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Triestamentalidad y autonomía, la otra discusión en la reforma

DEBATE. El Tribunal Constitucional cuestionó la exigencia de la primera condición como requisito para la gratuidad.
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Otro aspecto de la reforma de la educación superior que ya ha sido objeto de debate es la triestamentalidad en la conducción universitaria como condición para el acceso a la gratuidad, materia que fue cuestionada por el Tribunal Constitucional. ¿Es exigible para las instituciones?

"En mi opinión, una de las condiciones que debe cumplir la reforma es que no afecte la autonomía de las instituciones, principio ampliamente aceptado en nuestro país, donde históricamente existe una cultura de respeto" hacia él, plantea el rector Claudio Elórtegui.

Más que de triestamentalidad prefiere hablar de participación en las comunidades universitarias, que deben definir "las formas más apropiadas de practicarla sin que afecten la adecuada gobernanza universitaria". Recalca que "uno de los desafíos que enfrentamos en la reforma de la educación superior es encontrar el equilibrio entre participación y gobernanza".

TEMA DE DEBATE

"Una cosa es el gobierno y otra cosa es la ley y el Poder Legislativo. Considero que las restricciones que pueda tener el Poder Legislativo para dictar una ley no deberían existir", expresa el rector Patricio Sanhueza.

"En un país democrático la combinación de los colegisladores, que son el Gobierno y el Legislativo, debiera ser lo que prime por sobre otras consideraciones, porque ahí está la soberanía de instancias que son elegidas directamente por los ciudadanos. No me pronuncio respecto de otros aspectos si esto es conveniente para algunas instituciones y para otras no", complementa.

Para el rector Darcy Fuenzalida "es un tema que debe ser discutido, y justamente es parte de un debate que no se ha realizado porque no hemos podido tener un proyecto de ley a la vista". Una vez que ello ocurra "y participen en él todos los actores que integran el sistema de educación superior, podremos analizar la fórmula que le hace mejor al país para conducir debidamente las instituciones de educación superior que cumplen una función bien clara, que es aportar al desarrollo del país a través de la transferencia y la creación de conocimiento".

Cambios y equilibrio

El rector Aldo Valle, por su parte, plantea que es necesario que se produzcan cambios en materia de gobierno universitario y participación, "porque no puede ser que las universidades estén todavía sometidas a prohibiciones legislativas que han quedado desde el tiempo de la dictadura o que tengan que ser regidas por estatutos que se aprobaron hace 30 ó 40 años, porque se han producido cambios en la sociedad chilena y en el sistema de educación superior".

Agrega que esas transformaciones "deben responder a la misión y propósito que corresponde a las universidades" y en ese sentido "tenemos que ser capaces de encontrar los equilibrios para que estas instituciones sean esferas de deliberación pública, pero también centros de formación profesional del más alto estándar, centros de investigación y de producción de conocimiento e ideas, porque de otra manera no cumplen con la función social que les corresponde".

"Las universidades deben ser esferas de deliberación pública, pero también centros de formación e investigación del más alto estándar"

Aldo Valle, Rector U. de Valparaíso