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Administrar el tiempo

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Edmundo Varela Candia

¿Le falta tiempo? Para muchas personas, pareciera que días de 24 horas no son suficientes. Entre los diferentes recursos escasos a administrar a nivel personal, pareciera que el tiempo está entre los más valiosos en la actualidad. A modo de ejemplo, la reciente Encuesta Foco Ciudadano de MIDE - UC mostró que las personas prefieren donar dinero, que tiempo.

Administrar el tiempo requiere invertir un poco de éste en asignar espacios a tareas clave o urgentes, estimar los recursos necesarios para realizarlas y reducir la dilación (Green & Skinner, 2005). Sobre esto último, pareciera que demasiado a menudo escuchamos la expresión "los chilenos dejamos las cosas para el final". Probablemente, nada consuma más tiempo y energía que pensar en la necesidad de hacer algo y no hacerlo.

Administrar el tiempo con éxito es un gran desafío. El ser humano tiende a subestimar el tiempo necesario para completar una tarea o proyecto (Buehler, Griffin & Ross, 1994). También tiende a subestimar las consecuencias de postergar tareas futuras importantes, para priorizar otras de menor importancia, pero con resultados más inmediatos o tangibles (Konig & Kleinmann, 2007). Avanzar las tareas futuras es el mejor antídoto para la escasez crónica de tiempo o cuando las tareas futuras ingresan al corto plazo y se vuelven urgentes.

Administrar bien el tiempo requiere de disciplina personal y adecuados niveles de autocontrol (Bandura, 1997). Ganar confianza en la propia capacidad para cumplir las tareas, en la forma y plazos planificados, no sólo posibilita cumplir con los deberes personales o laborales, sino avanzar hacia una mejor calidad de vida.

Académico de la Escuela de Ingeniería Comercial, PUCV.

El Mercado, los Impuestos y la Recaudación Fiscal

DEBATE. El financiamiento de distintas reformas a través del alza en los impuestos genera diversas opiniones en el país.
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Olivares

Hoy se debate el financiamiento de la educación superior con mayores aportes fiscales, pero, ¿es viable que el Estado obtenga mayores recursos a través de más impuestos? Para algunos, la respuesta puede ser definitivamente sí, mientras que para otros, un rotundo no. La pregunta ha generado un amplio debate a nivel nacional. Para analizar la viabilidad de una iniciativa de estas características, es necesario tener en cuenta varias consideraciones. Los impuestos tienen un efecto directo e indirecto sobre el mercado al cual se aplican. Para entender dichos efectos, a continuación se explican los conceptos más relevantes.

¿Qué entendemos por mercado?

Es aquel lugar físico o virtual donde se une la oferta y la demanda de un determinado bien o servicio para ser transado. Es así como nacen los conceptos de oferta y demanda, siendo cada uno de ellos el conjunto de vendedores y compradores, respectivamente, de un determinado bien o servicio.

Mientras mayor sea el precio del mercado, mayor será la cantidad de vendedores dispuestos a ofrecer sus productos, ya que alcanzan a cubrir sus costos y sus expectativas de rentabilidad. En el caso de la demanda, mientras menor sea el precio del mercado, mayor será la cantidad de consumidores dispuestos a adquirir dicho bien, ya sea por preferencias, ingresos o expectativas.

La elasticidad

Cuando baja el precio de un bien, el aumento de la cantidad que los consumidores requerirán no está en una relación 1 a 1. Por ejemplo: si disminuye el precio de las operaciones cardíacas, un consumidor no se va a sentir motivado a operarse más del corazón; lo mismo ocurre con los medicamentos. O bien, si aumenta levemente el precio del pan en nuestro país, no disminuiría el consumo. Es así como surge el concepto de elasticidad, el cual mide la sensibilidad de la cantidad ante un cambio en el precio.

Este concepto responde al cuestionamiento de cuánto cambia la cantidad consumida u ofrecida frente a una variación en el precio. Normalmente, los bienes con características de imprescindibles -como el agua, la salud o alimentos básicos-, tienen un comportamiento relativamente inelástico, es decir, la cantidad demandada no variará mayormente frente a cambios en el precio. Por otra parte, los bienes suntuarios -como los tecnológicos y el vestuario de moda-, pueden ser más elásticos; frente a cambios de precios, la cantidad demanda de estos bienes variará significativamente.

Los impuestos

Impuesto se entiende como una parte del precio que tiene un bien y que recauda el Fisco. ¿Para qué recauda impuestos el Estado? Para pagar sus gastos, que están en el presupuesto de la nación: sueldos y salarios públicos, defensa nacional, subsidios habitacionales, obras viales, etc.

Estos gastos no los cancela el mercado a través de la oferta y la demanda, ya sea porque los privados no están dispuestos a pagarlos por sí mismos, porque su precio es muy difícil de ser llevado a las personas, o para corregir ciertas externalidades negativas que se producen al consumir dichos bienes, como sucede con el impuesto al tabaco. Este impuesto tiene como objetivo no sólo recaudar impuestos para los gastos fiscales, sino también reducir el consumo de dicho bien por su potencial daño a la salud.

Mercado, elasticidad e impuestos

Considerando estos tres elementos, es una difícil tarea para el Gobierno fijar una tasa de impuestos sobre un determinado bien. Y esto porque la implicancia de un impuesto es que sube el precio de un bien. Es lo que sucede con el IVA (Impuesto al Valor Agregado) de 19%: si el kilo de pan vale $1.000 más IVA, el consumidor paga $1.190. Sin embargo, el Fisco debe analizar el impacto social de dicho impuesto, en cuanto al costo y al beneficio que éste conlleva.

Sin duda que una carga sobre un bien inelástico permitirá recaudar una gran cantidad de impuestos, ya que el consumidor estará dispuesto a pagarla, como ocurre, por ejemplo, con el pan. A su vez, el Fisco deberá evaluar también el costo social de aplicar una medida de este tipo, la que podría resultar altamente impopular.

Por otra parte, si el Fisco considera aplicar un impuesto sobre bienes suntuarios, resulta ser una medida más aceptable por la ciudadanía, sin embargo, por tratarse de bienes elásticos, la recaudación del Fisco podría ser menor a la esperada, porque disminuye la cantidad demandada frente a alzas en el precio.

El financiamiento de distintas reformas, como la educacional, vía alza de impuestos, es una labor compleja, conlleva partidarios y detractores, efectos económicos, sociales y políticos que el Gobierno de turno deberá también considerar a la hora de evaluar propuestas que apunten, efectivamente, a un bien común.

Identidad chilena

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Esta obra empieza construyendo un marco de referencia sobre el concepto de identidad, con una gran calidad analítica. Continúa con lo que el autor denomina interpretaciones de la identidad latinoamericana; sobresale lo que llama la corriente religiosa como interpretación de aquella.

En la segunda parte se analiza la trayectoria chilena a la modernidad y la construcción de identidad. Aquí se diferencian cinco etapas bien definidas de nuestra trayectoria histórica independiente que vienen luego de la Colonia. Sitúa la última entre 1990 y 2000 y la llama modernización neoliberal y expansión económica.

En la última parte del libro se analiza la identidad chilena hoy. El estudio de estos rasgos es un elemento fundamental de la obra. Finaliza en un estudio de la identidad chilena y la globalización.