Es quizás lo más recomendable para solucionar y mejorar en definitiva el problema del transporte público en el Gran Valparaíso, en orden a que los actores "se sienten a conversar y hacer una transformación seria del transporte, no de parche". Esta tajante afirmación la formuló el presidente regional de la Confederación Nacional de Trabajadores del Transporte Terrestre, Óscar Cantero, quien puntualizó que así se lo había hecho saber al intendente regional, Gabriel Aldoney, y al nuevo secretario regional ministerial de Transportes, Mauricio Candia, luego de comentar una encuesta realizada por la Universidad Andrés Bello (UNAB), en la que se consultó la percepción del público sobre los distintos sistemas. En lo que se refiere al terrestre, se ha mantenido la misma valoración anterior, con una nota de 4,7 (de una escala de 1 a 7), que en todo caso es superior a la de Santiago y a la media nacional, sin que ello signifique, que el servicio haya experimentado mejoras en nuestra zona.
Desde que se licitó el transporte público terrestre en el Gran Valparaíso, su desempeño ha sido un tanto deficitario, por decirlo suavemente, ya que se esperaba mucho más del ordenamiento que se propusieron con los nuevos recorridos, los sistemas de cobro, pero que no satisfacen plenamente a los usuarios, toda vez que quedaron algunos sectores desprotegidos, los que debieron ser suplidos por las líneas de taxis colectivos, que en la práctica tienen una escasa o ninguna fiscalización de parte de las autoridades pertinentes, haciendo lo que estiman que es más conveniente sólo a sus particulares intereses.
La gran oportunidad de mejorar el sistema porteño es la próxima licitación del transporte público, la que no se realizó cuando correspondía, ya que se prorrogó por 18 meses, continuando en servicio las mismas empresas con sus líneas y recorridos que ya habían sido licitados. Ahora con autoridades nuevas, con el intendente a la cabeza y el flamante secretario regional ministerial de Transportes, sólo resta abocarse a preparar esta licitación en serio, en la que deben incorporarse servicios combinados o intermodales con el metro regional, los trolebuses y, más adelante, con los ascensores o funiculares que se encuentren en servicio en la ciudad de Valparaíso.