Acerca de la identidad energética regional
Si bien nadie discute el potencial energético de la Región de Valparaíso, cualidad planteada y reforzada por el ministro de Energía, Máximo Pacheco Matte, durante el seminario del ramo organizado por la Sofofa y Asiva, el jueves pasado en el hotel Sheraton de Viña del Mar, no es para nada baladí la invitación a crear una mayor "identidad energética" en la zona, como también sugirió en el mismo foro el secretario de Estado.
Una de las grandes apuestas del actual gobierno -y en la cual Pacheco se ha jugado buena parte de su capital político-, es la carretera eléctrica Cardones-Polpaico, proyecto impulsado por el gobierno de Sebastián Piñera, y licitado al gigante colombiano ISA durante el ministerio de Jorge Bunster.
Cardones-Polpaico consiste en una línea de transmisión eléctrica de alto voltaje, en 500 kV y doble circuito, junto a subestaciones que modificarán el nivel de tensión necesaria para la interconexión del Sistema Interconectado Central (SIC) con el del Norte Grande (SING), con una inversión aproximada de mil millones de dólares y una vida útil "indefinida".
La extensión del mismo es de 753 kilómetros, cruzando 20 comunas de las regiones de Atacama, Coquimbo, Valparaíso y la Metropolitana, siendo precisamente la Quinta, donde ha encontrado la mayor resistencia de algunos municipios y comunidades por la intervención que ello supondrá en sus respectivas localidades, las cuales deberán recibir su proporción respectiva de las 1.700 torres de transmisión, las que tendrán entre 45 a 70 metros de altura.
De acuerdo con declaraciones del presidente de la firma colombiana, Bernardo Vargas, las obras -según el cronograma definitivo- estarán listas a fines de 2017.
La esperable judicialización del proyecto, recursos y comisiones investigadoras del Parlamento incluidos, que incluso analizaron acusaciones de un supuesto conflicto de interés del propio ministro Pacheco, y el bajo poder negociador de los 13 municipios incumbentes de la Región (La Ligua, Papudo, Zapallar, Puchuncaví, Quintero, Quillota, Limache, Villa Alemana, Quilpué, Olmué, Concón, La Calera e Hijuelas) no consiguieron modificar mayormente el trazado del proyecto y han debido conformarse con pequeñas compensaciones (iluminación LED, entre ellas, que es mostrada por distintos alcaldes como un logro fundacional), sujetas a la habilidad política del ministro de Energía y la siempre zigzagueante voluntad gubernamental respecto de zonas azotadas por desastres ambientales.
Dos de los adversarios más duros que ha tenido el proyecto son el hoy destituido alcalde de Zapallar, Nicolás Cox, y el actual jefe comunal de Puchuncaví (territorio bastante castigado por las industrias), Hugo Rojas, quien se opone tenazmente a la intervención y amenaza con no ceder en su batalla judicial.
Así, asumir tal "identidad energética" para la Región -y solo basta con darse una vuelta por las comunas afectadas- no es una cuestión de voluntad, sino de legítima demanda.