"Cumple un rol terapéutico, donde los chilenos podremos volver a encontrarnos y sanar heridas"
Cuando el abogado Carlos Dorn (40), oriundo de Valparaíso, abandonó el país a comienzos de 2010, se fue con la percepción de que la sociedad estaba políticamente aletargada. Quizás, dice, demasiada volcada a un ámbito privado donde no se consideraba que lo público -como en cualquier democracia- es un "puntal" para asegurar la estabilidad y confianza, precisamente, de cada uno.
Mientras estaba en España, país donde cursó un doctorado en derecho en la Universidad Carlos III de Madrid, el abogado veía cómo en Chile -extrañamente respecto a su última percepción- comenzaban a renacer las movilizaciones sociales, influenciadas principalmente por la lucha incansable de los estudiantes secundarios en 2011. Sus ganas de retornar y aportar con "un grano de arena" comenzaron a aumentar, más aún cuando su tesis en filosofía política se basó, principalmente, en analizar la crisis democrática que vivían los países. Lo ocurrido con el movimiento 15-M en España le ayudó a entender el proceso de cambio que vivía Chile, que según él "se estaba desgajando".
Y así hasta mediados del año pasado. Tras permanecer durante cinco años en Europa, Dorn volvió a Chile y se reincorporó a la Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso (UV). Sus deseos de aportar con su país continuaban y tres meses después, cuando la Presidenta Michelle Bachelet anunció el proceso para crear una nueva Constitución, se materializaron. "No lo dudé", dice el abogado, quien recuerda que su percepción fue otra al volver: "Políticamente veo a la sociedad mucho más despierta que antes".
Facilitador del proceso
De ideología socialdemócrata, pero sin militancia política, Carlos Dorn postuló para ser uno de los 216 facilitadores que iban a estar a cargo de la primera etapa del proceso constituyente. Y en marzo de este año fue escogido dentro de 10 mil postulantes y pasó a ocupar el cargo de especialista legal en la región, y vocero de la Provincia de Valparaíso.
Si bien reconoce que el proceso puede estar sujeto a críticas, como así lo fue durante el inicio de los encuentros locales, el abogado asegura que a través del Consejo Ciudadano de Observadores se ha logrado garantizar la independencia política del proceso. Incluso, se aventura a descartar de plano que los facilitadores sean "operadores políticos", como se comentó días atrás.
"Con esto no voy a decir nada nuevo, pero efectivamente hay un clima de cierta desconfianza pública de las instituciones, y a veces uno pensaba que probablemente acá iban a influir otras cosas. Pero al final nos reíamos, porque nadie está amarrado políticamente. Quien me conoce a mí soy un buen hijo de vecino, nada más. Lo comprendo, pero no justifico que exista cierta desconfianza y que se diga que somos operadores políticos, porque no es así", sostiene el abogado.
Por lo mismo, asegura que el proceso en la región se ha llevado medianamente bien. Sin embargo, como los plazos durante la primera etapa son breves, dice que es fundamental contar con el apoyo de voluntarios, como los estudiantes de la carrera de Derecho. "Ellos cumplen un rol fundamental porque el lenguaje que se utiliza en el proceso muchas veces no es tan familiar", indica.
Encuentros regionales
En cuanto a los cabildos locales en la región, el abogado adelantó que el sábado pasado se realizó el primero, y que hasta la semana pasada había 31 encuentros inscritos. Si bien dijo que la mayoría son formados por organizaciones sociales, como uniones comunales o juntas de vecinos, aseguró que se han registrado académicos e incluso profesores de colegios.
"Ha sido muy grato enterarnos que hay profesores de colegios que han tomado esto como un proceso de educación cívica, y realizarán los encuentros locales con alumnos. Nosotros, el próximo 7 de mayo a las 11.00, inscribimos un local en la Universidad de Valparaíso. La idea es llegar al máximo de personas para dividirnos en grupos de diez", indicó el abogado porteño.
Proceso constituyente
-Una de las principales críticas que ha tenido la primera etapa del proceso es que no es vinculante. ¿Qué reflexión hacen?
-Más que una crítica lo tomamos como una observación. Con toda honestidad, efectivamente esta etapa no tiene una vinculación jurídica, pero en todo proceso político nunca hay una garantía jurídica de nada. La posibilidad de que tu visión sea escuchada depende de cómo logres construir un proyecto que tenga cabida y resonancia en las instancias pertinentes. Incluso, este momento es más constituyente que una Asamblea Constituyente, por ejemplo, porque aquí se está llamando a los ciudadanos a que se auto convoquen.
-Pese a esto, pareciera que la ciudadanía lo que quiere en definitiva es ser escuchada.
-El proceso cumple una labor terapéutica, de volver a encontrarnos y sanar heridas, porque lo que hace el diálogo es curar. Este es el momento de que el pueblo seamos nosotros, porque hay un momento en que se debe trascender la barrera de lo individual. Es importante involucrarse en la cosa pública. Como decía Aristóteles, nosotros somos animales políticos. Y los que no, eran idiotas en el sentido de que se preocupaban solo de los asuntos privados. Además que es un proceso con autonomía política. Yo estoy comprometido cívicamente, cuidando siempre la neutralidad. Porque todos tenemos una posición política, eso es innegable, una concepción y un modelo de sociedad tan legítimo como otro.
- ¿Cuál es el suyo?
-Si te digo que soy socialdemócrata no estoy diciendo nada del otro mundo. Si me preguntas por referentes, me gusta lo que pude palpar allá (Europa), el estado de bienestar escandinavo, Dinamarca, Noruega, Suecia, Finlandia.
-¿Cuál es su percepción del proceso constituyente?, ¿hay alguna meta que se proponen?
-Me han preguntado que a partir de qué número de encuentros locales es un éxito. Eso es secundario, porque ninguna Constitución del país ha sido generada desde abajo hacia arriba, que es el principio democrático. Siempre ha sido una imposición de una determinada elite, y este sería el primer caso en nuestra historia. Esto ya es ganancia política, social y cultural. Lo otro, es que hay un cierto sector que se ha mostrado un poco reticente al proceso porque dicen que esto ya está armado, pero están todos invitados, incluso pueden participar y decir que no quieren cambiar la Constitución del '80. En el proceso de cabildos no es forzoso que los ciudadanos lleguen a un acuerdo. Esta instancia es de detectar cuáles son los principales temas en que los ciudadanos quieren priorizar.
-¿Con qué país se encontró luego de su paso por España?
-Políticamente lo veo mucho más despierto. Cuando me fui en principios de 2010 tenía una percepción de una sociedad políticamente aletargada. Quizás demasiada volcada a la cosa privada.
-¿Cree que el país está en crisis?
-La crisis que estamos viendo en Chile es de una cultura pública y política, porque en democracia ésta se construye cuando cada ciudadano le da un espacio. Nosotros estamos en crisis porque no tenemos una cultura que nos una. Creo que estamos demasiados divididos en guetos de barrios. Y como digo, este proceso puede ser terapéutico. Va a ser el momento en que podamos reconocernos y mirarnos.
"Ninguna constitución del país ha sido generada desde abajo hacia arriba, así que realizar este proceso ya es ganancia social, cultural y política"
"Lo comprendo, pero no justifico que exista cierta desconfianza en el proceso constituyente y que se diga que somos operadores políticos, porque no es así"