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Edificio siniestrado es recuperable y se intentará reconstruir fiel al estilo original

VALPARAÍSO. Dueño del restaurante sindicado como origen del fuego subrayó que tenía todas las instalaciones en regla.
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El edificio La Española, en pleno corazón de la zona declarada Patrimonio de la Humanidad, era uno de los más característicos y valiosos del Barrio Puerto y uno de los que tenía más vida, con restaurantes, pubs, salas de ensayo, verdulerías y viviendas, pero una vez más fue arrasado por el fuego, esta vez en el peor incendio de su larga historia, que data del año 1900, dejando a 37 habitantes damnificados y ocho locatarios y sus trabajadores sin su fuente de ingresos.

El incendio, que se habría iniciado pasadas las 4 de la madrugada del lunes, dañó por completo su interior, donde su tercer piso y su característica mansarda en el piso superior se derrumbó por dentro, por lo que ahora sólo queda su fachada que, según detalló la directora de la Unidad de Gestión Patrimonial del municipio, Paulina Kaplan, es recuperable, por lo que intentarán además reconstruir la mansarda como era.

"Es un edificio importante porque tiene un alto grado patrimonial. Gracias al Plan Director tenemos una ficha completa del inmueble y no solamente de su exterior, sino que también del interior y eso es indispensable para hacer la reconstrucción. Hay que tener mucho detalle técnico, no podemos llegar y botar cualquier cosa. Incluso, no se puede demoler, por eso nuestro equipo técnico de arquitectos en terreno evaluará la situación. Esta evaluación nos permitirá ver de qué manera podemos optar a recursos para poder arreglar el edificio. Una vez con el informe en mano lo enviaremos al Consejo de Monumentos de Nacionales y a la Seremi Minvu, y también vamos a tener que hablar con el propietario o ver algunos recursos de la parte emergencia, como se hizo en el edificio Subercaseaux", detalló Kaplan.

Damnificados

El director de Emergencias del municipio porteño, Ricardo Valdés, expuso que "hay 37 damnificados, residentes de los pisos superiores, que ya han sido catastrados por nuestra oficina móvil, que está atendiendo la parte comercial también, por los ocho locales que había en la planta baja. De esos 37 damnificados, 16 de ellos no tienen dónde quedarse".

En un primer momento, Valdés informó que esos 16 damnificados serían albergados temporalmente en el gimnasio del estadio O'Higgins, pero más tarde el alcalde de Valparaíso, Jorge Castro, aclaró que "hemos tomado las acciones para que tengan un arriendo, a cargo del municipio, puesto que no tienen familiares que los puedan recibir. Por eso, vamos a asumir la solución de arriendo para aquellos que vivían en calidad de arrendatarios del inmueble afectado. Los vamos a apoyar para que estén tranquilos, esperamos que en unos 90 días puedan asumir ellos. Pero de momento es la mejor solución, ya que hay personas insulinodependientes que deben estar en buenas condiciones".

Uno de los damnificados es Arturo Parraguez, quien estaba a cargo de los departamentos que se arrendaban por piezas. "Yo perdí todos los enseres de mi casa, ropa, todo, quedé con lo puesto. Vivía en el segundo piso y en el primer piso tenía la frutería y verdulería Arturito, me despertaron a las 4 y media. Dicen que el incendio empezó por el restaurante Buenos Aires".

Por su parte, Nelson Espinoza, dueño del restaurante Buenos Aires, que abrió hace un año y medio y en el que invirtió $150 millones, afirmó que "tengo mis dudas de que fuera la instalación eléctrica, porque la inmobiliaria dueña del edificio hace dos meses contrató a una empresa para que viniera a revisar a todos los locatarios y toda la gente que vivía, y la gente que nos revisó nos felicitó porque yo era el único local que cumplía con todas las normas, sistema eléctrico aprobado por la SEC, y todos los arreglos que hice fueron aprobados por arquitectos de la Municipalidad".

En tanto, el tercer comandante del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso, Vicente Maggiolo, expuso que la voracidad del fuego pudo deberse a que el patio interior "produce un efecto de tiraje similar a las chimeneas".

A su vez, el capitán Hernán Casas-Cordero, del Labocar de Carabineros, confirmó que la instalación eléctrica del restaurante estaba en buen estado, agregando que "en esta misma intersección tenemos una cámara de seguridad y estamos extrayendo las grabaciones para poder establecer si hay participación de terceras personas".

Inmueble de Conservación Histórica

El edificio La Española, que ocupa toda la manzana de Cochrane, Márquez, Bustamante y Valdivia, además de estar inserto en una Zona Típica, fue declarado Inmueble de Conservación Histórica, y la ficha de evaluación que elaboró para ello el Minvu en 2005, indica que "es característico de la arquitectura historicista desarrollada a fines del siglo XIX y principios del XX. Se destaca por su gran calidad estética y arquitectónica". En cuanto a su valor histórico, señala que "es testimonio del auge económico vivido en la ciudad".

"Es segunda vez que me pasa esto, tuve mi local en calle Cochrane y nos afectó la explosión de calle Serrano el año 2007"

Nelson Espínoza, Dueño restaurant Buenos Aires

Un nuevo incendio en Valparaíso

Es común, al referirnos a la recuperación de edificios de valor patrimonial, hablar de "restauración", término al cual todos estamos más o menos habituados; sin embargo, pocas veces oímos hablar de la "conservación".
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Una vez más debemos lamentar la pérdida de otro edificio patrimonial, nuevamente en la zona declarada patrimonio de la humanidad. Que esto suceda ya no es de extrañar y seguirá sucediendo mientras no se tomen las medidas básicas de conservación de estos inmuebles, medidas que suelen ser invisibles, pero que en términos prácticos son más importantes que la recuperación de la fachada o de otros elementos arquitectónicos que le dan al edificio un buen aspecto estético, pero que no solucionan las amenazas propias de edificaciones que ya superan la centuria.

Es común, al referirnos a la recuperación de edificios de valor patrimonial, hablar de "restauración", término al cual todos estamos más o menos habituados; sin embargo, pocas veces oímos hablar de la "conservación", es decir, tomar las medidas necesarias para evitar o neutralizar los mecanismos que generan las principales alteraciones de estos inmuebles.

Las medidas de conservación tienen que ver con aspectos fundamentales, como el adecuado mantenimiento de las instalaciones eléctricas y las instalaciones sanitarias, la impermeabilización y mantención de techumbres, entre otros. Acciones que implican un alto costo, que no generan un impacto visual importante que permita demostrar el esfuerzo invertido, pero que resultan imprescindibles para evitar incendios, colapsos, derrumbes y plagas, además de mejorar ostensiblemente la calidad de vida de sus habitantes.

Por lo general se suelen incluir estas intervenciones en los planes de restauración integral de un edificio, pero considerando la dificultad demostrada para llevar a cabo estas restauraciones integrales, es fundamental asegurar la conservación de estos inmuebles, hasta que ese momento llegue y eso se hace invirtiendo en cosas tan simples como evitar goteras que humedecen los componentes estructurales y terminan haciendo colapsar los edificios, manteniendo en buen estado las instalaciones sanitarias para evitar filtraciones que propicien la aparición de plagas, fumigando regularmente las zonas vulnerables y, por supuesto, renovando las instalaciones eléctricas para evitar los tan comunes incendios.

Hacerse cargo de estas mantenciones es difícil para los particulares, sobre todo si se trata de áreas empobrecidas; por lo tanto, es imprescindible comprender de una buena vez que si queremos conservar nuestro patrimonio arquitectónico, debemos invertir, de lo contrario, tendremos que conformarnos con una escenografía de fachadas huecas.

Iván Maureira

Director carrera Restauración Patrimonial Duoc UC Valparaíso