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"Tras el fallo del TC, la Nueva Mayoría tiene una actitud de niñitos taimados, sin sentido"

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Paola Passig

"Esta semana quedó en evidencia que este es el peor gobierno desde el retorno de la democracia", sentencia el senador Andrés Allamand (RN), miembro de la Comisión del Trabajo. ¿Las razones? "Reapareció el fantasma del desempleo, la Confech reclama por el proyecto de gratuidad, el inaudito bochorno de la inscripción de las listas ante el Servel para primarias y se corona con la derrota política ante el Tribunal Constitucional (TC)", subraya.

- Esta derrota ante el TC, feroz para el Gobierno, ¿es un triunfo de Chile Vamos?

- Es un triunfo para el verdadero concepto de libertad sindical: que los trabajadores puedan resolver estar o no en un sindicato, y sí, es una derrota aplastante, jurídica y política, para el Gobierno.

- ¿Por qué?

- Lo que se ha resuelto no sólo es correcto desde el punto de vista jurídico, sino que también político. El proyecto del Gobierno pretendía establecer un inaceptable monopolio sindical. Y lo que hizo el TC es muy simple: dijo que el derecho a negociar colectivamente es de los trabajadores, que esto lo pueden ejercer a través de sindicatos o de grupos negociadores; y al mismo tiempo ha resuelto que nunca para obtener una extensión de beneficios los trabajadores van a ser obligados a ingresar contra su voluntad a un sindicato. Por lo tanto, desde el punto de vista político y jurídico, la decisión ha sido correcta.

- Según el presidente de la Cámara, Osvaldo Andrade, el fallo está favoreciendo al empresariado.

- El diputado Andrade ha cometido en este proyecto todas las equivocaciones posibles. Lo que ha pretendido como diputado es precisamente lo que no pudo hacer cuando fue ministro del Trabajo en la anterior administración de la Presidenta Bachelet. Su propuesta fue rechazada en esa ocasión y tampoco va a prosperar ahora. Desde el punto de vista conceptual, es completamente incorrecta una legislación que, lejos de ampliar los derechos de los trabajadores, los limita.

- Pero es justamente lo contrario a lo que señala la CUT, el oficialismo y el Gobierno, e incluso se reinstala la idea de cambiar la Constitución ahora y no en el próximo gobierno.

- La Nueva Mayoría siempre ha querido cambiar la Constitución, pero en este punto su argumento es absolutamente ridículo. La Presidenta de la República se hizo representar durante los alegatos del TC y alegaron todos los partidos de la Nueva Mayoría. El PC hizo aparecer en los alegatos a todas sus organizaciones de fachada y ahora que el resultado es adverso, desconocen la legitimidad del tribunal. Es una actitud de niñitos taimados, sin sentido. Si comparece ante un tribunal es porque acepta la legitimidad y, en consecuencia, uno debe estar en las duras y en las maduras. Si el tribunal le da la razón, lo acoge; y si no, le da la razón, lo rechaza. El récord mundial de la incoherencia en esta materia lo tiene la ministra Ximena Rincón. Cuando era senadora recurrió al TC todas las veces que se le ocurrió y en estos mismos días en que ella ha sostenido que es ilegítimo recurrir al TC, su propio hermano, el jefe de la bancada de diputados DC, Ricardo Rincón, ha estado preparando un recurso ante el TC porque no le gusta la agenda corta antidelincuencia de su propio gobierno. Entonces, el grado de inconsecuencia de la NM frente al TC es absoluto. Ni ellos mismos entienden lo que están haciendo.

- El cuestionamiento del oficialismo es que el TC funciona en la práctica como una tercera cámara por sobre lo que decide el Congreso. ¿En otros países funciona de la misma forma?

- Los que repiten que el TC es una tercera cámara no saben de lo que están hablando. Todos los países del mundo que tienen democracias constitucionales tienen tribunales constitucionales con facultades idénticas al chileno. Por ejemplo, Francia, España, Italia o Alemania. En todos esos países la primera obligación de un gobierno es legislar respetando la Constitución. Todas las democracias constitucionales tienen dos sistemas para controlar precisamente cuando una mayoría legisla apartándose de la Constitución: la Corte Suprema o tribunales constitucionales para dejar sin efecto las leyes que se apartan del mandato de la Constitución. Y cuando reclaman en contra del TC, están reclamando contra el funcionamiento de la más sólida de las democracias en el mundo.

- Se cuestiona que la derecha tenga mayoría en el TC. ¿Chile Vamos está abierta a modificar su estructura?

- Las actuales facultades y formas de nombramiento del TC se resolvieron durante la reforma constitucional del 2005 en el gobierno del Presidente Lagos. Lo integran 10 miembros, de los cuales tres los nominan los presidentes, otros tres los nomina la Corte Suprema y los otros cuatro los designa la Cámara y el Senado. El presidente del TC, Carlos Carmona, es uno de los más destacados juristas precisamente de la NM y durante 15 años tuvo una oficina en La Moneda a cargo de los aspectos jurídicos de todos los gobiernos de la Concertación. A quienes no le gusta la integración del TC ¿contra qué reclaman?, ¿que los miembros los designen los presidentes, la Corte Suprema o el Congreso?

- Conocido el fallo del TC por la reforma laboral, el constitucionalista Fernando Atria pidió una modificación constitucional porque defiende el modelo neoliberal del cual es parte el TC.

- Al señor Atria, como buen representante de la izquierda radicalizada, no le gusta ni el control del TC ni de la Corte Suprema. Pero más absurda es aún la posición de Juan Pablo Letelier (PS), presidente de la Comisión del Trabajo del Senado. El lunes alegó durante 20 minutos ante el TC y ahora, porque el fallo no le gusta, dice que el TC no tiene legitimidad. Es la actitud de un niño taimado y malcriado.

- El Gobierno está analizando la posibilidad de un veto presidencial o el envío de un nuevo proyecto. ¿Qué le parece?

- El procedimiento es indiferente. En ambos casos su obligación es respetar el fallo del TC. Si envía un veto o un nuevo proyecto que se aparta de lo resuelto por el TC, se volverá a rechazar el proyecto y volveremos a recurrir al TC para que confirme lo que ya ha fallado.

"Los que repiten que el TC es una tercera cámara no saben de lo que están hablando. Todos los países que tienen democracias constitucionales tienen tribunales constitucionales con facultades idénticas al chileno" "El fallo del TC es un triunfo para el verdadero concepto de libertad sindical: que los trabajadores puedan resolver estar o no en un sindicato, y sí, es una derrota aplastante, jurídica y política, para el Gobierno"