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"En Chile estamos en una especie de punto muerto donde no vamos ni para arriba ni para abajo"

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Claudio Ramírez

Al economista Joseph Ramos el Gobierno le encargó una complicada tarea: buscar los caminos para mejorar la productividad. Una misión que de entrada no era fácil, pero cuya dificultad se multiplicó por el momento económico que vive el país con un crecimiento que no supera el 2% en los últimos años.

De hecho mañana, el presidente de la Comisión Asesora Presidencial de Productividad, entregará a la Presidenta Michelle Bachelet un primer informe denominado "Agenda de las Agendas" que según recalca "es el primero de varios".

"Este primer informe trata de construir sobre lo hecho, es decir, examina las distintas agendas pro crecimiento o pro productividad de los gobiernos de Lagos, del primer gobierno de Bachelet y de Sebastián Piñera, examina más o menos 200 medidas", comenta el profesional nacido en Filadelfia.

Explica que son cerca de 21 recomendaciones que tienen relación con disposiciones que en su momento no fueron implementadas y que ahora ameritan ser impulsadas. "Aprovechando esa revisión nos dimos cuenta también de algunas falencias en general del proceso de definición de agendas", agregó Ramos que sabe que su tarea es clave para impulsar una economía que avanza, pero con mucha lentitud.

NUBE GRIS

-El clima no parece propicio para levantar la economía. Hay desconfianza de la ciudadanía en todos los sectores.

-Efectivamente en Chile, y no es secreto, en los últimos dos años se han cuestionando todas las instituciones, los empresarios, los políticos, boletas falsas, colusiones, en otro ámbito, la Iglesia; o sea todas las instituciones, yo diría, salvo Carabineros, que se salva en este momento, entonces eso naturalmente genera un clima gris o pesimista que incide negativamente en la inversión.

-Pero tampoco todo es tan malo ¿no?

-Quiero mirar el otro lado del vaso. La corrupción en Chile, yo diría que es al "por menor", o sea es por montos realmente reducidos. Por ejemplo comparemos con lo que sucede con Petrobras. en Brasil, donde estamos hablando de miles de millones de dólares. En Chile yo creo que ningún caso ha llegado a un millón de dólares. Para que el público sepa, en los índices mundiales de corrupción Chile está en un lugar parecido al de Estados Unidos, lo cual o habla muy bien de Chile o muy mal de Estados Unidos, pero ahí estamos. Entonces, antes de que nos ahoguemos en estas cosas, también tenemos que levantar la mirada, o sea el pecado original está en todos, nunca se va a eliminar por completo. Felizmente se ha puesto luz sobre esto y se seguirán haciendo correcciones, pero a corto plazo incide en generar un clima que afecta la confianza y por ende la inversión.

-¿Por qué usted señala que en Chile estamos en una especie de punto muerto?

-Al decir punto muerto no quiero decir que estamos agónicos, sino que no vamos ni para arriba ni para abajo. Es otra manera de decir que la economía está débil con dos años seguidos con una economía creciendo al 2% y con una proyección de 1,8% para este año en el último Ipom. El pronóstico para el 2017 es un poco mejor, cercano al 2,5%, entonces serían cuatro años creciendo cerca de un 2%. En fin, necesitamos algo para romper esta inercia de punto muerto, estamos cojeando.

-¿Y cuánto influye en eso lo que pasa dentro del país?

-Sin lugar a dudas, en primer lugar se debe a un escenario externo adverso que explica por qué no estamos creciendo a un 4% o 5% como antes. Sin embargo, creo que no solo es por un factor externo, sino que ya eso alude al problema de las confianzas e incertidumbres, y el escepticismo que hay respecto a los políticos, a la empresa, la colusión, la corrupción, etc. y todo eso ha creado un clima adverso porque, como dijo el ministro de Economía, el inversionista está siempre apostando al futuro y si tú ves el futuro medio gris e inviertes poco, ciertamente el futuro va a ser gris.

-¿Y entonces qué debemos hacer como país?

-Tenemos que romper esa especie de círculo vicioso y tratar de generar un círculo virtuoso, y de allí la necesidad de alguna medida que gatille un mayor incremento en el gasto, tanto de los privados como del sector público.

-Y desde la perspectiva de la productividad, ¿qué consejo daría?

-Si la comisión de productividad tuviera un mensaje, le diría a todo empresario, todo político o toda agencia que vea dónde se hacen mejor las cosas e imitar eso. Sin duda, ello va a potenciar el crecimiento del país. Si todos miráramos hacia donde se hace mejor y empezáramos a imitar eso y a adaptarlo, indudablemente otro sería el cuento.

LOS CONSENSOS

-Usted señala que echa de menos la política de los acuerdos, de los consensos.

-Esa es una opinión personal, creo que nuestro periodo de oro en gran parte coincidió con lo que se llamaba la política de los consensos. Por ejemplo el gobierno de (Patricio) Aylwin hizo una reforma tributaria fuerte con 2 puntos del PIB, pero lo hizo diciendo que con ello se iba a reponer el gasto social, pues había un consenso general de que ese aspecto había estado muy reprimido en el gobierno militar y entonces, lejos de frenar la inversión, se desató un fuerte crecimiento porque había la convicción de que debía ser así.

-Y ahora ¿no pasa lo mismo?

-Creo que la actual reforma tributaria en el año que se anunció si, inmediatamente junto a ello, hubiera habido una propuesta de carrera docente y de mejorar la calidad de la educación, hubiese sido bastante consensual, porque creo que había un consenso en cuanto a que el gasto en calidad era deficiente. Pienso que se perdió al menos un año o dos, antes de que esa tema volviera a ser discutido. Ya a esa altura la reforma tributaria estaba olvidada, entonces se tomó como puro costo, sin ver las cosas positivas respecto a la calidad de la educación porque la gratuidad no era algo consensual.

-¿O sea pudo ser distinto?

-De haber empezado con eso o, como dijo la propia Presidenta al final de su primer año, que su instinto le decía que debía comenzar con la educación pública, si hubiera hecho eso se podría haber gatillado el decir: bueno, la reforma tributaria saca recursos, pero van destinados a inversión en capital humano. Se podría haber generado mucho más confianza y entrar a un círculo virtuoso".

"Antes de ahogarnos en estas cosas (corrupción), también tenemos que levantar la mirada; el pecado original está en todos, no se va a eliminar por completo. Felizmente se ha puesto luz sobre esto y se seguirán haciendo correcciones, pero a corto plazo incide en generar un clima que afecta la confianza"

"Tenemos que romper esa especie de círculo vicioso y tratar de generar un círculo virtuoso, y de allí la necesidad de alguna medida que gatille un mayor incremento en el gasto, tanto de los privados como del sector público"