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Alta participación en las Primarias

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Rodrigo Vergara Barbagelata

PUCV

No estoy de acuerdo con quienes han condenado la baja participación en las p rimarias municipales recién vividas, cifrándola en alrededor de un 5% del padrón electoral. Creo que esa forma de medir la participación no es correcta, dada la modalidad de la votación. Parece más adecuado comparar la cantidad de votantes en estas primarias con los sufragios emitidos en la elección de alcaldes de 2012.

Consideremos que en las municipales de 2012 en Valparaíso, los que no sufragaron por el alcalde Castro fueron 47.121 personas. Si suponemos que todos esos votos eran de la Nueva Mayoría, entonces los 14.491 votos recibidos en las primarias de la semana pasada, significan una participación de 31% de los votantes de ese sector.

En Viña del Mar, los que no votaron por la alcaldesa Reginato en 2012 fueron 35.503, mientras los que acudieron la semana pasada a las primarias de la Nueva Mayoría fueron 7.199 personas, lo que se traduce en una participación del 20% de ese sector.

En Concón, los que no votaron por el alcalde Sumonte en 2012 fueron 9.572, mientras los que acudieron la semana pasada a las primarias, tanto de Chile Vamos como de la Nueva Mayoría fueron 3.886 personas, lo que significa una participación del 41%.

En resumen, bajo esta metodología, parece muy razonable haber logrado una participación de entre 20% y 40% en estas primarias. La desidia de los votantes no es en las primarias, sino en todos los últimos procesos eleccionarios. ¿Será momento para que los honorables reconozcan su error anterior y volvamos al voto obligatorio?

Académico

Escuela de Ingeniería Comercial

"Malos Samaritanos: El mito del Libre Comercio y la Historia Secreta del Capitalismo"

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Los temas mundiales son abordados por los economistas dentro de marcos teóricos muy estándares. Sin embargo, Ha-Joon Chang, economista de la Universidad de Cambridge, presenta varias ideas originales sobre las políticas impulsadas por instituciones internacionales y países avanzados que promueven el comercio internacional y la consolidación del sistema capitalista. Chang realiza un análisis profundo de la globalización, explicando cómo los países ricos desean un mundo industrializado. Pero estos "retiran la escalera" hacia la riqueza por la que ellos mismos subieron. Son "malos samaritanos" en el sentido que tienen muy buenas intenciones, pero su ideología neoliberal y su incomprensión de la historia los lleva a imponer errores de política sobre otros.