Académicos de origen judío y egipcio conviven sin problema
VALPARAÍSO. Profesores de Ingeniería de la UV comparten oficina y desarrollan proyectos en conjunto. Ambos coinciden en que la clave puede ser que son ateos.
Un ejemplo de tolerancia y convivencia es el que día a día dan dos académicos e investigadores de la Escuela de Ingeniería Civil Biomédica de la Universidad de Valparaíso (UV), Alejandro Weinstein y Wael El Dereby, porteño de familia judía uno, egipcio el otro, quienes comparten oficina y trabajan de manera conjunta desarrollando diversos proyectos científicos, sin que para ellos sea tema el grave conflicto que aqueja a Palestina e Israel desde hace varias décadas.
Weinstein, oriundo del cerro Alegre, contó que "con Wael tenemos varios proyectos en curso, como uno sobre el modelamiento de la toma de decisiones, también tenemos un proyecto sobre el efecto de la altura en la cognición y un Fondecyt que va a partir pronto, que consiste en modelar matemáticamente los cambios de estado en el cerebro".
Wael El Dereby llegó a Chile por un proyecto de profesores visitantes, el 1 de enero de 2014, y estuvo seis meses en ese trabajo, que lo dio a conocer en el mundo académico, entre ellos al profesor Weinstein, y tras ello postuló a un fondo de Conicyt que financia estadías de profesores visitantes, adjudicándoselo, por lo que volvió a pisar suelo chileno el año 2015 en la misma modalidad, donde estuvo cuatro meses, periodo en el que le comentó a Weinstein acerca de su interés por quedarse en Chile, hasta que surgió una opción y este año, en marzo, retornó nuevamente a Valparaíso, por un tiempo que espera sea muy prolongado.
"Llegué casi por casualidad, pero me interesé. Yo tenía un semestre sabático y quería pasarlo en un país que habla español pero también que hiciera algo entre tecnología e ingeniería, especialmente neurociencia, y vi la relación entre la Escuela de Ingeniería Biomédica, el Centro de Neurociencia de Valparaíso, que hacen un trabajo conjunto. Me gustó la idea de desarrollar algo entre la ciencia básica, la neurociencia y la tecnología", detalló El Dereby, quien nació y estudió Ingeniería en Egipto, para luego emigrar a Inglaterra, donde hizo su doctorado y vivió durante 25 años.
Ateísmo influyó
Ambos concuerdan en que quizás la clave para que las serias diferencias que en otras partes del mundo tienen judíos y musulmanes no se den entre ellos, es que ninguno practica la religión, y no sólo no son observantes del Judaísmo ni del Islam, sino que sencillamente no creen en ningún dios.
"Yo estudié en el Colegio Hebreo y culturalmente tengo toda la educación judía pero no soy practicante regular de la religión", detalló Weinstein, mientras El Dereby dice que "tampoco, o sea, yo crecí en una familia musulmana y tengo la parte cultural también, pero no soy religioso".
En este sentido, Weinstein plantea que es posible que si ambos hubieran sido religiosos, quizás la situación sería distinta, porque "la religión está basada en creencias más que en la racionalidad, así que si existe una creencia más rigurosa o más inflexible, a veces puede dificultar relacionarse con personas que son distintas".
Conflicto en Medio Oriente no es tema
Si bien el conflicto en Medio Oriente no los deja indiferentes, el porteño asegura que "nunca hemos conversado mucho al respecto, pero sospecho que ambos tenemos visiones no tan distintas, sospecho que nunca vamos a agarrarnos a puñetes si conversamos sobre el tema", mientras su colega egipcio afirma que "hay conflictos históricos y políticos, pero al nivel personal el conflicto llega por la ignorancia, porque al final somos humanos y eso es lo que vale. En Inglaterra yo compartí una oficinas con mi profesor guía de doctorado, que también era judío, y mi ahijada es media israelí, entonces yo veo a la persona como tal y no me fijo en su historia, en su familia o de dónde llegó".