The Walking Dead en la Plaza del Descanso
Esta editorial bien pudo haber sido escrita el año pasado, el anterior a ése, hace un puñado de años o, lo más triste, el que viene. Esta editorial se trata de un mal chiste, repetido por mucho tiempo, y que mantiene a los porteños cansados, aburridos, con un mezquino sentimiento de saberse pasados a llevar y humillados, en sus propias narices, en las puertas de sus casas.
Este chiste comienza con un vendaval de críticas al minuto del anuncio de un nuevo Carnaval de los Mil Tambores, el desetendimiento de sus organizadores, las platas de Cultura que nadie sabe por qué van ahí, las acusaciones de mojigatería a quienes piden que no se realicen, las promesas de orden de la autoridad de turno y el desastre triste, solitario y final, a vista y paciencia de todos.
Estas promesas bien valdría rescatarlas, porque este año excedieron todo el humo que en el pasado vendieron sus antecesores. Esta vez, el gobernador Jorge Dip anunció "tolerancia cero" y "ley seca", además de advertir a los visitantes que, si no tenían alojamiento, más bien les valdría no acercarse a Valparaíso.
Para ello, se emitió una ordenanza que restringía el horario legal de venta de bebidas alcohólicas en gran parte del plan porteño y también en Playa Ancha. Sin ser detectives, y como bien pudo advertir el autor de estas líneas, los camiones con licores y cervezas comenzaban su descarga en los locales de la Plaza Aníbal Pinto precisamente a la hora en que supuestamente se iniciaba la prohibición de la ordenanza aludida. Asimismo, las botillerías del sector tampoco cumplieron con los horarios y la fiscalización respectiva no se hizo.
Alguna vez el senador, exsubsecretario de Interior y experto en seguridad pública, Felipe Harboe, dijo en un foro en Viña del Mar que aquí en Chile pasaba algo muy sencillo: el Gobierno maneja las estadísticas y señales de cuándo, cómo y por qué se producen los delitos e incidentes en cada ciudad. Tampoco hay que ser muy inteligente para sospechar cuáles son: entre tales horarios, por las noches, fines de semana y, casi siempre, asociados al consumo de alcohol. Haga usted, repetable lector, el siguiente ejercicio: juegue a ser gobernador y decida qué hacer y dónde dirigir los efectivos si se aproxima una caravana de miles de visitantes deseosos de carrete y excesos a la ciudad de Valparaíso. Si entre sus tres primeras alternativas no aparecen la plazoleta El Descanso, las plazas Victoria y Aníbal Pinto o el sector de Bellavista, preocúpese porque son los sitios en los cuales suceden todos los escándalos desde hace años en esta ciudad y usted no se ha dado cuenta. Algo parecido a lo que le ocurre al gobernador y a Carabineros.
Por eso ya es una mala broma el que los vecinos deban defenderse solos de estos zombies que sólo buscan hacer pedazos nuestra ciudad, mientras el funcionario municipal Gonzalo "Batman" Díaz -cual Sísifo porteño- recoge y recoge basura para que hoy vuelvan a ensuciar.