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Los héroes improbables

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La nueva Encuesta de Opinión Política en la Región de Valparaíso 2016, elaborada por GFK Adimark para la Fundación P!ensa con estándares bastante altos (fue hecha de forma presencial a 1.650 personas de las diez principales comunas de la Región) destacó particularmente en esta versión a los Bomberos -organismo que no había sido incluido en la versión anterior- con la idea de probidad, un concepto cada vez más desterrado de la institucionalidad chilena tras los uno y mil escándalos que han sacudido a la política, el empresariado, el Poder Judicial, la Iglesia, el fútbol y tantos otros. Obviamente, por los tiempos de la propia encuesta, los incidentes del último 21 de mayo y el accionar de Bomberos ese día en Valparaíso no alcanzaron a influir en este sondeo, pero sí sería conveniente resaltar tal heroica jornada, graficada en dos postales inolvidables: la primera, profusamente replicada en redes sociales y medios de comunicación durante toda esa semana, mostraba a un bombero alzando sus brazos e intentando calmar a una horda de encapuchados que seguían con su afán de incendiar todo lo que estuviese a su paso. La segunda, impresa en la portada de la edición de hoy de este mismo Diario, presenta a dos voluntarios, de espaldas y abrazados en señal de luto, frente al triste horizonte de una ciudad difusa, devastada y final. Lo que la imagen no dice es que uno de ellos intenta consolar al segundo, quien sólo minutos antes fracasó en su desesperado intento de reanimar al guardia municipal, Eduardo Lara, quien terminó perdiendo la vida tras la asfixia a la cual se vio expuesto en el incendio desatado por los mismos desalmados que aún se pasean en completa e impune libertad.

En rigor, la asociación libre que la opinión pública hace de Bomberos con el término probidad significa mucho más que eso. Y en cierta medida, a pocos y nadie le debe importar mucho si los profesionales del fuego llevan bien sus escuálidas cuentas o de dónde provienen los escasos recursos y donaciones que se les hacen. Lo que fue verdaderamente premiado en esta ocasión -sin incluir, repetimos, su actitud del último 21 de mayo- es ese virtuoso cóctel de heroicidad, arrojo y temple que mucho nos gustaría ver en otras de las instituciones severamente castigadas en el sondeo.

El siguiente párrafo, extraído de una circular privada con la cual la Comandancia del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso felicitó a sus voluntarios el día 23 de mayo, en algo consigue interpretar la comunión a sangre y fuego que hoy los une:

"Lo que ha ocurrido ha sido una experiencia nueva para nosotros; no es nuestra costumbre trabajar entre lacrimógenas y piedras. Quiero decirles lo orgulloso que me siento de todos ustedes, del coraje para enfrentar el trabajo ante una turba enardecida que no transaría ante nada, en cometer los actos que todos conocemos (...)".