Secciones

"No aporta que la UDI intente duplicar el proceso constituyente con 80 propuestas"

E-mail Compartir

Paola Passig

El proceso constituyente, en términos de innovación de convocatoria ciudadana, debe ser el proceso más interesante que ha experimentado Chile en su historia. Esa es la premisa desde la que parte el ministro de Desarrollo Social, Marcos Barraza, al analizar el momento que atraviesa la iniciativa de La Moneda, que no ha estado exenta de críticas.

Y es que a su juicio, acota, la Constitución del 80, por definición, tiene una carencia de legitimidad de origen pese a todas las modificaciones que se le han hecho. "En 200 años de historia republicana nunca antes las chilenas y chilenos habían sido invitados a un diálogo de esta naturaleza", sentencia.

- Se ha cuestionado la falta de participación...

- Creo que el proceso progresivamente ha ido adquiriendo vitalidad desde lo que es la convocatoria ciudadana expresada tanto en una dimensión cuantitativa, porque cada vez son más los encuentros autoconvocados que se inscriben y cada vez son más las personas que deciden participar, pero también cada vez son más los actores sociales que estiman que es un proceso digno de participar. El Hogar de Cristo convocó al proceso constituyente; me tocó reunirme con los pastores y obispos de la Iglesia Evangélica que están diseñando su participación; la CChC decidió participar y partidos y parlamentarios de la derecha también han decidido sumarse… Entonces tiene un nivel de legitimidad, en tanto diversidad social, que naturalmente legitima el proceso, tanto en lo cualitativo como en lo cuantitativo.

- Desde la oposición se critica que parta de una página en blanco…

- Yo haría la distinción de que esa crítica es de parte de la oposición. No es que toda la oposición tenga un rechazo al proceso constituyente. La Constitución no es un ejercicio restringido a opiniones hiperfundadas en términos de ciencia y academia. Es un proceso social que tiene que ver con la opinión de la ciudadanía respecto del país que se quiere. Y aquí lo que importa son las opiniones de todos. Lo digo porque la Fundación Rostros Nuevos del Hogar de Cristo está informando sobre el proceso en sus usuarios que son personas en situación de discapacidad mental. Y un enfoque contemporáneo de Derechos Humanos supone que todos los grupos originarios, personas con discapacidad, tienen las mismas posibilidades de opinar sobre el país que se quiere. Y el que puedan surgir más ideas, lejos de atentar contra el tipo de sociedad que uno quiera construir, lo enriquece.

- Otra de las críticas apunta el exceso de expectativas que se estaría creando con el cambio constitucional que no cambiará la vida tanto como se ha prometido.

- No. Yo, por el contrario, creo que le va a hacer muy bien el país. Parte importante de los avances que ha experimentado el país en materia de políticas públicas ha sido a pesar de la Constitución y no gracias a la Constitución… Un ejemplo, el Parlamento deliberó durante un año la reforma laboral o la modernización de las relaciones laborales, pero el marco constitucional existente impide cualquier modificación que profundice una política pública en derechos laborales. Y esa es una evidencia de las restricciones inherentes a la Constitución, no obstante los mejoramientos que ha experimentado. Por lo mismo, si uno lo quiere ver desde el punto de vista del impacto en las personas, ciertamente que lo tiene. Lo cierto también es que no resuelve todo, pero tener un marco institucional distinto que posibilite un real enfoque de derechos en las políticas públicas es aportativo para la calidad de vida de las personas.

- ¿Qué le parece que la UDI, que en un inicio se había restado de participar, ahora lo haga pero a través de un informe paralelo con contiene 80 propuestas?

- No creo que sea una buena manera de participar. Creo que es no reconocer la importancia de un proceso de esta naturaleza y colisiona con la necesidad y expectativas ciudadanas. Me hace mucho más sentido aquella oposición que reconoce en el proceso constituyente un espacio legítimo de conversación pública que es requerido y que le hace bien al país.

- ¿Pero es un aporte o una complicación para el proceso?

- Creo que el debate de ideas se enriquece cuando se participa de los procesos y no cuando uno intenta duplicarlos. Me hace más sentido que un sector importante de la oposición crea que es un espacio al que hay que sumarse.

- Ha costado que se entienda este camino…

- O sea, sin duda los mecanismo de participación han ido mejorando respecto a la coordinación que debe haber entre ciudadanía e instituciones públicas, pero la participación hay que irla permanentemente cultivando. La convocatoria de un proceso constituyente siempre parte de menos a más, básicamente porque la ciudadanía tiene que informarse y eso es lo que se ha estado haciendo. Y como Ministerio de Desarrollo Social estamos informando en todas las iniciativas sociales y ciudadanas porque es la responsabilidad que nos compete del derecho de las personas a estar informadas para que puedan participar. Y sí, cada vez este proceso ha ido adquiriendo más peso específico.

- ¿Qué le responde a quienes señalan desde la oposición que el PC se ha adueñado del proceso constituyente?

- Esas son críticas infundadas. El PC participa como cualquier otro partido u otra entidad y yo no presumo que haya coaptado este proceso.

- ¿Cuál es la importancia que le asigna a la redacción de estas propuestas?, ¿el Gobierno es efectivamente un tercero neutral?

- El Consejo Ciudadano de Observadores está haciendo el trabajo que le corresponde: observar, garantizar formas, mecanismos, metodologías. Está desplegando la función para la cual fue nominado.

- ¿Pero el Gobierno está entregando garantías de neutralidad?

- Este proceso es lo suficientemente rico en pluralidad, por lo que todo el mundo se debe sentir tranquilo. La supuesta influencia del Gobierno es un resquemor de una parte de la oposición y de algunos medios de comunicación. No del conjunto de la ciudadanía.

- Se ha cuestionado mucho el rol del Tribunal Constitucional. ¿Hay que cambiarlo?

- El proceso posibilita debatir sobre las instituciones que constituyen el Estado y será legítimo debatir sobre las instituciones, el régimen, sobre el Parlamento, y entre ellas, sobre el TC, y éste tiene las limitantes propias de que sus fallos interpretan la Constitución que existe hoy y la que existe hoy es contraria a muchas políticas con enfoque de derechos que se están impulsando.

- ¿Cómo se replicará esto con los pueblos indígenas?

- El programa de Gobierno establece la creación de un Ministerio de Pueblos Indígenas y un Consejo Nacional de Pueblos Indígenas y nueve consejos para los nueve pueblos que consagra la Ley 19.253 del año 1993. Estos dos proyectos deben ser sometidos a consulta previa ya que Chile adscribe y ratificó el convenio 260 de la OIT. Por tanto, cualquier materia que tenga afectación directa a los pueblos indígenas requiere de consulta previa. Entonces, hemos implementado un proceso participativo complementario al proceso nacional para los 9 pueblos indígenas. Y así como en el proceso genérico existe un Consejo Ciudadano de Observadores, en el proceso indígena participativo constituyente existe un consejo equivalente compuesto por el sistema de la ONU.

"Este proceso es rico en pluralidad, por lo que todos se deben sentir tranquilos. La supuesta influencia del Gobierno es un resquemor de parte de la oposición y de algunos medios. No del conjunto de la ciudadanía" "Las críticas de que el PC se ha adueñado de proceso son infundadas. El PC participa como cualquier otro partido u otra entidad y no presumo que haya coaptado este proceso"