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ENTREVISTA. Jorge Navarrete, analista político:

"Ricardo Lagos pegó el primer combo, pero todavía no ha ganado ninguna pelea"

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Paola Passig

"Remeció el tablero", sentencia el analista político Jorge Navarrete al evaluar los efectos que tuvo y tendrá la sorpresiva decisión del ex Presidente Ricardo Lagos de competir en la carrera hacia La Moneda. Y es que complica las aspiraciones presidenciales de Ignacio Walker e Isabel Allende, pone en "stand by" la opción de Alejandro Guillier y adelanta el término del actual gobierno, entre otros efectos. Pero, subraya Navarrete, el resultado sigue abierto, por lo que le recomienda "alejarse de Bachelet, como también de su propio legado".

- Hasta ahora se remarcaba que la carrera presidencial se iba a oficializar después de las municipales. ¿Cómo evalúa el impacto del anuncio de Lagos de competir?

- El anuncio de Lagos era algo predecible. Después de la última encuesta CEP se requería mover las piezas y así salir jugando en un escenario adverso. Si el ex Presidente quería generar una dinámica diferente, en la cual se sincerara el inicio de la carrera por La Moneda, lo logró con creces. Ahora bien, esta es la primera piedra de una edificación compleja, llena de condiciones y cuyos pisos se irán construyendo gradualmente. El escenario sigue igual de abierto, pero se aceleraron las definiciones en todos los partidos y fuerzas políticas. Habrá en los próximos meses más certidumbre sobre los jugadores que salen a la cancha, aunque no necesariamente sobre el resultado del partido. Lagos remeció el tablero.

- ¿Con esto, como dice la derecha, se terminó el gobierno de Bachelet? Algo en la lógica de "ha muerto la reina, viva el rey".

- El gobierno de Bachelet, para bien o para mal, fue lo que fue. Todas las administraciones agotan su influencia política con motivo de la elección municipal. Aquí, por el vacío de poder generado, sólo se adelantó aún más dicho plazo. La pérdida de poder del Ejecutivo se produjo mucho antes, por lo que la carrera presidencial sólo viene a sincerar ese cuadro. Con todo, y paradojalmente como el foco de atención no estará del todo en La Moneda, es probable que el Gobierno goce de un respiro para concluir lo pendiente y administrar con menos presión lo que resta de mandato. El poder no se diluye o esfuma, simplemente fluye a otro lugar o cambia de mano.

- ¿Le parece, como dijo Ernesto Ottone, que Lagos está completamente vigente?

- La vigencia de Lagos estará determinada por cómo resuelve las tres tensiones que hoy tiene por delante. Primero, equilibrar tradición y cambio, es decir, la forma en que reconcilia el pasado -su pasado- con una propuesta de futuro para el país. Segundo, por cómo es capaz de conjugar el necesario, pero no suficiente apoyo de la Nueva Mayoría con la indispensable empatía de una ciudadanía mayoritariamente desafectada de la política tradicional. Tercero, mediante la necesidad de hacer compatible su propia visión de país con las nuevas y fragmentadas demandas ciudadanas de la última década. Lagos, además de hablar fuerte, tendrá que aprender a escuchar un poco más, bajar del pedestal y competir de igual a igual como cualquier otro candidato.

- Muchos, especialmente los jóvenes, ven en Lagos al representante de la transición y de la élite política y a Piñera como un continuador de un capitalismo social. ¿Si saliera electo alguno de los dos quiere decir que la agenda transformadora de Bachelet y el poder de los autoflagelantes de la Nueva Mayoría que se sienten complicados por la Concertación serán sólo un paréntesis como señala Carlos Peña?

- No sería tan categórico, aunque lo que sí evidentemente ocurrió, es que tanto Lagos como Piñera -más este último- representan un juicio crítico al fondo y forma de cómo se ha llevado el proceso de reformas. En el caso de Lagos, él no cuestiona la necesidad y vigencia de estas transformaciones, pero probablemente piensa que éstas deben hacerse asegurando mayor sostenibilidad y con mayores niveles de consenso social. Más que el triunfo de los autocomplacientes por sobre los autoflagelantes, lo que Lagos también debe equilibrar son las legítimas miradas de esos dos mundos al interior de la familia de centro izquierda. Por lo mismo, sería un gran error que se presentara como el símbolo de la restauración, del mismo modo que si optara por la mera y simple continuidad de este Gobierno. Lagos debe alejarse de Bachelet como también de su propio legado.

Los efectos

- ¿Qué presiones políticas gatilla su decisión? ¿Apurará a Piñera, destrabará la postura de la DC, obligará a Guillier a no seguir en carrera?

- Más que presiones políticas, lo que creo que Lagos buscó fue despejar ciertas incógnitas. Ha sido claro en que no le teme a una derrota, del mismo modo que ha reivindicado la necesidad de elecciones primarias. Pero lo más importante es que se manifestó disponible para iniciar una precandidatura, lo cual no era obvio y, adicionalmente, dicha incertidumbre le impedía concitar más apoyos y también paralizaba el potencial de crecimiento de otros candidatos. Este anuncio obviamente complica la opción presidencial de Walker y Allende. En el caso de Guillier, habrá que esperar su desempeño en las próximas encuestas y su ubicación respecto de Lagos. Pegó el primer combo, pero no ha ganado ninguna pelea todavía.

- ¿Ve a Lagos como carta presidencial o como alguien que llega a poner orden a la coalición oficialista y estructurar un relato?

- Lo primero es el resultado o consecuencia de lo segundo. Sólo en la medida que Lagos pueda enarbolar un relato coherente y consistente, que represente a una parte significativa del oficialismo y que seduzca o convenza a una importante porción de los ciudadanos, es probable que termine, después de una elección primaria, como candidato único de la Nueva Mayoría. Son muchas las condiciones y tareas que deben cumplirse en este itinerario, cuyo final sigue siendo incierto.

- ¿Es factible que la Nueva Mayoría prosiga en el tiempo? Esto tomando en cuenta que Lagos ha señalado que se necesita una coalición lo más amplia posible.

- Por diferentes razones creo necesario y deseable revisar la política de alianzas. Aunque no se registren grandes alteraciones, siempre es bueno preguntarse por las razones y utilidad de hacer política con otros, en el marco de objetivos y programas más precisos, acorde con las necesidades del país. En un ambiente de mayor desconfianza y crecientemente fragmentación, se hace más indispensable que nunca el convocar a grandes mayorías sociales y políticas en torno a un proyecto de país. Eso, dependiendo del escenario y las definiciones claves, puede significar en el discurso crecer tanto para la izquierda como para la derecha. Veremos algo de lo primero durante estos meses y también de lo segundo si Lagos está finalmente en la papeleta.

- ¿Le inquieta que Lagos esté marcando menos que Piñera?

- Cuando dos de cada tres personas no manifiesta ninguna preferencia, esas cifras tienen un valor relativo. Es equivalente a ir ganando 4 a 2 el primer set de un partido de tenis. Es un buen comienzo para Piñera, pero queda mucho todavía. Incluso más, después de la introducción del voto voluntario es muy difícil que los sondeos de opinión puedan predecir el resultado de las elecciones. Pero si algo nos dice esta encuesta, es que hay que trabajar mucho para recuperar la confianza ciudadana y, además, queda poco tiempo, por lo que hay que empezar hoy y no mañana.

- Desde el mundo independiente critican a Piñera y Lagos como representantes del pasado. De hecho, el senador Navarro señaló que no apoyará a Lagos y que prefiere liderazgos nuevos como Boric o Jackson. ¿Será complejo para Lagos aunar una mayoría en torno a sí mismo?

- Primero, para muchos no tiene sentido comprometerse con una candidatura tan anticipadamente, sobre todo si hay dudas sobre su futura viabilidad. Segundo, siempre tiene más visibilidad el disenso que el acuerdo y son muchos los que aprovecharán este anuncio para publicitar sus propias agendas. Tercero, y esto es lo más importante, serán las preferencias electorales las que ordenen el escenario. Si Lagos no se muestra como un candidato competitivo, no sólo Navarro, sino muchos más buscarán otro árbol donde arrimarse. En cambio, si el ex Presidente parece ser la mejor carta para enfrentar a la oposición y asegurar la continuidad del gobierno, varios de los que hoy miran con recelo terminarán detrás de esta opción. Pero incluso en segunda vuelta, que es donde se decidirá esta elección, Navarro y muchos de los otros liderazgos de izquierda votarán por Lagos antes que Piñera.

"Este anuncio obviamente complica la opción presidencial de Walker y Allende. En el caso de Guillier, habrá que esperar su desempeño en las próximas encuestas" "Lagos también debe equilibrar las legítimas miradas de los dos mundos de la centro izquierda, pero sería un gran error que se presentara como el símbolo de la restauración""