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21 de mayo: surrealismo y mundos paralelos

Mientras la Mandataria daba rienda suelta a un mensaje tibio y deslavado, Valparaíso vivía en otra dimensión. Un planeta distinto, donde los encapuchados se tomaban las calles, destruían todo a su paso, quemaban edificios y asesinaban a Eduardo Lara.
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Analista política y directora de la Escuela de Periodismo de la Universidad Adolfo Ibáñez de Viña del Mar.

Chile está dividido. No me refiero a las divisiones tradicionales entre derecha e izquierda, católicos y no creyentes, ricos y pobres. La división hoy es mucho más profunda. Y preocupante.

Chile está dividido entre los que viven el día a día, los que trabajan desde el alba hasta que ya anocheció, los que sufren el sistema de salud público, los bajos sueldos y el deficitario transporte público. Y, por otro lado, la clase política y el Gobierno, que creen que los problemas se solucionan con discursos, promesas y ataques mediáticos.

La Cuenta Pública de la Presidenta Michelle Bachelet ante el ¿Congreso Pleno? es una muestra patente de esta falta de conexión entre un Chile y otro.

Mientras la Mandataria daba rienda suelta a un mensaje tibio y deslavado, Valparaíso vivía en una dimensión paralela. Un mundo distinto, donde los encapuchados se tomaban las calles, destruían todo a su paso, quemaban edificios y asesinaban a don Eduardo Lara, un guardia que a sus 72 años de edad trabajaba un 21 de mayo, supuesto día feriado.

En el primer mundo, los parlamentarios (los que se dignaron a asistir a uno de los mayores hitos republicanos del país) escuchaban a la Presidenta, en una especie de déjà vu de lo que fue su primer gobierno, con un énfasis en palabras como "familia", "educación", "desarrollo"… algo de "democracia" y "social".

Por un instante, la Jefa de Estado se acercó nuevamente al segundo mundo, a ese de los sectores más vulnerables y desprotegidos. El de las mujeres, los niños, y los discapacitados.

Pero en la otra dimensión, afuera de las paredes del Congreso, la avenida Pedro Montt ardía en llamas. Entonces se echó de menos un par de párrafos en los cuales la Mandataria hablara de "delincuencia" o "seguridad".

Para no pasar a la vereda de los "profetas del caos" -citados por la propia Bachelet-, es justo reconocer que hubo algunos anuncios interesantes: la creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología; el proyecto de ley para ayudar a los padres de niños menores de 15 años que padecen enfermedades graves; la apuesta por la inclusión laboral -y digna- de las personas discapacitadas; la AFP estatal y el aumento de penas para sancionar la violencia intrafamiliar y los femicidios.

La deuda estuvo -sin embargo- con don Eduardo y su familia. También con la seguridad y la lucha contra la delincuencia, la descentralización, las dificultades en las regiones y el mundo indígena.

Cuando es la propia bancada de diputados socialistas la que califica el discurso como "reafirmador de programa", queda claro que fue un planteamiento pobre, sin grandes anuncios ni grandes logros. Un texto carente de sentido en el Chile que se levanta fuera de los muros de La Moneda y el Congreso.

Así, sin ninguna lógica, vimos las pantallas divididas de la televisión, entre la opulencia y solemnidad del Congreso, y las maniobras de reanimación para salvar a don Eduardo.

Un 21 de mayo absolutamente surrealista.

Karen Trajtemberg

Un discurso para esos dos países que son Chile

Un discurso, en su comienzo, orientado a la economía, producción, empleo y necesidad de recuperar la confianza, pero al culminar, se insistió en un proceso constituyente que invalida reestablecer lazos.
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Economista

Perdí la sensación de alegría que tuve al comienzo del discurso y que en el análisis la recupero a ratos. Me explico: independiente del diagnóstico, me parece acertado y casi académicamente perfecto, el camino para retomar la producción y sus bonanzas; responsabilidad fiscal, fomento a la inversión internacional, diversificación de nuestra producción, innovación y sustentabilidad.

Un discurso, en su comienzo, orientado a la economía, la producción, el empleo a través de reconocer la importancia de los privados y la necesidad de recuperar la confianza perdida, pero al culminar, el discurso, se insistió en un proceso constituyente que, por su naturaleza que define, inclusive, temas como la propiedad privada, invalidan todo gesto para restablecer lazos. Las inversiones carecen de ideologías, pensamientos o sentimientos; sólo tienen rentabilidad, una medida que sopesa riesgo y retorno, y el proceso constituyente representa un tremendo riesgo a toda inversión de largo plazo.

Descontando los efectos en la inversión que suscita la reforma a la Constitución, el discurso me pareció muy bueno.

La primera alegría viene por el lado de la responsabilidad fiscal. La deuda pública aumentó peligrosamente y llegó al 30% del PIB. El compromiso de la Presidenta de respetar el déficit estructural anticipan austeridad en el gasto que se fueron reforzados con la idea de eficiencia fiscal. Esta idea se extendió, inclusive, para los futuros democráticos gobiernos regionales. El gasto público retoma la eficiencia y austeridad, una excelente y necesaria noticia para la estabilidad macroeconómica.

Conjuntamente, puedo decir que he criticado al gobierno, constantemente, por su carácter centralista, no obstante, gran parte del discurso trató de medidas que serán beneficiosas para nuestras regiones. Elección democrática del gobierno regional, quien deberá velar por la eficiencia del gasto, lo que implica una alta relevancia al momento de discutir el presupuesto nacional. Medidas que favorecen el agro, la minería y las obras civiles, entre otras, me dejan con una malisiosa sonrisa al notar que descubrieron, en el gobierno central, que el desarrollo de las regiones es el desarrollo del país.

Para nuestra querida región, las obras civiles serán la forma de inyectar empleo, entre ellas los embalses postergados serán retomados, asegurando el desarrollo agrícola e industrial de la zona del Aconcagua y si el año pasado estimé un precio del cobre en 2,3 dólares la libra, este año lo bajo a 2,1 y se ratifica con el anunció alineado de eficiencia fiscal y menores costos de producción para Codelco. En lo micro, avanzar en proteger al consumidor es crítico, especialmente en el sector financiero y reforzar el Sernac es el primer paso.

Insistiré con la sensación bipolar que me suscita el discurso, primero, orientado a la economía, el crecimiento y el empleo, al que debemos sumar el carácter internacional, innovador, socialmente responsable y sustentable que se logrará con eficiencia y austeridad fiscal, retomando las confianzas, avanzando en los cambios sociales con responsabilidad y entendiendo una de las máximas de Maureira: el crecimiento económico no lo es todo; pero la falta de él, sí.

Alegría máxima que se disipa, en gran parte, ante el riesgo de los efectos vistos en Bolivia, Ecuador y Venezuela tras la instauración de una asamblea constituyente.

Alejandro Maureira