Secciones

El masivo y sentido último aplauso que recibió Juan Radrigán

GENTE. El dramaturgo fue despedido ayer en un multitudinario homenaje que se le realizó en el Teatro Nacional Chileno.
E-mail Compartir

Cientos de personas llegaron ayer hasta el Teatro Nacional Chileno, ubicado en la capital. Allí, en la sala Antonio Varas, se le rindió un último homenaje a uno de los grandes dramaturgos que ha tenido el país: Juan Radrigán. El autor de "Las brutas" murió el domingo y sus restos fueron velados durante todo el lunes en la sede del Sidarte, desde donde fueron trasladados al recinto que está en el centro de Santiago.

Allí, a las 10.15 horas, comenzó la despedida con un video biográfico del autor de "Hechos consumados", en el que comentaba que "la risa es inherente al ser humano. La risa es la expresión última de la desesperación". Durante la emisión, el silencio de los concurrentes se rompió al escuchar a Radrigán decir "es bueno que la gente logre una sonrisa en un momento tan difícil", según reportó el diario "La Segunda".

El director subrogante del Teatro Nacional Chileno, Mauricio Barría, manifestó a este mismo diario estar "seguro" que "Juan se reiría de esta situación". Luego vino la interpretación de un fragmento de sus obras "Fantasmas borrachos" y "Amores de cantina", entre otras.

Un gran legado

En la despedida a Juan Radrigán, quien tras pasar por varios especialistas se le descubrió que sufría cáncer a la columna con metástasis, estuvo presente su familia, encabezada por su esposa, la actriz Silvia Marín.

También estuvieron presentes diferentes representantes del mundo del teatro, como Amparo Noguera, José Soza, Alfredo Castro, Catalina Saavedra, Claudia di Girólamo, Daniel Alcaíno, Cristián Carvajal, Luz Croxatto, Francisco Reyes, Carmen Romero y autoridades como el diputado y también actor, Roberto Poblete, y el ministro de Cultura, Ernesto Ottone.

Durante el homenaje se pudo ver su ataúd sobre el escenario de la sala Antonio Varas cubierto de flores, bajo la tenue luz de unas lámparas que simulaban ser cirios y la proyección sobre el telón que repasó, una y otra vez, imágenes del dramaturgo. El último homenaje se extendió por tres horas e incluyó discursos y anécdotas que se despidieron al ganador de dos premios Altazor y del Nacional de Artes de la Representación en 2011.

Uno de los que habló fue el ministro Ottone, quien sostuvo que "gratitud es la palabra que emerge con Radrigán. El teatro no sería el mismo sin su sensibilidad y la crudeza de sus personajes".

Luego al diario "La Segunda" comentó que "no vine a hablar a nombre del país. Él ya lo hizo. El legado que dejó para una generación es un Chile que sigue hasta el día de hoy. Es un teatro que duele, que hace emocionar. Era un choro, un viejo choro. Era una persona que te escuchaba y eso hace falta, sobre todo en el país donde no se escucha al otro".

Tras un masivo aplauso comenzó el cortejo fúnebre por las calles de Santiago y también pasó por la Pérgola de las Flores de Santa María, donde -como siempre sucede-, las pergoleras tiraron pétalos de flores al auto que cargaba el féretro.

Luego la comitiva se dirigió hasta la comuna de Maipú, donde se realizó una ceremonia fúnebre en el cementerio Parque El Manantial. El autor de más de 50 obras como "Medea mapuche", "Beckett y Godot", "El pueblo el mal amor" y "Bailando para ojos muer dejó un proyecto encaminado: el estreno en marzo de 2017 de la obra "Clausurado por ausencia", la cual cuenta la historia de tres personajes quienes aguardan que el Estado chileno inaugure un memorial al que acaban de ser trasladados los restos de cientos de ejecutados políticos.


La intesa relación del dramaturgo con Valparaíso

En 1979, en Santiago, se estrenó la primera obra del autor: "Testimonios de las muertes de Sabina". Sólo un año después comenzaría su relación con Valparaíso, cuando Arnaldo Berríos -quien falleció en enero de este año- tomó la dirección de "Las brutas", que debutó en Valparaíso en la sede del Instituto Chileno Norteamericano de Cultura,

Al año siguiente, también en Valparaíso, fue el turno de "Redoble fúnebre para lobos y corderos", dirigida por Nelson Brodt, el mismo que pondría en escena por primera vez una de las obras más conocidas de Radrigán: "Hechos consumados". La última vez que el Puerto sería sede de un estreno del dramaturgo fue en 2012, cuando Arnaldo Berríos montó "Bailando para ojos muertos". Además, ha habido varias funciones de sus obras en la región.

Sin embargo, no sería la única colaboración con la ciudad. En 2008 hizo un taller en Balmaceda Arte Joven. En aquella ocasión comentó a este Diario que "hay material joven" y, de paso, criticó la inexistencia de lugares que consideren obras de escritores emergentes: "Lo que falta en Chile son espacios de expresión, entonces ahí se pierden y se frustran. Si existieran algunos locales, cualquiera que fueran, para mostrar sus obras, habría un gran empujón a la dramaturgia".

A pesar de este pensamiento nunca dejó de hacer talleres, los hizo en el Parque Cultural de Valparaíso así como en carrera de Teatro de la Universidad de Valparaíso. "Apoyaba mucho a la gente joven, aunque parecía muy parco, era de la vieja escuela, de muy buena conversación", destacó Cristián Figueroa, director de la Escuela, y amigo del dramaturgo. En mayo de 2012, la UV le otorgó la Medalla Universidad de Valparaíso.