MARIO VALCARCE DURÁN
Una nueva situación irregular remece los mercados financieros, y nuevamente con ribetes judiciales. Una administradora local está acusada de estafar a casi 3.000 personas utilizando, según la información hecha pública, un viejo esquema: el denominado sistema piramidal.
Este esquema fue utilizado en el siglo pasado, específicamente alrededor de la década de los 20; por Carlo Ponzi. Este personaje, de origen italiano, estafó a miles de inversionistas en la ciudad de Boston, Massachusetts. Muy resumidamente, lo que Ponzi hizo fue prometer 50% de interés en tres meses. No está claro que Ponzi haya sido el autor del esquema, pero sí que fue el primero con amplia repercusión pública. Y sirvió de inspiración para que Bernard Madoff lo volviera a utilizar para realizar la estafa considerada la más grande llevada a cabo por un sólo individuo. Ponzi fue condenado en 1920 y Madoff en 2009.
En una descripción muy breve, el esquema consiste en recaudar dinero de personas, atraídas por ganancias extraordinarias, bajo el supuesto de bien invertir esos dineros, pero lo que en realidad sucede es que las ganancias de los primeros aportantes son pagados con los aportes de los nuevos reclutados, los que van creciendo, geométricamente, atraídos por intereses fuera de mercado. El problema es que cuando se rompe el esquema se suspende la cadena de pagos y surgen los estafados. Se para la bicicleta, como se dice en términos coloquiales en el mercado financiero.
Y entonces comienzan, además del desfile por los tribunales, los cuestionamientos respecto al rol del regulador, de las instituciones financieras, de la transparencia del mercado, etc. Pocas veces se menciona el papel jugado por los presuntamente estafados. Surgen las discusiones éticas o morales respecto de las víctimas por no cuestionarse el hecho que un 5% de interés mensual es claramente una ganancia ajena a cualquier condición ofrecida por el mercado formal chileno. Incluso he leído un artículo que hacía un paralelo con la tendencia de la persona a ganar dinero con el mínimo esfuerzo.
Mi intención en estas líneas apunta a otro aspecto.
Por muchos años me he desempeñado en el área de las finanzas, nacionales e internacionales, y si bien me consta que los usuarios nacionales del sistema se han sofisticado, también lo han hecho los mercados, con instrumentos más complejos e intermediarios en cadena que dificultan comprender el subyacente de cada inversión. Surge entonces, espontáneamente, el clamor por una regulación más activa y un rol de vigilancia de las superintendencias respectivas en forma permanente.
Como esto último requiere de mucho análisis y reglamentación, me atrevo a sugerir la necesidad de una permanente educación de todos los chilenos en el uso de conceptos financieros básicos, como creo que lo está haciendo muy bien la Asociación de Administradoras de Fondos de Pensiones.
Algunos aspectos a ser considerados:
Recordar siempre que al mercado financiero concurren oferentes y demandantes de dinero, pero que, como en todo mercado, hay intermediarios, y que deben ser elegidos cuidadosamente
Salvo que uno tenga un departamento de estudios, más vale recurrir a las instituciones de reconocido prestigio para el manejo de nuestros ahorros. Ver su tamaño relativo en el mercado, la historia financiera de la institución (todas tienen página web) y si se es un poco más sofisticado, ver la clasificación de riesgo de sus instrumentos financieros.
Si alguien le ofrece un instrumento que renta muy por encima del mercado, SOSPECHE. O el instrumento es muy riesgoso, y para levantar dinero debe pagar una prima por riesgo elevada, o -como en los casos que hoy nos preocupan-, son derechamente una estafa. Y no crea que los casos Ponzi y Madoff son los únicos. Chile tiene otros casos en su historial financiero.
Cuando uno invierte en un instrumento financiero debe confiar en el subyacente. Y conocerlo. Si invierte en un fondo de renta fija, vea cuáles son las empresas y sus bonos incorporados en la cartera. Si es accionario, vea qué acciones tiene el portafolio. Si el subyacente es un derivado o un sintético, hágase la pregunta básica: ¿entiendo el instrumento? Si no lo entiende, es mejor que se abstenga, porque las sorpresas pueden ser mayúsculas.
Finalmente, cuando invierta, revise su carnet de identidad. Si tiene muchos años por delante, puede tomar más riesgos, porque puede recuperarse si algo sale mal. Si ya tiene sus años, mejor que revise su tendencia al riesgo, porque seguramente le queda menos tiempo para revertir pérdidas por volatilidad de mercado.
Pero cuidado, que una cosa es la volatilidad y perder en un ciclo malo, y otra diferente ser víctima de una estafa por ser un iluso financiero.