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50 años | 6 de agosto de 1966

Nada se sabe sobre la construcción del aresanal

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Nos harán el favor de decirnos, quienes lo sepan, ¿en qué estado se encuentra el proyecto sobre construcción del arsenal? O se trabaja mucho y con demasiado sigilo, o no se hace nada, que es lo más probable, porque ya hace algún tiempo que no se dice una palabra a este respecto. Sólo sabemos que se nombró una comisión.


Cortan energía eléctrica


a oficinas públicas

De acuerdo con la notificación hecha por la Compañía de Alumbrado Eléctrico a las oficinas fiscales que le adeudan consumo de luz, se procedió a cortarles la corriente dejándolas completamente a oscuras. Entren ellas encuentran la Corte de Apelaciones, los juzgados civiles y del crimen y la Tesorería Fiscal.


Museo de Arqueología será reabierto próximamente

En poco más de un mes será reabierto el Museo de Arqueología e Historia Natural de Viña del Mar, que funciona en el Palacio Rioja, mantenido por la sociedad Dr. Francisco Fonck y bajo auspicio de la Municipalidad de Viña del Mar. Las salas de exposiciones serán reabiertas en el mes de septiembre próximo.

Victorias: una nueva oportunidad

Bajo nuevas normas, los más que centenarios coches viñamarinos podrán seguir operando.
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Los tradicionales coches victoria de Viña del Mar tienen una nueva oportunidad. Con variadas limitaciones podrán seguir circulando por algunas calles de la ciudad en recorridos fundamentalmente enfocados al turismo.

No deja de ser desafiante la decisión de la Municipalidad ante las estentóreas presiones de grupos animalistas que buscaban terminar con el tradicional servicio que cubre las calles viñamarinas desde hace más de un siglo. Es conocida una fotografía de 1913 en la cual frente a la estación de ferrocarriles aparece una decena de esos coches esperando a los pasajeros que llegaban en los trenes.

Se trata, entonces, de un elemento del patrimonio rodante de la comuna que, a juicio de muchos, vale la pena conservar. Y no es un sistema propio de nuestro subdesarrollo. Encontramos la tracción animal en coches de turismo en muchas importantes ciudades del primer mundo.

Sin embargo, en las condiciones actuales las inquietudes en Viña del Mar aparecen justificadas. Por un lado, está el factor congestión, al cual en las calles centrales contribuyen las victorias, que, hijas del siglo XIX tienen un ritmo correspondiente a un medio urbano despejado y sin urgencias.

Pero el tema que más hacía fuerza para suprimir los viejos coches son las denuncias de maltrato a los caballos, tanto en sus paraderos como en los recorridos mismos. Una realidad, quizás puntual, esgrimida por los animalistas partidarios de sacar los coches de las calles quienes, además, se oponen al popular rodeo chileno y no miran con buenos ojos la hípica, otra de las tradiciones viñamarinas.

La autoridad municipal, atendiendo a la tradición y a la condición de fuente laboral de las victoriales, además de muchas opiniones ciudadanas favorables a los coches, anuncia normas que acotan los recorridos, limitan a 20 el número de vehículos en circulación y refuerzan controles sobre la condición de los equinos. Si esas disposiciones se respetan y se mantienen en el tiempo las victorias podrían subsistir y con un ánimo proactivo sería posible mejorar sus condiciones generales con recursos de algún proyecto que considere su incorporación al activo patrimonial de la ciudad.

En primer lugar, es posible una capacitación formal y obligatoria para los cocheros, con instrucción básica sobre la salud de las cabalgaduras. También hay que insistir en la habilitación de bebederos -hay uno abandonado en la esquina sur-oriente de Uno Norte con San Martín-, construcción de toldos, mantención general de los animales y también de los mismos coches y sus paraderos.

¿Guerra con Bolivia?

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El canciller boliviano, cuyo apellido es mejor no pronunciar ni escribir por el peligro de sufrir dos o más tiritones, hizo declaraciones en que amenaza abiertamente con una guerra a Chile. Las palabras del ministro ya han sido suficientemente comentadas y no vale la pena abundar sobre ellas. El objetivo de esta nota es otro.

Hay muchas personas que creen imposible una guerra con Bolivia, Perú o Argentina, con completo olvido de que en 1978 faltó poco para que la hubiera con este último país. No sé de qué derivaría esa imposibilidad. Sobretodo Bolivia, pero también Perú, serán enemigos eternos para Chile.

La humillación y el rencor producidos por la derrota militar que ambos sufrieron en el pasado y la incidencia distractora de problemas internos que la agitación de cualquier problema con Chile tiene en la política de esos países explican el uso malicioso que ellos hacen de sus relaciones con este. Así que no se debe descartar tan ligeramente que algún día el asunto se les salga de manos y derive hacia una guerra.

Si la actitud del ministro boliviano continúa como ha comenzado, cualquier accidente pudiere provocarla.

Pero tampoco es este el tema más importante de la presente columna sino otro. Las autoridades chilenas, y sobre todos las que actualmente se encuentran en funciones, como imprudentemente no creen en la posibilidad de una guerra, reaccionan de maneras fláccida ante las arremetidas peruanas y bolivianas. En vez, por ejemplo, de haber constituido una zona militar adyacente al triángulo que Perú dice haberle sido atribuido por el reciente fallo de La Haya, el gobierno chileno se deshizo en declaraciones melifluas; y lo propio ha hecho, primero, ante la visita del ministro boliviano a Antofagasta y, después, frente a sus declaraciones guerreras.

Entretanto, si a los bolivianos se les ocurriere atacar Antofagasta, ¿las fuerzas armadas chilenas han sido dotadas con equipos suficientes para infligirles la derrota que merecen, más allá de su conocida capacidad humana y profesional para ello?

Alejandro Guzmán Brito

Catedrático de universidad, abogado