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Precisando el patrimonio ciudadano de Valparaíso

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El Patrimonio puede ser la mejor estrategia para un cambio en la calidad de vida de las personas de una ciudad moderna. Para que esto ocurra debemos construir una visión nueva y honesta sobre Valparaíso, que tiene una gran parte de su patrimonio construido subutilizado y en alto grado de deterioro. El flujo de personas cada vez más móviles y con identidades multiculturales desafía a la ciudad en materia urbana y patrimonial.

Valparaíso con todas sus complejidades culturales y sociales, más su casco histórico declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO el año 2003, es quizás el caso más complejo en materia de conservación a nivel nacional. Por lo que más allá de analizar el desempeño de la Unidad Municipal de Gestión Patrimonial -en quien recae la responsabilidad técnica del reciente rechazo del Plan Director de Gestión del Sitio por parte de Consejo de Monumentos Nacionales, que devela objetivamente malos e inexcusables resultados- importante es proponer una mirada a la grieta profunda que existe entre el discurso sobre Valparaíso y lo que realmente les ocurre a sus habitantes.

El trasfondo es la ausencia de una visión creativa para abordar el abandono del patrimonio por las mismas personas que lo habitan y visitan, liderando una estrategia de intervención integral y poniendo el énfasis en la calidad de vida de los porteños, quienes con su mixtura cultural podrían restablecer un diálogo urbano diferente.

No basta con centrarse en la singularización de cada edificio a restaurar, ya que éste está inserto en un barrio deteriorado, y ese barrio en una ciudad con problemas, y son sus habitantes quienes encarnan el patrimonio inmaterial de la ciudad, quienes padecen las consecuencias: habitando una ciudad sucia, insegura, sin trabajo, sin espacios de calidad, por lo tanto con una identidad poco respetuosa frente a lo que podamos convenir qué significa ser capital cultural y patrimonial de Chile.

Los ciudadanos no se enfrentan de cara a cara al patrimonio construido como una extensión de su propia vida, identificándose con una narración histórica que los posiciona frente al futuro de manera equitativa y amable, por lo tanto, no hay arraigo, ni referencia sobre un patrimonio ciudadano.

Las razones pueden ser varias y discutibles, quizás las expresiones urbanas y arquitectónicas, o las creaciones artísticas que queremos proteger, provienen de una élite de la sociedad chilena y extranjera, de la cual no todos la perciben como parte de una historia común de la ciudad; quizás porque la formación en Chile desde temprana edad no provoca que los niños sean actores en su medio, cumpliendo un rol en su barrio, educándose para ser ciudadanos; quizás porque desde las instituciones el cuidado de las ciudades no es un tema prioritario en materias de gestión y presupuesto; o también por la ausencia de instrumentos jurídicos que regulen derechos y deberes en torno al uso y cuidado del patrimonio, y así podemos seguir enumerando posibles razones.

Por lo tanto pretender que los ciudadanos tengan un afán conservativo y propositivo frente al patrimonio, sólo por su belleza e importancia histórica, no basta. Se debe demostrar la posibilidad de mejorar la calidad de vida cotidiana respetando la huella histórica local, promoviendo el orgullo de nuestras generaciones y las que vendrán, como ciudadanos pensantes y ambiciosos del buen futuro de la ciudad.

Recuperar la herencia cultural de Valparaíso debe ser con un propósito, uno posible es el de albergar las necesidades contemporáneas haciendo tangible el pasado, con mecanismos innovadores en pos del bien público y donde la estrategia de recuperación repercuta en la construcción de una ciudad digna y útil para sus habitantes.

Los organismos responsables deben tomar como primer desafío la activación de la ciudad patrimonial incorporando variables como la especulación inmobiliaria, la gestión de recursos, la dotación de profesionales acorde a los desafíos, la baja reglamentación del patrimonio privado, el comercio informal, la pobreza, la basura, todo lo que atente contra la recuperación integral de la ciudad, generando indicadores de avance de la gestión para poder ver los resultados en el tiempo.

Recuperar Valparaíso a escala urbana, no es solo recursos, vecinos organizados, y buenas intenciones, además de todo ello, o antes de todo ello, se requiere visión y liderazgo para el desarrollo eficaz de una ciudad patrimonial.

*Integrantes de Corporación Metropolítica