Paola Passig
La crisis que vive el sistema político lleva, a juicio del director de la Escuela de Ciencia Política de la Universidad Diego Portales (UDP), Claudio Fuentes, a dos respuestas: un proceso de contestación, o sea, protestas sectoriales, y también a la conversión de la desafección en política. Por eso, explica, "lo que deberíamos empezar a ver en los próximos años, y lo que ocurrió en las Primarias Ciudadanas de Valparaíso es bastante simbólico, y único también, es que sea la sociedad la que organiza una primaria, lo que demuestra que hay vocación de poder político".
En este sentido, subraya, la protesta por sí sola no resuelve los problemas de legitimidad, "esto debe ir acompañado de ambición de poder y ese es el gran dilema de los grupos ciudadanos, porque siempre hay un segmento que plantea que no hay que contaminarse con el sistema político y otro que quiere entrar a disputar poder, y el poder se disputa en las elecciones".
- ¿Cuál es la salida?
- La única opción que tienen las organizaciones ciudadanas, en este caso de Valparaíso, es organizarse en términos de alcanzar el poder y eso significa, aunque no te llames partido, que vas tener que negociar listas y organizarse territorialmente como los partidos.
- ¿Aunque se coloquen fuera del sistema tradicional?
- Es que eso es artificial porque las organizaciones sociales puras, en este caso de Valparaíso, no lo lograron y vinieron otros (Sharp) y ganaron con votos.
- ¿Aunque sólo sean 28 votos de diferencia?
- Sí, pero ganaron con una estructura más partidaria.
- Entonces el problema no son los partidos per sé, sino cómo están funcionando.
- El tema es si los partidos se vinculan o no con las organizaciones sociales. Eso es lo que tiene que cambiar más que pensar que hay que eliminar los partidos. Hay que reformarlos para que sean representantes de la acción social. Estas organizaciones van a tener que consensuar un programa, establecer mecanismos para elegir candidatos, tener una estructura orgánica de funcionamiento y de cómo van a tomar las decisiones internas. O sea, van a tener que hacer todo lo que hace un partido, pero no se van a llamar partido. Esa es la artificialidad de esta idea del discurso antipolítica.
- ¿Esto va de la mano con rescatar el valor y el aporte de la política?
-Sí, es cómo podemos hacer una nueva política que implique el debate de ideas, el respeto, la probidad, mecanismo de selección democrático, y que implica también que las minorías acepten la decisión de las mayorías. Y si después de una primaria en que ganan por 28 votos, los otros dicen que no los representan, bueno, si se aceptó jugar en esas reglas, hay que aceptarlas. Y la próxima vez quizás vas a ganar.
- ¿Cómo vislumbra el reordenamiento del escenario político de aquí a las presidenciales?, ¿incidirán los grupos ciudadanos?
- Creo que los partidos tradicionales van a seguir siendo claves. No veo ninguna fuerza política capaz de cambiar, por lo menos en el largo plazo, las correlaciones de poder ni en el Congreso ni en los municipios y menos en la Presidencia. No hay irrupción de líderes que estén rompiendo el esquema. Todos los líderes son parte de la elite tradicional; no hay outsiders que estén desafiando seriamente el sistema político. Es muy probable que en las municipales ganen los mismos de siempre y que en las parlamentarias no haya mucha variación respecto de las tendencias políticas. Y en las presidenciales, a menos de que llegue algún afuerino, que no lo veo, seguramente la decisión estará entre la NM y Chile Vamos.
- ¿Los partidos deben temerle a los grupos ciudadanos?
- O sea, quitan votos, pero es muy difícil que estos candidatos emergentes puedan tener la cantidad de votos de los partidos tradicionales, Al menos en las municipales, no lo veo.
- Acá, en Valparaíso, un DJ Méndez, que viene también con un discurso antisistema, ¿a quién perjudica más?
- La NM y la derecha han movido históricamente la misma cantidad de votos. Eso no va a cambiar e, incluso, puede que esta vez vaya menos gente a votar. Y si va menos gente a votar le conviene a los partidos tradicionales porque ellos tienen su clientela ya establecida y, por lo tanto, el desafío de estos nuevos actores, como Sharp, sería movilizar nuevos contingentes que vayan a votar en contra de estas fuerzas políticas. Pero el costo de movilizar es muy alto porque la gente no está yendo a votar. Pero ciertamente Sharp le va a quitar votos a DJ Méndez.
- ¿Existe la posibilidad de que Castro continué como alcalde?
- Claramente. Ahora las posibilidades de un candidato emergente van a depender mucho de qué visibilidad tenga, de su agenda y de su capacidad de atraer nuevos votantes, pero no es fácil, no está ganada la carrera simplemente por ser una cara nueva.
- Se ha cuestionado mucho la decisión del Servel de calificar como "improcedentes" las consultas ciudadanas. ¿Qué le parece, tomando en cuenta que se habla de la necesidad de que haya mayores niveles de participación?
- Aquí hay dos temas. Creo que es legítimo que cualquier organización que haga sus procedimientos internos elija a sus candidatos. El problema que a mi juicio se genera es la desregulación de todos estos procedimientos. Cuando haces primarias, cuando quieres puede darse, en un caso hipotético, que los mismos que participaron en la primaria A vayan a la primaria B para tratar de que salga un candidato que le convenga a determinado sector o partido. No hay ningún procedimiento que establezca que estás votando en dos primarias. Por eso en general los países primero establecen primarias obligatorias, cosa que en Chile ya no pasa, y decir que en todos los lugares que se elijan cargos unipersonales haya primarias simultáneas, obligatorias y vinculantes para evitar el doble voto. Esas condiciones son vitales para que una primaria funcione.
"La opción de un candidato emergente depende de su visibilidad, de su agenda y de su capacidad de atraer nuevos votantes. No es fácil, no está ganada la carrera simplemente por ser una cara nueva"