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ENTREVISTA. Cecilia Jiménez, académica de la Escuela de Arquitectura de la UV y miembro de Icomos, sobre proyecto de T2:

"En una ciudad patrimonial como Valparaíso, deben hacerse plebiscitos para decidir estas obras"

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Paolo Navia S.

Desde la facultad de Arquitectura de la Universidad de Valparaíso (UV), ubicada en el tradicional cerro de Playa Ancha, la académica Cecilia Jiménez ha podido observar las radicales transformaciones que Valparaíso ha vivido tanto en su arquitectura como patrimonio.

Con una trayectoria profesional que incluye 40 años de docencia en la UV, una activa participación como miembro del Comité Chileno del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos) y una carrera de 30 años en la Unidad Técnica de Patrimonio de la Municipalidad de Valparaíso, Jiménez ha sido la encargada de liderar procesos tan fundamentales como el cabildo ciudadano que en 2001 pavimentó el camino para que la ciudad se convirtiera en Patrimonio de la Humanidad en el año 2003, siendo además la encargada de confeccionar el documento que Valparaíso envió a la Unesco para alcanzar dicha categoría.

Título que, según la experta en patrimonio, actualmente "pende de un hilo", pues de acuerdo a su análisis, las megaobras impulsadas por la Empresa Portuaria de Valparaíso (EPV) como el Terminal 2 y el mall Barón provocarán un daño irreversible, imposible de mitigar o compensar, el cual afectará directamente al patrimonio y principalmente la vida de los porteños.

"Valparaíso fue declarado como Patrimonio de la Humanidad en el año 2003, pero todo se inició antes con el cabildo del 2001, donde fue la propia ciudadanía la encargada de levantar el tema patrimonial y cultural. A raíz de esto, se generó el primer estudio seccional, se incorporaron al plano regulador las áreas importantes para postular a la Unesco y además se produjo la creación inmediata de 25 organizaciones sociales, es decir, se produjo un movimiento ciudadano muy grande alrededor del patrimonio, el cual estaba oculto. Se comenzó a discutir más sobre este tema y se maduraron ideas y sensaciones sobre el cuidado del patrimonio, pero pese a todo eso, los proyectos siguen desarrollándose de espaldas a la ciudadanía", puntualizó la docente, quien en los últimos meses ha sido la encargada de liderar los trabajos de remodelación de la fachada y el tercer piso de la Iglesia Misionera Pentecostés de Valparaíso, una de las más antiguas de la Ciudad Puerto.

- ¿Qué trabajo se ejecutó, específicamente, en la Iglesia Misionera Pentecostés de Valparaíso?

- Esta es una iglesia que tiene un tremendo valor histórico, urbano, arquitectónico y de estética, y representaba un desafío poder restaurarla. Esta iglesia, en particular, se caracteriza por ejercer una tremenda labor social en el barrio, entregando desayunos y almuerzos, siendo muy utilizada por la ciudadanía; entonces, el pastor se contactó conmigo sabiendo que era arquitecto y yo postulé el proyecto al Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes (Fondart) en la convocatoria 2016 de patrimonio, y fuimos aceptados. Después de eso vino la construcción, que fue otro tremendo desafío, la cual se centró en la reconstrucción completa del tercer piso de la iglesia, el cual no existía, y por ende, se hizo todo de nuevo, se reemplazaron vigas y se demolieron oficinas y bodegas para dejar una gran cocina, baños, escaleras con las normas actuales y la oficina del pastor. También se restauró la fachada que había quedado muy atrofiada tras los terremotos, utilizando los elementos ornamentales existentes, teniendo un presupuesto de $ 86 millones, de los cuales la iglesia puso $40 millones.

- ¿Cómo se puede ejecutar este tipo de recuperaciones en otras iglesias, tales como la San Francisco o 12 Apóstoles?

- Actualmente, la única opción es postular el proyecto al Fondart, no existe otro tipo de financiamiento, y eso es una tremenda pérdida para Valparaíso, porque la Iglesia de los 12 Apóstoles supuestamente tiene un financiamiento aprobado, pero no pasa nada, y la San Francisco se ha destruido tres veces. Lo mismo pasa en la Iglesia de La Providencia, donde vinieron expertos italianos que quedaron maravillados, pero lamentablemente no hay avances y las iglesias están a punto de caerse.

Patrimonio porteño

A raíz de su activa colaboración en Icomos Chile y en el Departamento de Patrimonio del municipio porteño, la arquitecto Cecilia Jiménez ha podido apreciar en primer plano los cambios que Valparaíso ha vivido desde que fue declarado como Patrimonio de la Humanidad, los cuales, según la profesional, no van en la línea correcta en relación al cuidado del patrimonio.

- ¿Cuál es su opinión sobre la construcción del Terminal 2 en el borde costero de Valparaíso?

- En primer lugar, hay que dejar en claro que la gente de Valparaíso sabe lo que tiene y por eso se ha generado todo este revuelo por las megaobras portuarias, porque, por ejemplo, el Terminal 2 es una obra que no toma en cuenta la ciudad patrimonial y que está avanzando con una velocidad tremenda por otros caminos e intereses y que va a perjudicar enormemente a la ciudad en el sentido que va a provocar una muralla de containers en el borde costero, algo que era inimaginable hace un par de décadas. Y si bien en el primer expediente que se envió a la Unesco se menciona que Valparaíso es una ciudad puerto y que no puede funcionar sin él, las empresas portuarias han acuñado ese término, pero sólo pensando en ellas.

- Pero quienes comparten la idea de construir el Terminal 2 se avalan en la cantidad de empleos que se generarán, los cuales provocarían una reactivación económica en Valparaíso...

- Sí, pero ellos, quienes quieren construir el Terminal 2, han utilizado el "filete" de la ciudad durante años, y a pesar de todas las ganancias que han tenido, no han sido capaces de aportar en nada, porque finalmente Valparaíso no gana nada con la actividad portuaria, todo se va. Y en este sentido, yo creo que es factible crear un camino de Cabritería y ahí ejecutar el puerto abrigado, porque el puerto no puede ponerse sobre la ciudad y dejar una ciudad decadente atrás, pues yo estoy segura que si se construye el Terminal 2, Valparaíso perderá el título de Patrimonio de la Humanidad.

- ¿Qué opina sobre las compensaciones que se están solicitando al Estado chileno por el daño "irreversible" que provocará el Terminal 2 en el borde costero?

- Yo creo que no hay ninguna compensación que vaya a compensar el daño del T2, yo he estado en miles de exposiciones del puerto y siempre he señalado lo mismo. Imagínese que las primeras compensaciones eran una burla a la ciudad, pues se pedía pintar las grúas de color para que se mimetizaran con el puerto, es decir, ¿de qué estamos hablando? Y por parte del puerto, esconde todo esto diciendo "vamos a comprar camisetas a un club deportivo". Eso es una burla, pero el proyecto ya está "cocinado" y va a romper este Valparaíso patrimonial, con o sin compensaciones, porque como le digo, nada podrá compensar su daño.

- ¿Qué rol debería jugar el Estado de Chile en este tema?

- El Estado yo creo que juega un rol para los dos lados, en primer lugar, porque estos son proyectos mayores de política de Estado y portuaria, pero hay una mala elección, porque la otra vez se decía que estaban entre Santo Domingo y Valparaíso, y yo creo que ahí perfectamente se podrían haber repartido mejor las obras y que Valparaíso hubiera seguido con su rol patrimonial, con una acción de puerto más nivelada, que no afecte de la manera brutal que lo va a hacer.

- ¿Y la ciudadanía?

- En una ciudad patrimonial como Valparaíso, obligatoriamente deben hacerse plebiscitos para decidir estas obras, pero lamentablemente hoy en día todo se decide en Santiago.

"Quienes quieren construir el Terminal 2 han utilizado el 'filete' de la ciudad durante años, y a pesar de todas las ganancias que han tenido, no han sido capaces de aportar en nada" "El Terminal 2 es una megaobra que no toma en cuenta la ciudad patrimonial y que está avanzando con una velocidad tremenda por otros caminos e intereses y que va a perjudicar enormemente al patrimonio""