La falta de control de los padres impulsa "atracones" en los niños
ALIMENTACIÓN. Un estudio advierte que los más pequeños pueden tener malas conductas al comer cuando en la familia hay burlas o falta de control.
Un estudio de la Universidad de Illinois (EE.UU.) dio a conocer dos factores de riesgo que conducen a algunos niños a comer grandes cantidades de alimentos: la falta de control de los padres y las burlas relacionadas con el peso dentro de la familia.
Los resultados fueron consignados por la revista Eating Behaviors.
Angustia y depresión
Jaclyn Saltzman, especialista en estudios de desarrollo y familia, señaló que los llamados "atracones" durante la infancia explicarían el aumento de la obesidad infantil y las alteraciones en el comportamiento de los niños en este tema, cuyas consecuencias perdurarían hasta la adultez.
"La intervención temprana para hacer frente a los atracones no sólo puede ayudar a prevenir un trastorno de la alimentación en los países emergentes, sino también prevenir hábitos de vida en los comportamientos no saludables relacionados con el peso", apuntó Saltzman, autora principal del estudio.
La experta diferenció la satisfacción que produce un atracón en comparación con haber comido mucho postre en la cena, por ejemplo.
"Los atracones de comida se siente como si no estuvieras controlado cuando estás comiendo. Estás comiendo más allá del punto de la satisfacción y hasta el punto de la incomodidad. Estás experimentando una gran cantidad de angustia emocional a causa de ella", indicó Saltzman.
En ese sentido, remarcó la investigadora de Illinois, los atracones se asocian con la depresión y la obesidad.
Revisión de datos
Saltzman, junto a la académica Janet Liechty, revisaron los estudios realizados en los últimos 35 años sobre la comida en exceso durante la infancia. Tras concluir que se habían realizado pocas investigaciones al respecto, debieron filtrar los datos con nuevos criterios.
Ambas especialistas identificaron más de 700 estudios y ubicaron los que habían incluido en la muestra a niños menores de 12 años. "Eso nos dejó con 15 estudios, que hemos examinado con una herramienta para evaluar el riesgo de prejuicio y así pudiéramos comentar sobre las fortalezas y limitaciones en los estudios", subrayó Saltzman.
Si bien la pérdida de control de los niños en las comidas todavía no está reconocido en ciertos manuales de diagnóstico, este rasgo propio de los adultos puede traspasarse a los niños pequeños.
Las investigadoras señalaron que el punto principal del estudio no es la cantidad de alimentos que los niños comen, ya que ellos no tienen el control suficiente de los alimentos a los que tienen acceso. En cambio, tienen el control de sus emociones en torno a la comida, la cantidad que comen y la sensación de estar fuera de control.
En medio de la revisión, Saltzman y Liechty encontraron actitudes indiferentes por parte de los padres en cuanto al control de la ingesta alimentaria de sus hijos. También el "atracón" se puede entender como una respuesta emocional ante las burlas de la familia por el peso. No hay distingo de etnia y situación económica al no existir la correlación entre estos factores y el aumento de los atracones.
"Este estudio encontró que los atracones en la infancia están muy asociadas con las creencias relacionadas con el peso de los padres, pero no con su peso real, y su disponibilidad emocional, no necesariamente la disponibilidad de ingresos", puntualizó Saltzman.
El daño de centrarse en bajar de peso
Las investigadoras de Illinois apuntaron en el estudio que el exceso de peso no debe ser el "final de todo" y que centrarse en bajar kilos puede ser perjudicial. Ambas propusieron entregar herramientas a los niños para que controlen sus emociones, "especialmente las que están alrededor de comer y el peso, (esto) puede ayudar a fortalecer las habilidades de afrontamiento de los niños, por lo que son menos propensos a necesitar el atracón", señaló Saltzman.