La caridad no es el camino
El Estado de Chile hace 20 años que firmó la "Convención de los derechos del niño", lo que hace que el Estado garantice el cumplimiento de esta convención, pero la verdad es que la caridad ha suplido con creces a lo que nuestra nación se comprometió.
El 90% de los niños vulnerados en sus derechos es atendido por particulares (alrededor de 9.000 niños y niñas en el país): iglesias, fundaciones, institutos religiosos, personas naturales que fundan una corporación, etc., y todas ellas, por cierto, sin fines de lucro.
El lucro no cabe en una institución donde la subvención que entrega el gobierno no alcanza a cubrir ni el 45% de los gastos; ya sea para los sueldos, especialistas e incluso remuneraciones del personal. El resto lo cubre la caridad y esto "no da el ancho" para cumplir con los "derechos del niño" ni menos pensar en excelencia y calidad en el servicio. Nuestros niños viven de la caridad y no por la "garantía de los derechos". Este es el gran tema de la discusión: garantizar los derechos.
Esto se traduce, entre otras cosas, en implementar una potente estructura del Sename, reajustar la subvención, incorporar una fuerte fiscalización, contar con personal técnico y profesional, además de otras materias.
Es una pena y una ofensa a los niños de Chile y a estas instituciones que diputadas digan que "por ser particulares lucran" y, por tanto, "no habrá más plata". Es doloroso cuando todos hacemos grandes esfuerzos y creativas actividades para conseguir los recursos necesarios para nuestros hogares.
Muchas de las "complejidades psiquiátricas" de nuestros niños no se satisfacen simplemente por no contar con recursos. A modo de ejemplo, el Refugio debiera gastar más de 20 millones de pesos anuales en consultas psiquiátricas, remedios y procedimientos para atender a los niños y niñas más complejos; y esto lo paga la caridad y no el Estado a través de "la garantía de los derechos".
Esperamos que en las nuevas discusiones y discursos sobre el "nuevo Sename" se centre el tema de los recursos, la subvención y las garantías del cumplimiento de los derechos del niño. Este tema debe estar en el debate y nuestros parlamentarios debieran priorizar en las necesidades de los niños. Sabemos de tantas urgencias que tiene Chile con los más pobres, pero estas son indudablemente las más importantes: nuestros niños y niñas.
P. Enrique Opaso Valdivieso
Refugio de CRisto