Secciones

Multitudinaria despedida tuvo Eduardo Lara en Valparaíso

CIUDAD. En el último adiós al guardia municipal que falleció trágicamente el 21 de mayo, el obispo Gonzalo Duarte expresó que los "porteños están perdiendo la confianza en el Estado de Derecho".
E-mail Compartir

Paolo Navia S.

Pocas veces la muerte de un porteño ha generado lo que Eduardo Lara provocó ayer en las calles de Valparaíso. A primera hora del día, la Casa Consistorial del municipio ya se podía observar colmada de coronas y adornos florales, que se sumaron a las cientos de personas que, entre lágrimas, esperaban la salida del féretro, como preludio de una jornada llena de emociones y sentimientos.

Con el Salón de Honor del municipio porteño a sus espaldas, el cuerpo de Eduardo Lara fue despedido en esta primera instancia en su lugar de trabajo por alrededor de una década.

"Hoy nos deja materialmente un hombre que siempre privilegió su trabajo ante todo, un hombre que siempre optó por servir al resto, un hombre que siempre tenía una sonrisa en su rostro y que irradiaba esa felicidad a todos", fueron las sentidas palabras que el pastor Manuel Vargas, capellán de la Municipalidad de Valparaíso, utilizó para despedir espiritualmente al guardia de seguridad.

Palabras que calaron hondo en Irma Soto, viuda de Eduardo Lara, quien a medida que pasaban los minutos se llenó de abrazos y condolencias por parte de amigos y compañeros de trabajo del funcionario municipal que perdió la vida en los violentos desmanes del pasado 21 de mayo.

Tras casi dos horas de ceremonia evangélica, el cuerpo de Eduardo Lara abandonó por última vez el municipio porteño, dejando atrás a sus "niñas", como tiernamente apodaba a las funcionarias municipales que cada día compartían largas horas de trabajo junto a él. Entre ellas se encontraba Mariela Valdés, secretaria de la Municipalidad de Valparaíso, quien visiblemente afectada, entregó unas sentidas palabras sobre la labor que Lara desempeñó hasta el último día de su vida.

"Quiero agradecer a la vida por haber conocido a Eduardo Lara, un viejo bueno, un trabajador especial, sumamente alegre, quien perdió la vida trabajando por los demás, y es por eso que me prometí llegar hasta las últimas instancias para que su familia pueda tener la tranquilidad necesaria", declaró entre lágrimas.

Con una guardia de honor en la entrada del municipio, integrada por sus compañeros de labores con impecables trajes negros, globos y flores blancas en sus manos, el funcionario municipal emprendió su camino hacia la iglesia de los Sagrados Corazones de Valparaíso, lugar al cual fue trasladado a pie por las céntricas calles de la Ciudad Puerto, recibiendo aplausos de todos los porteños que a esa hora transitaban por el sector.

"Primero se generó una ceremonia en la Casa Consistorial, que también fue su casa durante muchos años, donde la ciudadanía porteña le pudo entregar su cariño. Y ahora que nos encontramos en la iglesia de los Sagrados Corazones y la verdad es que es muy emocionante ver la gran cantidad de porteños y porteñas que han venido a darle el último adiós a un funcionario municipal que, sin duda, dejó una huella en nuestros corazones", declaró acongojado el alcalde de Valparaíso, Jorge Castro.

Con el féretro de Eduardo Lara en el frontis de la iglesia, fue el obispo de Valparaíso, monseñor Gonzalo Duarte, quien se hizo dueño de la palabra.

"Nos hemos reunido para poner en manos del Padre Dios a nuestro querido hermano don Eduardo Lara Tapia, fallecido en las tristes circunstancias que todos conocemos. Pedimos para él el don del eterno descanso, el premio por sus muchas buenas obras y el perdón de las faltas que hubiere cometido por nuestra fragilidad humana", dijo el obispo al inicio de la homilía en el templo porteño.

La ceremonia católica estuvo marcada por el descontento que han manifestado los porteños tras los episodios de violencia registrados el pasado 21 de mayo, sentimientos que monseñor Duarte solicitó apaciguar, aunque indicando que las víctimas tienen derecho a obtener justicia.

"Tenemos que pedir al Señor la paz del corazón para poder 'obrar la justicia de Dios' y no dejarnos llevar por la rabia y por los deseos de venganza. Obviamente, tenemos todo el derecho a pedir justicia, a exigirla, pero por medios justos y respetuosos. Tenemos la obligación moral de exigir que se cumpla el principio jurídico que los derechos de cada uno terminan donde empiezan los derechos del otro", puntualizó.

En esa línea, y dejando de lado su rol como obispo de Valparaíso, Duarte agregó que "soy vecino del barrio donde sucedieron estos luctuosos sucesos. He conversado con mucha gente que ha venido a ver los destrozos de los incendios del pasado 21 de mayo, y tengo la sensación de que el modesto pueblo porteño está perdiendo la confianza en el Estado de Derecho tal como lo estamos viviendo. La gente percibe que el derecho pareciera no estar al servicio de los inocentes, al cuidado de los ciudadanos de a pie. Si esto así fuere, sería extremadamente grave. Por tanto, todos los que tenemos responsabilidades en la sociedad, y particularmente quienes detentan los poderes públicos del Estado por delegación de los ciudadanos y ciudadanas de Chile, debemos reaccionar pronta y eficazmente y estar obviamente al servicio de todos".

Cuestionamientos a las movilizaciones sociales que no terminaron ahí, pues monseñor Duarte fue especialmente crítico al momento de referirse sobre las consecuencias que las marchas y protestan generan en la ciudad de Valparaíso.

"Incluso las marchas pacíficas alteran la vida del centro de la ciudad, porque hay que cerrar calles, desviar la movilización, y los comerciantes y los vecinos se ponen nerviosos porque no se sabe cómo va a terminar aquello. Tienen mucha razón quienes dicen que se debe respetar el derecho de las personas a manifestarse públicamente por las calles, obviamente con la debida autorización de la autoridad correspondiente. Pero, y lo repito, el derecho de cada uno termina donde empieza el derecho de los otros, particularmente de los pacíficos ciudadanos y ciudadanas", enfatizó el obispo porteño, cuyas reflexiones fueron masivamente aplaudidas por el público presente, que solicitó a viva voz mayor justicia por parte de las autoridades a raíz de la muerte de Eduardo Lara.

Finalmente, y tras las ceremonias evangélica y católica, el cuerpo del funcionario regresó al lugar donde pasó sus últimos minutos de vida: la Secretaría Municipal que resultó destruida el 21 de mayo en el fatal incendio provocado por encapuchados.

En el inmueble, tanto concejales como trabajadores municipales y comerciantes del sector despidieron a Lara con una multitudinaria ovación, lanzado pétalos blancos a la carroza y exigiendo justicia, situación que también se repitió en el cementerio Parque del Sendero, lugar donde el guardia encontró su descanso eterno, siendo despedido por última vez por cerca de mil personas que más que recordar su partida, revivieron las acciones y consejos que Lara les entregó durante su vida.

Municipio se querellará

A las 9 horas de hoy, en el Tribunal de Garantía de Valparaíso, Jeanette Bruna, directora del Departamento Jurídico de la Municipalidad porteña, presentará una querella criminal en contra de quienes resulten responsables del incendio con resultado de muerte acaecido el 21 de mayo en medio de serios desmanes registrados en el centro de la Ciudad Puerto. "Presentaremos querellas que serán respaldadas con los antecedentes que se nos entregó por parte de Carabineros, el objetivo es poder querellarnos en contra de los responsables directos e indirectos que provocaron las manifestaciones con resultado de muerte", declaró la abogada.

"Es emocionante ver la gran cantidad de porteños que ha venido a darle el último adiós a un funcionario que dejó una huella en nuestros corazones"

Jorge Castro Alcalde de Valparaíso

"Tengo la sensación de que el modesto pueblo porteño está perdiendo la confianza en el Estado de Derecho tal como lo estamos viviendo"

Monseñor Gonzalo Duarte, Obispo de Valparaíso