Sólo el pitazo final en el estadio "Calvo y Bascuñán" terminó con la angustia vivida por San Luis de Quillota, que tras igualar anoche 1-1 ante Deportes Antofagasta, más la caída de San Marcos de Arica frente a Palestino por 3-2, pudo mantenerse en la división de honor del fútbol nacional.

La línea entre la permanencia y el descenso fue delgada, porque a los ariqueños sólo les bastaba conseguir un punto para sepultar las opciones del equipo dirigido por Miguel Ramírez. Sin embargo, el cuadro canario terminó con la misma cantidad de puntos en la tabla acumulada que San Marcos (29), por lo que el siguiente factor de definición era la diferencia de goles, donde también igualaron. Por ello es que la cantidad de goles marcados definió todo: 28 dianas anotaron los nortinos y 40 los de Quillota.

Pifias e insultos

San Luis salió con todo a la cancha y ello le posibilitó abrir el marcador a los 4 minutos a través de Jaime Grondona. Sin embargo, la presión ejercida por Antofagasta en pos del descuento le permitió que a los 24' apareciera Sebastián Leyton, quien con un certero golpe de testa puso la paridad.

En el complemento, ambos equipos saltaron a la cancha sabiendo que los ariqueños iban perdiendo ante Palestino, por lo que bajaron la intensidad del juego.

Pasaban los minutos y los pases hacia los costados sin profundidad se tomaron el juego hasta el final y eso exasperó a la parcialidad, que conmenzó insultar a los jugadores.

De hecho, los hinchas pumas lanzaron proyectiles cuando el equipo se iba al camarín, demostrando con ello su disconformidad con lo mostrado en la cancha.

No obstante ello, los pupilos de Beñat San José, que también se salvaron del descenso, consiguieron de paso con este empate un cupo en la liguilla para la Copa Sudamericana.

Por otra parte, el 1-1 de Cobresal ante Unión Española también dejó a los mineros en Primera A. En tanto, el descendido Unión la Calera cayó como local por 4-2 ante Deportes Iquique.

O'Higgins y toda Rancagua son pura ilusión en la víspera del partido en que los dirigidos por Cristián Arán recibirán a la Universidad de Concepción (16 horas) con la opción de obtener el segundo título de su historia.

Los de la Sexta Región llegan a la última fecha del campeonato con la primera opción de quedarse con el título. Son los únicos que dependen de sí mismos y, por eso, un triunfo ante los del Campanil es suficiente para que puedan alzarse con la corona del Clausura.

La expectación de la ciudad, sin embargo, crece con la cercanía del encuentro. Por lo mismo, el estratega quiere que sus jugadores puedan abstraerse del ambiente para poder enfrentar a los sureños sin presiones.

"Estamos con muchísimas ansias", reconoce Cristián Insaurralde, y confirma: "El de este sábado (hoy) es un partido que lo esperamos demasiado. Estamos con muchas ansias de empezar ya a jugar. Se nos ha hecho larga la espera, realmente, pero estamos tratando de abstraernos de todo e intentar mantenernos al margen. De estar tranquilos para llegar de la mejor manera a jugar. Sabiendo que tenemos que hacer las cosas bien para ganar el partido y ser campeones, claramente. Pero el grupo está bien; muy contento".

Por lo mismo, la semana celeste ha sido normal. No ha habido arengas especiales ni trabajos diferentes por la trascendencia del partido. El DT no apela a la emotividad y se centra en el juego. Cree que la única receta para ser campeón es mantener hasta el final la propuesta. El mensaje es simple: para ganar, hay que jugar mejor que el rival.

"El partido será muy duro para ambos equipos, pero tendrá un montón de condicionantes extra. Si nos enfocamos en ellos, perderemos de vista que hay 90 minutos en los que tenemos que ser superiores al rival para tener más chances de ganar", estima el técnico. Y tiene a todos convencidos.