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El fantasma de la abstención marcará la elección más atípica de la historia republicana

ESCENARIO. Desafección, irrupción de movimientos ciudadanos, nuevo estilo de campañas y un padrón sucio caracterizan un proceso con resultado reservado.
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Paola Passig

Valparaíso estará mañana en el ojo del huracán del mundo político que tiene la vista puesta en la presidencial del 2017. Transformada en una suerte de laboratorio electoral, sus resultados, junto al grupo de cuatro o cinco comunas emblemáticas del país, serán claves para definir futuras candidaturas presidenciales y parlamentarias.

Pero no sólo Valparaíso tiene un resultado incierto, ya que los analistas coinciden en calificar esta municipal como la elección más rara e impredecible desde la vuelta a la democracia. ¿Las razones? El fantasma de la abstención -que podría superar el 60%-, el escándalo por el cambio erróneo de domicilio de casi 500 mil chilenos y la desafección por la política.

"No tengo pronósticos porque no he visto encuestas confiables. Además, no sabemos cuánta gente va a salir a votar. Sería irresponsable hacer predicciones", sentencia el politólogo de la UDP, Patricio Navia.

El analista afirma que esta elección tampoco es un buen predictor presidencial. "Los resultados son importantes, pero creo que es un error extrapolar estos resultados a la presidencial de 2017. Estas son elecciones locales. En Santiago, la decisión será a partir de la evaluación que hagan los residentes del desempeño de Carolina Tohá, después de 4 años de gestión. No tiene que ver con Piñera o Lagos", subraya.

En esta línea, insiste, "me parecería un error sacar conclusiones respecto a las presidenciales de 2017. Para eso falta un año y además hay encuestas que muestran a Piñera primero y a Guillier subiendo, mientras que Lagos está estancado".

Sobre los efectos del padrón electoral enrarecido, el analista político de la Universidad del Desarrollo, Gonzalo Müller, advierte que desincentiva la participación y aumenta la percepción de que hay desorden, de que no hay interés por contar con su voto y para muchos será una excusa para no ir a votar. "Es difícil entender, con los problemas que tenemos en Chile con el tema de la abstención, que las instituciones a cargo de las elecciones le hagan más difícil a la gente ir a votar".

En cuanto al escenario, reconoce que es difícil proyectar "porque esta elección va a terminar siendo muy rara y es difícil que sea predictora de algo. De partida, en términos de participación, no comparto eso de que habrá un derrumbe total de la participación. Creo que ese terremoto ya ocurrió el 2012 y lo que viene ahora puede ser una réplica, pero serán dos o tres puntos menos".

Sobre la correlación de fuerzas señala que, además de los problemas con el padrón, está debutando una nueva legislación en torno a las campañas que estableció una gran cantidad de limitaciones, y cuando se produce esto, se favorece a los incumbentes, a los que están hoy en el cargo, ya que para los nuevos es más difícil darse a conocer. "Creo que será una elección de continuidad pero con ciertas señales. Creo que en el Gobierno se están preparando para una baja y perder ciertos municipios emblemáticos, y en Chile Vamos la expectativa de ellos es al revés, o sea, prevén tener una recuperación respecto al 2012".

A su juicio, la baja del Gobierno va a estar en torno al 5% y la abstención oscilará entre el 60% y el 62%.

Para Müller, la elección de Valparaíso puede ser muy decidora de la discusión que se está produciendo en la izquierda chilena. "Es muy ideológica y, por lo tanto, un candidato como DJ Méndez, más liviano y sin peso específico, sin programa claro, sin liderazgo tradicional, debe causarle mucho ruido a la izquierda y lo único que explica que el candidato Sharp, poco conocido, con pocos recursos, le esté compitiendo fuertemente es porque DJ Méndez generó una resistencia", sentencia. Por eso, acota, creo que Jorge Castro va a ser reelegido con comodidad, al igual que Reginato en Viña del Mar.

Para el analista Ricardo Israel, lo más seguro es que en número de concejales y en número de alcaldes debiera ganar la Nueva Mayoría, ya que por el tipo de campaña el que es más conocido tiende a repetirse. "Lo segundo, la atención y sensación pública de quien gane o pierda la darán las comunas emblemáticas: Viña del Mar, Valparaíso, Santiago, Providencia, Concepción, y las más pobladas, como La Florida y Maipú. Lo que no sabemos es cuánta gente va a ir a votar y si habrá un voto de castigo por el numerito del padrón electoral. Y el número de castigo puede ser que vote menos gente o que la gente vote contra la NM", indicó.

Sobre el porcentaje de abstención, Israel señala que "estamos en tierras desconocidas y no sabemos, no sabemos nada, salvo que en el pasado nunca ha habido voto de castigo a la corrupción y es difícil que aquí se produzca y si se produce será transversal porque nadie se salva. Echarle la culpa a la voluntariedad no corresponde porque el descenso de participación viene de la década del 90. Lo que pasa es que esta tendencia se hizo más visible con el voto voluntario. La lección es facilitar al máximo el proceso con voto electrónico o voto anticipado".

"La chambonada y el espectáculo que dio el Gobierno le van a poner una manchita a esta elección. Pero tampoco exageraría porque si (bien) para algunos será más difícil votar, va a ser una elección transparente"

Gonzalo Müller Analista UD"

"No tengo pronósticos porque no he visto encuestas confiables. No sabemos cuánta gente va a salir a votar y cualquier pronóstico es irresponsable"

Patricio Navia, Politólogo de la UDP"

"No sabemos nada, salvo que en el pasado nunca ha habido voto de castigo a la corrupción y es difícil que aquí se produzca, y si se produce será transversal porque nadie se salva"

Ricardo Israel, Analista"