Por un total de 12 horas de terror se extendió un ataque yihadista perpetrado en un restaurant en Dacca, la capital de Banglasesh, donde siete extremistas armados con granadas, pistolas, rifles y machetes ingresaron al local y mantuvieron como rehenes a unas 40 personas.
Finalmente fueron 28 los fallecidos por el atentado, incluyendo a seis de los siete atacantes y dos policías. Los otros 20 muertos fueron rehenes, muchos de ellos extranjeros que fueron asesinados por los milicianos antes de que las fuerzas de seguridad lograran poner fin al asedio.
Unos cien efectivos del Ejército y de otras fuerzas irrumpieron en el local la mañana de ayer, tras lo que la primera ministra bangladesí, Sheikh Hasina, comunicó que seis de los atacantes habían muerto y que uno había sido capturado con vida.
El general Nayeem Ashfaq, director de la operación, explicó en una rueda de prensa que muchos de los 20 rehenes que murieron fueron acuchillados por los atacantes.
Otros 13 rehenes, incluidos bangladesíes y de nacionalidades como argentina, india, ceilandesa, italiana y japonesa, lograron escapar o fueron liberados durante el operativo. El padre de un sobreviviente dijo que los agresores dejaron vivir a los que recitaron versos del Corán.
Al menos otras 26 personas resultaron heridas, en su mayoría agentes policiales.
"Debido a los esfuerzos de la fuerza conjunta, los terroristas no pudieron huir", dijo Hasina. "Nadie que crea en la religión puede hacer algo así. No tienen ninguna religión, su única religión es el terrorismo", agregó en un transmisión televisiva.
Varios extranjeros"Algunos de los 20 rehenes muertos son bangladesíes, otros son extranjeros. Hasta que la Policía traiga los cadáveres y sean limpiados, no podrán ser identificados", dijo un oficial del Ejército.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Italia confirmó que había 11 italianos en el local, de los que al menos uno logró escapar con vida. El Gobierno indio también confirmó que había al menos un ciudadano de ese país. Mientras que desde Japón señalaron que había siete personas de esa nacionalidad y que uno logró escapar herido, pero con vida.
Estados Unidos, en tanto, confirmó la muerte de un ciudadano de esa nacionalidad, a la vez que condenó el ataque.
En un comunicado, el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, explicó que el Gobierno estadounidense está en contacto con las autoridades de Bangladesh, a las que ya han ofrecido "toda la ayuda que sea necesaria".
"Este atroz ataque resultó en al menos 20 muertos, entre ellos un ciudadano estadounidense, miembros de las fuerzas del orden de Bangladesh, y ciudadanos de otras naciones. Nuestras más profundas condolencias están con las familias y seres queridos de las víctimas mortales, y les deseamos una pronta recuperación de los heridos", agregó.
El ataque fue reivindicado tanto por el Estado Islámico (EI) como por la rama de Al Qaeda de la región.
El EI aseguró en un comunicado distribuido por partidarios del grupo en el servicio de mensajes Telegram que el blanco del atentado eran los extranjeros procedentes de los "países cruzados".
El texto, según AP, tenía varias similitudes con otros anteriormente emitidos por el grupo terrorista. Hasta ayer no existía claridad si la reivindicación provenía de líderes yihadistas de Siria e Irak.
ONU pide intensificar los esfuerzos
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, condenó ayer el ataque y pidió intensificar los esfuerzos internacionales con el fin de prevenir y combatir el terrorismo. En un comunicado distribuido por su oficina de prensa, Ban señaló que confía en que quienes estén detrás de esta matanza "sean identificados y llevados ante la justicia". "Apoya firmemente a Bangladesh en su lucha contra esta amenaza y resalta la necesidad de intensificar los esfuerzos regionales e internacionales para prevenir y combatir el terrorismo", manifestó a través de la nota.
28 personas murieron en el ataque, 20 rehenes en su mayoría extranjeros, seis atacantes y dos policías.
13 rehenes fueron liberados o lograron escapar, algunos de ellos por poder recitar el corán, según testigos.