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"A los encapuchados hay que tratarlos como hooligans y erradicarlos de las manifestaciones"

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Paola Passig

La muerte del guardia Eduardo Lara el 21 de mayo, marcó un punto de inflexión para el país. Así lo considera el diputado Gabriel Silber (DC), miembro de la comisión transversal de Seguridad Ciudadana, quien decidió presentar un proyecto para regular el tema "por sobre cualquier sesgo político con el que a veces se tiñe esta discusión". Hay que marginar, recalca, a los encapuchados de las manifestaciones "y justamente porque defendemos el derecho a manifestarnos y a protestar, sentimos que esto pone en riesgo ese derecho".

- ¿Faltaba abordar este tema con más seriedad?

- Sí, faltaba tomar el toro por las astas. Esta discusión muchas veces se politiza. Se pone en blanco o negro; como que se está a favor o en contra de Carabineros o a quienes quieren regular este tema se los sindica como que quieren criminalizar la protesta social. Esta no es una propuesta contra los manifestantes, sino que por el contrario, para defender y reivindicar las marchas como parte de nuestra democracia. Pero para eso hay que darle a los vándalos el carácter de hooligans y deben ser erradicados de las manifestaciones. Quien se encapucha no tiene nada que aportar en una manifestación. Por el contrario, se terminan arrogando un protagonismo que le quita la prioridad a lo que se quiere manifestar.

- ¿Qué propone la comisión?

- Queremos ver varias experiencias en el mundo en esta materia; incluso de grandes democracias, como son Alemania e Inglaterra. Principalmente queremos dar facultades a Carabineros para que cuando una persona se encapuche o emboce, sea inmediatamente retirada del lugar sin necesidad de que cometa un acto vandálico porque hoy encapucharse es un agravante de responsabilidad penal. Es decir, debe cometer algún destrozo o algún delito para recién ahí tener Carabineros facultades para detener a un encapuchado. Lo segundo es aplicar los estándares de la ley de seguridad en los estadios a las marchas y manifestaciones. Hace poco regulamos el tema de los banderazos que son acciones del fútbol en la periferia de los estadios y que también la queremos aplicar a las manifestaciones. Hay mucha precariedad e informalidad en este tipo de actos que convocan a mucha gente y que son necesarios en democracia, pero que tienen una regulación muy deficiente, donde las responsabilidades son muy ambiguas a la hora de evaluar situaciones como los lamentables hechos del 21 de mayo.

- ¿Cuál es el escenario en la Nueva Mayoría?

- Lo instalamos en la bancada transversal y esperaría que mis colegas no vieran este tema como ser de derecha o de izquierda para tomar partido de un bando u otro. Este es un tema que las grandes democracias se han atrevido a regular y muchas veces hay anteojeras ideológicas a la hora de tratar estos temas. Y la democracia chilena requiere, imperiosamente, abrirse a debatir estos temas.

- ¿Son propuestas que debe patrocinar el Gobierno?

- Desde el punto de vista legislativo, algunas son iniciativas propias, como el tema del encapuchamiento, pero estamos dejando fuera de la norma a quienes oculten su identidad para alguna manifestación artístico cultural, porque si no vamos a caer en la trivialidad de que la gente de la Tirana va a caer detenida o aquellos estudiantes que se disfrazan de políticos. Eso lo queremos dejar claro en la norma. También queremos, tal como lo propuso Hillary Clinton, que todas las fuerzas especiales tengan cámaras en el pecho que es un medio inhibitorio para el vándalo o para algún exceso policial, pero esto es resorte del Gobierno.

- ¿En cuánto tiempo debiera estar listo?

- Lo vamos a plantear en la comisión de seguridad ciudadana para empezar a verlo desde la próxima semana y la idea es tener este protocolo listo para debutar el próximo 21 de mayo. Es una mesa en que tiene que estar Carabineros, el Gobierno y los convocantes para que entreguen sus propuestas.

- ¿Qué le parece que un grupo de estudiantes haya entrado a protestar en La Moneda anunciando una nueva ofensiva en contra del Gobierno?

- Irrumpir en La Moneda es una acción bastante temeraria y que habla de un relajo de los controles de seguridad al interior del Palacio Presidencial. Pero como le digo, una cosa es el vandalismo, pero otra es la mirada que el movimiento social, a través de sus marchas y movilizaciones, han sabido catapultar prioridades ciudadanas. Y desde esa perspectiva no nos podemos cerrar a que exista descontento social y que las manifestaciones hacen un doble llamado al Gobierno a estar atento a lo que ocurre en nuestra sociedad, porque claramente hay un tema de expectativas no satisfechas.

"Esperaría que mis colegas no vieran este tema como ser de derecha o de izquierda (...) Este es un tema que las grandes democracias se han atrevido a regular y muchas veces hay anteojeras ideológicas a la hora de tratar estos temas"

"la democracia chilena requiere imperiosamente abrirse a debatir estos temas", sostiene Gabriel Silber.