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La especial conexión con Valparaíso de la judoca que ganó bronce en Río

JUEGOS OLÍMPICOS. La alemana Laura Vargas-Koch, reciente ganadora de una medalla en Brasil, cuenta sobre las raíces que la remontan al cerro Concepción y su última visita a la región.
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Si bien no nació en el Puerto, la historia y las raíces de la judoca alemana Laura Vargas-Koch la vinculan estrechamente con Valparaíso.

Una particular conexión con Chile que tomó más relevancia que nunca antes luego que la joven de 26 años lograra la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Río en la categoría de menos de 70 kilos del judo.

Cuenta la historia que su abuelo Eduardo Vargas Herrera fue un reconocido arquitecto y también director del canal de televisión UCV, y que residió junto a su familia en el cerro Concepción hasta 1975, año en que debido a la delicada situación política y social que atravesaba el país después del golpe de estado ocurrido dos años antes, tomó la determinación de partir a Alemania, lugar donde había conocido a su esposa Cornelia Koch.

Pablo Vargas-Koch, uno de los hijos de aquel matrimonio que partió al exilio, se casó luego con una alemana llamada Ulla, dando vida en Berlín a Laura. Pese a que su padre practicó karate por dos o tres años, lo cierto es que su incursión en el judo fue producto del azar.

"Algunos amigos míos hacían judo y yo estaba en un club de natación por un tiempo y encontré más entretenido estar con mis amigos, así que empecé a hacer judo", cuenta.

Ya con mayor recorrido en la disciplina, en 2012 la judoca de sangre porteña partió a la cita olímpica de Londres, donde estuvo como parte del equipo de entrenamiento de la delegación alemana.

Con el paso de los años, la carrera de Laura Vargas-Koch fue adquiriendo ribetes insospechados, alcanzando la medalla de plata en el Campeonato Mundial realizado en Brasil en 2013, y posteriormente logrando medallas de bronce y plata en los últimos Campeonatos Europeos.

Quizá por eso el bronce en Río resultó ser la coronación a una carrera plagada de éxitos, posición que logró tras vencer en el alargue a la española María Bernabéu.

"La verdad es que no lo esperaba, pero seguro que lo deseaba más como un sueño", sostiene la alemana, quien reconoce estar "realmente impresionada porque muchas personas en Chile están interesadas en mí y mi medalla".

Como si hubiera sido ayer, Laura Vargas-Koch retiene en la memoria algunas de las experiencias más impresionantes que vivió en Brasil, como la ceremonia de apertura y su pelea por el bronce, mientras apunta, sin mucha preocupación, hacia Tokio 2020.

"Quiero continuar, pero la medalla de oro no es mi objetivo para Tokio. Quiero mejorar mi judo, la medalla de oro sería genial, pero no creo que sea mi gran objetivo porque creo que en la competición hay muchas cosas que a veces dependen del azar", afirma, la deportista germana, quien por los próximos dos años espera concentrarse más en sus estudios de doctorado en matemática, claro que siempre alternando con sus entrenamientos.

A Valpo los pasajes

Si bien tiene un vínculo especial con el Puerto, Laura Vargas-Koch no tiene problemas en admitir que su español es escaso.

"Sólo sé algunas palabras en español, pero realmente no mucho", confiesa, mientras pronuncia algunas de las pocas frases que maneja en ese idioma.

La última vez que visitó el país fue en 2013, después del Campeonato Mundial donde logró la medalla de plata, y en Valparaíso se quedó en la casa de su abuela en el cerro Concepción.

"En Valparaíso me gustan los graffitis y simplemente camino por la ciudad con mis amigos tomando un montón de fotografías. He ido a Viña del Mar también, a las playas y por supuesto a la bahía de Valparaíso. Además, hemos ido al mercado, que es increíble porque consigues toda la comida fresca, que es algo diferente a lo que se acostumbra en Alemania", destaca la judoca.

En su última visita a la región también tuvo la posibilidad de ir a conocer el Parque Nacional La Campana, lugar donde quedó maravillada por la naturaleza.

"Fuimos a hacer un viaje de senderismo con mi tío y algunos de sus amigos que a menudo van a hacer trekking. Acampamos e hicimos unos recorridos por el parque, cocinamos, dormimos en las carpas, fue realmente entretenido, a pesar de las enormes arañas, y mis amigos estaban un poco asustados con ellas", cuenta entre risas, recordando eso sí, que se quedó con las ganas de subir hasta la cumbre del cerro La Campana.

"Queríamos ir a la cima, pero después no pudimos por algo típico de Chile, ya que dijimos que empezaríamos en la mañana y estuvimos esperando horas y horas para comenzar y al final ya en la montaña nos dijeron que no podíamos seguir subiendo porque habíamos empezado muy tarde, y eso que ya estábamos muy cerca de la cima", lamenta Laura Vargas-Koch, quizá esperanzada de poder volver a reencontrarse pronto con sus raíces e intentar coronar esa cumbre rocosa.

"En Valparaíso me gustan los graffitis y simplemente camino por la ciudad tomando un montón de fotos".

Laura Vargas-Koch, Judoca alemana"

¿Lo que más le gusta de Valparaíso?

Pese a que no viene muy a menuda al Puerto, Laura Vargas-Koch tiene claro qué es lo que más le gusta de Valparaíso cuando viaja a visitar a su abuela y otros familiares oriundos del cerro Concepción. "La comida siempre está genial. Comemos asados casi todos los días y es fantástico. Desde la casa de mi abuela tenemos una vista realmente bonita en la que se pueden ver todos los cerros y sus casas, que es algo muy especial. Acá en Alemania cuando digo algo de Valparaíso siempre la reconocen como la ciudad de los graffitis", cuenta la judoca.

años tiene la judoca, quien es hija del porteño Pablo Vargas, que emigró desde Valparaíso a Alemania en 1975. 26

lugar ocupa la alemana en el ranking mundial femenino en la categoría 70 kg de acuerdo a la Federación Internacional de Judo. 4°