En el siglo XXI la tendencia es mirar a la ciudad como un organismo vivo, donde los ciudadanos buscamos caminos para satisfacer nuestras necesidades y ser más felices, en constante diálogo con la infraestructura, que jamás deja de mutar. No obstante, al contrastar la realidad, el concepto sufre una fractura que el arquitecto y Premio Nacional de Urbanismo, Sergio Baeriswyl, intentó reparar en su conferencia "El destino de las ciudades chilenas; el dilema entre el diseño y la planificación", en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV).
"Diseño es dar forma; planificación se refiere a ordenar; y gestión es promover un plan para que el sistema funcione. Estos tres conceptos han gravitado desde Roma, durante el siglo I d. C., cuando se decide quemar la ciudad para rediseñarla, por el solo placer de tener una ciudad más bella. Ahí se ve un énfasis en el diseño que se arrastra al siglo XVIII, cuando las ciudades comienzan a ser planificadas y promovidas por sus autoridades, como Haussmann con París. Ahora, en el siglo XXI, domina la gestión, mientras que el diseño y la planificación decaen", graficó Baeriswyl.
En el caso chileno, el interés por el orden de la ciudad se concentra en los planes reguladores de cada municipio, los que determinan el uso del suelo, "pero esto es un urbanismo de ventanilla, que sólo regula. No hay planificación frente a los proyectos, sólo condiciones de antemano", afirmó el arquitecto, en vista de los problemas que generan, ya que "son restrictivos o muy permisivos, además de rígidos, con un desarrollo fijado por veinte años y la ciudad es un sistema dinámico", explicó el arquitecto a los estudiantes de la PUCV.
Asimismo, los planes reguladores "administran la plusvalía y uno se pregunta dónde estará puesto el bien común cuando se hicieron, la opinión de la gente, o sólo se trata de la visión de un político". Esto, a juicio del premio nacional, es importante dada "la segregación social que hoy generan las ciudades", determinada, entre otros factores, por el acceso a los servicios.
"En 1988 se redactó el plan regulador de Valparaíso, pero hoy existe conflicto con el puerto, ¿entonces para qué se hizo?", preguntó al aire el especialista. "Ahí hay una evidencia que la planificación no funcionó. Hubo gestión, pero de puerto". Sobre la idea de someter a plebiscito la construcción de un mall en Valparaíso, Baeriswyl dijo que "es un populismo que puede dañar la ciudad, a la cual hay que ver en su conjunto y quizás someter a plebiscito el plan, porque los vertederos nadie los quiere, pero son necesarios".