos han tenido un rol relevante. Entonces, el proyecto se ha acotado bastante y debieran estar los votos.
- La DC ha tenido un rol gravitante. ¿Por qué?
- Sí, es de toda justicia reconocerlo, más allá de la postura de prominentes militantes como es la exsenadora Soledad Alvear, que está en contra y juega un papel, pero la verdad es que la DC jugó su rol y evitó que saliera un proyecto ambiguo como era en el comienzo. Hizo presión a su propio Gobierno, lo que es destacable, y ha sacado un proyecto muy razonable y que representa muchas de las inquietudes que nosotros teníamos y por eso habíamos presentado indicaciones que no fueron acogidas por ser de oposición. Ahí se notó el rol relevante que puede tener un partido dentro de un conglomerado para hacer ver a su gobierno cuáles son los cambios necesarios.
- ¿Tiene alguna aprensión?
- La preocupación que yo tengo es si finalmente con el anuncio de la UDI de ir al Tribunal Constitucional (TC), siempre he tenido dudas de si este proyecto necesita quórum en la causal de violación de reforma constitucional. Y tengo mucho miedo de que aprobado con votos de mayoría simple, se termine cayendo la causal de violación en el TC. Y por tanto, el llamado es a reunir la mayor cantidad de votos y ojalá se diera un quórum alto para evitar que se fuera para atrás.
- Si se cae esta causal, ¿quiénes pierden?
- No me creo dueña de la verdad ni mucho menos en este tema, que lo encuentro de un nivel de complejidad tremenda. Pensemos en el caso de las más pequeñas embarazadas muchas veces por abusos reiterados. Estamos hablando de una pequeña que no está preparada ni física ni mentalmente para ser madre. Entonces, si se cae la causal de violación en el TC, va a ser una imposición muy fuerte en la única de las tres causales donde la mujer no tuvo voluntariedad de ese embarazo. La verdad es que es muy complejo. Uno debe ponerse en la circunstancia de si el Estado debe tomar esa decisión en esa circunstancia. Porque finalmente esa es la discusión. No es que alguien esté obligado a interrumpir el embarazo en la causal de violación. El que no quiere no tiene por qué interrumpirlo. El tema es si nuestro país debe seguir dándole esa potestad al Estado de penalizar a una mujer que toma esa decisión.
- ¿Este proyecto abre la puerta al aborto con mayúscula como señalan los opositores a la propuesta?
- No. Yo creo que hoy día no es posible dar esa cuña por mucho que estén en contra del proyecto por razones legítimas. Yo respeto a las personas que por sus convicciones están en contra de la interrupción del embarazo por estas tres causales, pero esa cuña no es aceptable.
- ¿Comparte lo señalado por la diputada Karol Cariola (PC) de que Chile sigue siendo un país machista y patriarcal?
- O sea, hemos avanzado en los derechos de la mujer, pero nos falta mucho todavía. Este es un país machista en muchísimos ámbitos y es cuestión de ver las diferencias salariales entre hombres o mujeres o los contratos de salud privados con las cargas por los embarazos en los planes de mujeres en edad fértil. Nos quedan muchas cosas. Las mujeres no estamos habitualmente en cargos de poder porque la conciliación de la vida laboral y familiar es muy compleja, y eso cierra las puertas a que tengamos más mujeres presidentas de sindicatos, de gremios, de grandes empresas. Falta cambiar la mentalidad. Faltan cosas, por cierto, porque la agenda de género no es algo que se empuja transversalmente ni tiene la fuerza que nosotros querríamos, pero se ha avanzado especialmente en la creación de conciencia.
- Y en el Congreso, ¿hay machismo?
- También ha ido avanzando. Hemos tenido mujeres presidentas de la Cámara, del Senado, jefas de bancada, han llegado mujeres de partidos que no las tenían, como el PRSD, hicimos el cambio de la ley de cuotas, pero ciertamente el Congreso es uno de los lugares donde todavía se ve más marcado el machismo que en otros lados. Somos 19 mujeres y 101 hombres.
- ¿Qué tanto podría cambiar esta relación cuando entre a operar la ley de cuotas?
- Esperamos pasar de un 15% al menos a un 25% en la primera elección; y que ya en la tercera elección lleguemos al 40% de representatividad, que es más o menos el promedio que tienen los países con ley de cuotas.
- ¿Se necesita una agenda de género o en cada proyecto se van incorporando estos temas?
- Yo creo que es importante tener una agenda de género para ir visibilizando. Me encantaría que llegue el día en que no necesitemos un Sernam; ése será el mejor día para las mujeres. Me gustaría avanzar hacia un Ministerio de la Mujer como el de Nueva Zelanda que es un revisor de las políticas públicas. O sea, todas las políticas públicas deben pasar por una mirada de género. Si no, terminamos haciendo sólo políticas de parche.
"La DC evitó que saliera un proyecto (aborto) ambiguo como era al inicio. Hizo presión a su propio Gobierno, lo que es destacable, y ha sacado un proyecto muy razonable"
"El Congreso es uno de los lugares donde todavía se ve más marcado el machismo que en otros lados. Somos 19 mujeres y 101 hombres" "Mi temor es que si la UDI acude al TC por el aborto y siempre he tenido dudas de si este proyecto necesita quórum en la causal de violación de reforma constitucional"