Dr. Rienzi Díaz Navarro,
De acuerdo con la última Encuesta Nacional de Salud, una de cada cuatro personas en Chile tiene hipertensión arterial, pero los especialistas estiman que los afectados por este mal bien podrían equivaler a un tercio de la población, ya que sólo el 65% de las mujeres y hombres que la padecen logran ser diagnosticados de manera efectiva y apenas el 37% de ellos está en tratamiento.
El impacto de esta enfermedad es tal que, en la actualidad, uno de cada tres fallecimientos que ocurren cada año en nuestro país tiene por causa la hipertensión arterial. Y los que más la sufren son los adultos mayores, pues tres de cada cuatro se ven aquejados por ella.
Por todo lo anterior, el Ministerio de Salud la considera una de las cinco principales patologías crónicas que afectan a los chilenos, dado que, además, es el factor de riesgo modificable más importante para desarrollar severas anomalía cerebrovasculares y renales, entre otras.
Presión alta
La hipertensión es una enfermedad asintomática, pero de fácil detección. No obstante, puede originar complicaciones graves y letales si no se la trata a tiempo. Se la denomina "arterial" porque está asociada al aumento de los niveles de presión del flujo sanguíneo de manera sostenida.
En términos simples, la presión arterial representa la fuerza que el corazón ejerce sobre las arterias para que la sangre circule hacia los diferentes órganos del cuerpo humano. La presión máxima o sistólica corresponde a la que genera el corazón con cada contracción y la presión mínima o diastólica es la que se produce cuando el corazón se relaja después de cada contracción. "Cuando el flujo sanguíneo corre de manera normal, la presión sistólica es menor a 120 mmHg y la diastólica inferior a 80 mmHg. Un individuo es diagnosticado como hipertenso cuando su presión arterial sistólica es igual o mayor a 140 mmHg, y/o la diastólica es igual o mayor a 90 mmHg", explica el cardiólogo Rienzi Díaz Navarro, magíster en Ciencias Médicas con mención en Biología Celular y Molecular, director del Departamento de Medicina Interna y profesor titular de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso.
En ese entendido, para diagnosticar la hipertensión se requiere objetivar el incremento de las cifras de presión arterial sobre sus valores normales en controles sucesivos, mediante el uso de esfigmomanómetros. Sin embargo, muchas veces ello implica también la realización de un examen de Holter, que comprende el monitoreo ambulatorio continuo de la presión arterial.
Causas
No hay total claridad respecto de cuál es la causa de origen de la hipertensión arterial. En los últimos años su desarrollo ha sido directamente relacionado con una serie de factores que suelen estar presentes en la mayoría de las personas que la padecen. Entre ellos destacan la herencia o predisposición genética, la obesidad y hábitos de vida poco saludables, como son el consumo excesivo de sal, alcohol, tabaquismo y sedentarismo.
"La hipertensión ocurre con mayor frecuencia a partir de los 40 años, pero puede aparecer a cualquier edad y en cualquier persona, aún en ausencia de predisposición familiar", precisa el doctor Rienzi Díaz.
De hecho, aproximadamente la mitad de los pacientes que sufren de hipertensión arterial no presentan síntomas, por lo que su desarrollo pasa inadvertido por años. De allí su denominación como "asesino silencioso", ya que que en algunos casos el diagnóstico sólo se establece una vez que el paciente sufre una complicación grave o fatal, advierte el especialista de la UV.
Efectos y tratamientos
La hipertensión es un factor de riesgo para el desarrollo de patologías del corazón, como la arterioesclerosis, que a su vez favorece el surgimiento de trombosis, fenómeno responsable de los infartos agudos de miocardio o de cerebro.
Asimismo, es un factor desencadenante de insuficiencia cardiaca, aneurismas o rotura de la arteria aorta, cuadros que en su mayoría son fatales. También puede dañar las arterias que irrigan los riñones, lo que provoca insuficiencia renal, y las arterias de las extremidades inferiores. Incluso puede llegar a afectar las arterias de la retina, alterando así la visión de los pacientes.
Dados sus devastadores efectos, lo ideal es evitar que los genes relacionados con la hipertensión se expresen. En este sentido, el doctor Rienzi Díaz afirma que la prevención es fundamental para evitar la aparición de esta enfermedad. Esta implica tener un estilo de vida saludable que incluya: evitar el consumo excesivo de sal y alcohol, realizar actividad física, controlar el peso y no fumar.
Pero cuando los pacientes son diagnosticados como hipertensos, el médico de seguro prescribirá un tratamiento farmacológico. "Hoy existe un importante número de medicamentos que permite en la mayoría de los casos un control óptimo de la presión arterial permitiéndole al paciente llevar una vida relativamente normal o sin mayores complicaciones", asegura el médico de la UV.
XIX Curso Internacional de Cardiología
Las enfermedades cardiovasculares se han convertido en la principal causa de muerte a nivel mundial, por lo que resulta fundamental aunar esfuerzos para avanzar en estudios e investigación orientados a prevenirlas, diagnosticarlas y tratarlas en forma cada vez más eficaz. En ese contexto, los días 3, 4 y 5 de agosto se realizará en Viña del Mar el XIX Curso Internacional de Cardiología, que reunirá a destacados especialistas de Chile y la Clínica Mayo de EE.UU., quienes analizarán y compartirán experiencias sobre casos y nuevos criterios vinculados a este tipo de males. El curso es organizado por el Departamentos de Medicina Interna y de Enfermedades Cardiovasculares de la Escuela de Medicina de Universidad de Valparaíso y Clínica Reñaca y se realizará en el Centro de Convenciones del Edificio de la Empresas, ubicado en calle Limache 3405. Más información e inscripciones en www.cardiologiaclinicarenaca.cl