La candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton insistió ayer en su inocencia, tras haber declarado por más de tres horas el sábado ante el FBI por la investigación por la presunta negligencia que habría cometido al utilizar una cuenta de correo electrónica personal para enviar información clasificada cuando era secretaria de Estado.
En entrevista con la cadena MSNBC, Clinton señaló que estaba "impaciente" por entregar su versión de lo ocurrido y negó haber enviado información clasificada desde el correo que estaba alojado en un servidor en el sótano de su casa en Nueva York.
La investigación se ha convertido en la piedra de tope de la candidatura de Clinton a la presidencia de Estados Unidos.
"Ofrecí hacerlo desde el pasado mes de agosto. Tenía muchas ganas y me complace haber tenido la oportunidad de ayudar al departamento a finalizar sus pesquisas", dijo la ex primera dama, que insistió en que declaró de manera voluntaria.
"Nunca recibí ni envié material clasificado", enfatizó y agregó que "llevo contestando sus preguntas más de un año".
La candidata demócrata asimismo dijo que continuará colaborando con la indagatoria "todo lo que pueda", a la vez que aseguró que cometió un error al usar una cuenta privada y que es inocente de lo que se le investiga.
El Comité Nacional Republicano calificó como "insólito" que se trata de "la primera candidata a la presidencia que es interrogada en el marco de una investigación criminal".
Clinton reconoció a comienzos de 2015 que habría sido "más inteligente" usar una cuenta oficial y entregó 55.000 páginas de correos electrónicos de esa etapa al Departamento de Estado para su publicación.
El Departamento de Estado identificó alrededor de 2.100 correos electrónicos del servidor de Clinton con información confidencial, aunque ha asegurado que muchos de ellos no se consideraron clasificados en el momento de su envío.