Entre la fantasía y la realidad
Columnista enjuicia la postulación de DJ Méndez y propone traspasar el poder al mundo de la farándula. En la mira del artículo de Warnken están todos, y afirma que Méndez "simplemente ha llenado el vacío, el hoyo negro que han dejado los que han administrado estas décadas perdidas de Valparaíso".
Cristián Warnken, poeta, profesor, director de la editorial de la Universidad de Valparaíso, cargó su Kalashnikov -la metralleta más letal de la historia- y en una columna periodística disparó contra toda la clase política. Esto, a partir de la nominación de DJ Méndez como candidato a la alcaldía porteña en representación de la Nueva Mayoría.
"¿… es una chacota?", se pregunta y agrega: "Más bien habría que decir que el desempeño de la clase política de la ciudad ha sido hasta ahora una sucesión de gags desastrosos que hacen posible que un DJ se convierta en alcalde; Él no puso la música; en realidad, fueron los caudillos y padrinos políticos de la zona y esa música ha sido la de un carnaval de corrupción, ineficiencia, mal gusto. El DJ no es, en realidad, Méndez, sino Lagos Weber. Él está mezclando, probando, a ver si "salta la liebre".
En la mira de Warnken están todos, Pinto y Castro y afirma que Méndez "simplemente ha llenado el vacío, el hoyo negro que han dejado los que han administrado estas décadas perdidas de Valparaíso y que podrían haberse usado para devolver a la ciudad su dignidad y esperanza".
Y avanzando en el tono lúdico propone un sistema político nacional a cargo de personajes de la farándula.
Reacciones varias en el mundo político. Silencio de algunos pues es complicado refutar a un columnista de la calidad de Cristián Warnken, cuyos juicios sobre la actualidad discurren entre la realidad, la poesía y la fantasía.
La realidad, última encuesta Adimark: 72% de rechazo a la Presidenta; 79% al gobierno; 74% a la Nueva Mayoría y 70 a Chile Vamos; sobre el 80% al Congreso y, en lo inmediato, un relativo interés, 53%, en participar en las elecciones municipales.
La fantasía: "Tal vez haya que llamar a todos los payasos de la ciudad (digo a los de verdad), a los malabaristas, a los cantantes de bolero y tango a tomarse el municipio de una vez por todas y echar a los inoperantes, a los que aceptan coimas a la calle y vestirlos de artistas callejeros. Un gobierno circense ¿no significaría un rito de purificación, una catarsis, para expulsar a los malos espíritus, y permitir que todo vuelva a empezar de nuevo?".
El artículo de Warnken publicado el jueves en El Mercurio de Santiago, refleja, con gracia, un pensamiento generalizado, doloroso, sobre Valparaíso, cargado de pergaminos, leyendas, títulos y problemas. Su fantasía coincide también con esa realidad nacional que se expresa en los números.
Para algunos la columna fue un focalizado y elitista ninguneo; para muchos, simplemente, "la verdad bien dicha", eslogan de una antigua agencia de publicidad.