Cristián Rodríguez Fuentes
En la zona cordillerana de Los Andes, a 2.800 metros de altura sobre el nivel del mar, un equipo de nueve marinos se dispone para enfrentar uno de los máximos desafíos en sus carreras: permanecer por un año en el territorio chileno en la Antártica, específicamente en la Base Naval "Arturo Prat".
A pesar de que la Región de Valparaíso está separada por casi 3.500 kilómetros -en línea recta- del territorio antártico, las condiciones climáticas del sector andino son propicias, aunque no similares, para soportar los -20 grados que por momentos se llegan a sentir en invierno. Por lo mismo, el sector se ha convertido en la zona ideal para la preparación del equipo perteneciente a la Armada de Chile, y que el próximo mes partirá rumbo al continente blanco.
Todos los años, la institución define un grupo de nueve personas para que permanezcan durante 13 meses en la base ubicada en la Isla Greenwich. Ad portas de iniciar el viaje, el equipo escogido para la temporada 2017 -que reemplazarán al actual- se encuentra en la parte final de su preparación. La semana pasada se despidieron del comandante en jefe de la Armada, almirante Enrique Larrañaga, y el viernes hicieron lo propio con el ministro de Defensa, José Antonio Gómez.
Así, hasta llegar al jueves 17 de noviembre, día en que deberán viajar hasta la ciudad de Punta Arenas, en la Región de Magallanes. El itinerario establece que al día siguiente tienen que reunirse por última vez con el comandante en jefe de la Tercera Zona Naval, contraalmirante Ivo Brito. Y a partir del lunes 21 estarán listos para abordar un vuelo de la Fuerza Aérea de Chile (FACh) rumbo a la Base Presidente Eduardo Frei Montalva, distante a tres horas en buque de la Base Prat. De todas maneras, la dotación deberá esperar a que las condiciones climáticas sean las óptimas para volar, puesto que el avión debe regresar durante la misma jornada.
Preparación
A principios de octubre, el grupo de uniformados partió por segunda vez en el año rumbo a la Escuela de Montaña del Ejército de Chile, en el sector de Río Blanco. Allí permanecieron durante cinco días en el glaciar Ventisquero Juncal realizando diferentes tipos de entrenamientos que se basaron, principalmente, en la ambientación en terrenos nevados y rescate de personal en grietas. Anterior a ello, durante el mes de agosto, los trabajos se centraron en la aclimatación.
Si bien las instalaciones de la base están diseñadas para soportar las bajas temperaturas, la preparación debe contemplar cualquier imprevisto que pudiese ocurrir, considerando que se distancian por más de 1.200 kilómetros de Punta Arenas. Por lo mismo, al momento de viajar hacia el territorio antártico lo hacen con una brigada de reparaciones integrada por 16 personas, quienes permanecen entre diciembre y marzo realizando una serie de mantenciones a las calderas y los generadores, que son los que proporcionan la calefacción y electricidad al interior del recinto.
Pero no sólo el entrenamiento en terreno es el tipo de preparación que han tenido que enfrentar los uniformados. El comandante que a partir de diciembre estará a cargo de la Base Naval "Arturo Prat", capitán de fragata Octavio Rodríguez Moscoso, explicó que durante el 2016 han realizado cursos de primeros auxilios e incendios, prevención de riesgos, rescates en grietas, e incluso, de panadería y pastelería.
Durante septiembre, por ejemplo, permanecieron en Santiago realizando un curso de meteorología para las dotaciones antárticas en la Escuela Técnica de Aeronáutica, a cargo de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC).
La dotación
Además del comandante de la base, la dotación está compuesta por especialistas en enfermería, electrónica y electricidad, mecánica en combustión interna, en abastecimiento (encargado de logística), meteorología, comunicaciones y además de un cocinero. "Estas son las especialidades que nos permiten operar la Base durante el transcurso de un año", explica el comandante.
De ellos, la mayoría residen en Valparaíso y Viña del Mar, y otros en Talcahuano y Santiago. Y como permanecían en la región una vez que fueron avisados de su próximo destino, sus familiares permanecerán radicados en la zona.
De hecho, junto con la preparación técnica que han sostenido en Los Andes, Santiago y Valparaíso, también resulta fundamental el funcionamiento que han tenido que adoptar como "equipo", considerando que entre ellos no se conocían y permanecerán por un año aislados de sus familiares más cercanos.
En esa línea, el comandante Rodríguez sostuvo que "a pesar de la distancia y del alejamiento de las familias, la tecnología permite mantener un contacto permanente a través de internet y de manera telefónica". Y agregó que la Armada, a través de los Departamentos de Bienestar Social, "mantiene una red de apoyo con abogados y asistentes sociales para los familiares".
¿Pero cuáles son las funciones a desarrollar en la Base? "La principal tarea es reforzar la presencia de la Armada de Chile en el continente antártico. El propósito es contribuir a la política Antártica Nacional, reforzando la influencia de Chile en el Sistema del Tratado Antártico. Además, ejecutamos funciones de autoridad marítima y colaboramos a la ciencia e investigación científica", explicó en detalle el próximo comandante de la Base Naval "Arturo Prat". Otras labores que deben cumplir es combatir la contaminación marítima en el territorio antártico.
Tras emprender el viaje, para febrero de 2017 tienen previsto conmemorar los 70 años de la Base (ver recuadro), en una ceremonia que contará con la presencia de diferentes autoridades y los comandantes de las otras bases antárticas.