Aprueban desafuero de Gaspar Rivas por querella de Luksic
CORTE. De no apelar, el diputado tendrá que enfrentar un juicio por injurias.
En un fallo unánime la Corte de Apelaciones de Santiago aprobó ayer el desafuero del diputado independiente Gaspar Rivas (ex RN), a raíz de la querella presentada en su contra por el empresario Andrónico Luksic, quien pidió la medida judicial.
El empresario presentó la acción legal contra el parlamentario por el delito de injurias graves con publicidad, luego de que Rivas pronunciara insultos en su contra durante una sesión en la Cámara de Diputados en la que se discutía la agenda corta antidelincuencia, en mayo pasado.
Pese a la unanimidad del fallo de la Corte de Apelaciones de Santiago, el diputado Rivas aún puede apelar. Así lo explicó el presidente del tribunal de alzada, Jorge Zepeda, quien manifestó que "se hizo lugar a la formación de causa en contra del honorable diputado señor Gaspar Rivas, hubo unanimidad en el veredicto de la Corte. Es recurrible de apelación ante la Corte Suprema, en consecuencia no es una sentencia definitiva".
Por su parte, Rivas anunció que analizará si apelará o no a la decisión de la justicia, ya que de no hacerlo, deberá enfrentar un juicio. El diputado aseguró que él mismo había pedido ser desaforado y que lo que en realidad quiso decir era que un cuestionamiento de tipo moral a Luksic.
"Si los magistrados consideran que yo he cometido el delito de injurias, no solamente les pido, sino que les exijo que me desafueren, porque no corresponde que yo, ni ningún ciudadano enfrente una acción judicial con cualquier tipo de privilegios", sostuvo en declaraciones citadas por Cooperativa.
"Lo que quise usar es una expresión que por su dureza estuviera a la altura de la gravedad de las cosas que ha hecho el señor Luksic. Yo podría haber utilizado alguna palabra como 'tonto' o 'idiota', pero no es su calidad intelectual lo que estoy criticando es su calidad moral", afirmó.
El abogado de Luksic, Hugo Rivera, rechazó las explicaciones de Rivas y anunció que llegarán hasta las últimas consecuencias. "La injuria es un delito situacional, depende el contorno, entorno, e incluso la inflexión de la voz, en consecuencia, como le interrogó muy bien un señor ministro del pleno '¿por qué usó la palabra hijo de puta y no las palabras hombre malo o de mala fama?' ahí era evidente que el tribunal estaba asentando la intencionalidad injuriadora", dijo.