Estudio final de IFOP confirma polución por metales en bahía
QUINTERO. Tras conocer informe, intendente activa mesas de trabajo y precisa que acción de mitigación tras derrames permitió que la incidencia de los hidrocarburos fuera menor.
En un informe de 711 páginas, al cual accedió este Diario a través de Transparencia, el Instituto de Fomento Pesquero (IFOP) confirmó la existencia de polución por distintos materiales en la bahía de Quintero. El estudio "Determinación de los impactos en los recursos hidrobiológicos y en los ecosistemas marinos presentes en el área de influencia del derrame de hidrocarburo de Bahía Quintero, V Región", hace un completo análisis de la polución existente entre la caleta Papagallo hasta la playa de Cachagua, con muestras extraídas tras el derrame de petróleo ocurrido el 24 de septiembre de 2014.
El estudio, mandatado por la Subsecretaria de Pesca (Subpesca) -costó $350 millones- , entrega una radiografía sobre cómo afectó dicha zona el vertimiento de 22 mil litros de combustible ocurrido por el trasvasije de petróleo desde el buque tanque "Mimosa" al Terminal Marítimo de Enap.
El documento no se queda en ese incidente y reconoce 10 eventos contaminantes en el mar en el lapso de 10 años, además de recordar que la actividad industrial de la zona data desde la década del 60'. Para realizar el estudio, el IFOP planteó ocho líneas de observaciones y para cada una entrega conclusiones y sugerencias.
Aun más, el documento ya está en poder del intendente Gabriel Aldoney, quien tras revisarlo anunció la conformación de dos mesas de trabajo para elaborar acciones directas en la bahía. El jefe regional dará a conocer los detalles del trabajo realizado por el IFOP a los pescadores artesanales el 17 de noviembre.
"El interés nuestro es que conversemos acciones tendientes a resolver los problemas que el estudio muestra. Que, en resumen, son resultados que no son sorpresivos en relación a otros estudios que se han realizado anteriormente", precisó Aldoney. Las tomas de muestra del estudio no incluye el último derrame de Slurry Oil (aceite decantado), registrado el 14 de mayo del 2016, en la bahía de Quintero.
Una de las conclusiones más gravitantes del estudio es que da cuenta de faltas de mediciones y/o acciones para poder prevenir otro derrame de hidrocarburo en la bahía de Quintero.
En la primera línea de observación, "Percepción Remota y Sistema de Información Geográfico", el IFOP constató que la mancha de petróleo después de 12 horas de ocurrido el incidente del año 2014 tuvo "una rápida dispersión" e incluso se pudo apreciar en el fondo marino en las playas El Manzano y Ventanas".
"En el periodo de mediciones no se encontró evidencia de la presencia de hidrocarburos producto del derrame de septiembre de 2014. A pesar de lo anterior, sería recomendable establecer un sistema operacional de monitoreo de las condiciones oceanográficas para mitigar el impacto de otros potenciales derrames. En caso de derrame es más importante la cantidad de hidrocarburo y el tipo que el periodo del año en que ocurra", advirtió el director ejecutivo del IFOP, Leonardo Núñez Montaner.
El trabajo también sugiere establecer un programa de adquisición satelital para monitorear la bahía, desarrollar un programa de investigación para ver las variables de calidad del agua y complementar la información.
Mientras, en la segunda línea de observación, el estudio da cuenta que la información existente de la dinámica de las aguas (corriente, oleaje, mareas, vientos) son pocos conocidas y falta información al respecto, para un sector que tiene una actividad productiva en donde confluyen diversas actividades industriales.
Si se contara con la información de la dinámica de las aguas, concluye el estudio, se podría "predecir confiablemente las trayectorias de contaminación y destino final de un derrame de hidrocarburo".
El estudio da a conocer entre las conclusiones que la incidencia de hidrocarburo en los recursos bentónicos en las distintas caletas estudiadas presentan indicadores que son similares a los registrados antes del vertimiento.
"Los indicadores poblacionales de densidad y abundancia en número de individuos o biomasa estimados post-evento se encuentran dentro del rango de valores históricos con alzas o bajas que, en la mayoría de los casos, siguen la tendencia general de los últimos años previo al evento del derrame", afirma el estudio.
Y agrega que "no se encuentra indicios, ni evidencia que las poblaciones locales de las especies principales hayan sido afectadas de manera directa por algún evento de perturbación ambiental específico como el derrame de petróleo u otro evento producido el año 2014".
Sin embargo, dado el número de actividades industriales realizadas en la zona "se sugiere implementar un programa de monitoreo permanente, tanto al interior de las áreas de manejo de los recursos bentónicos como fuera de ellas, que sea metodológicamente estandarizado".
Respecto a los mamíferos y aves marinas, el estudio concluye que tampoco hay una afectación directa por hidrocarburo; sin embargo, se registran presencia de estos tras las biopsias realizadas a los lobos marinos. El estudio asevera que "los valores nacionales son altos en comparación con registros para la misma especie en la zona costera de Argentina".
Esto se explica, según Núñez, porque "pueden ser debido a que la bahía de Quintero es una zona industrial la que generan residuos de distintos orígenes y de menor envergadura que pasan a los lobos marinos, situación similar a la registrada en lobos marinos de Chiloé en las que se encontraron valores similares de hidrocarburos".
En relación a la incidencia en los productos marinos de la presencia de los metales pesados el informe es más lapidario porque reconoce la contaminación histórica en el lugar y la incidencia que han tenido esto en las especies, específicamente en los moluscos y crustáceos carroñeros.
"Metales pesados en sedimento y biota aparecen en concentraciones significativamente diferentes entre las estaciones de muestreo y organismos, apareciendo estaciones que presentan en ambas campañas de muestreo valores promedio de acumulación diferentes. El área de Loncura se diferencia de las demás áreas debido a la concentración de metales en biota", argumenta el estudio.
Y subraya que "organismos predadores y/o carroñeros marinos, como jaibas (peluda y mora) y caracoles (loco, caracol negro) mostraron los niveles más altos de acumulación de metales en sus tejidos (particularmente arsénico)".
Respecto a este punto, el intendente Aldoney destacó que "tenemos que ser capaces de desarrollar más programas de los que existen hoy día. Lo más probable es que existan metales pesados por la condición física del ambiente, lo que a nosotros nos interesa es recuperar y sacar adelante los proyectos que tenemos. Hay que ir recuperando en un conjunto de actividades y no de forma parcial".
Dado el informe final del IFOP el intendente Gabriel Aldoney, afirmó que existen dos mesas de trabajo "que están en relación al estudio y estamos trabajando medidas específicas. Aquí la idea es discutir y ver lo que vamos a hacer, tenemos la obligación de mejorar las acciones de la bahía por eso vamos a utilizar el Programa de Recuperación Ambiental y Social y también la gobernanza".
Aldoney, dijo que dado los antecedentes es "importante que el estudio se repita cada en uno o dos años más para ver el efecto que tienen las medidas porque el comportamiento del mar tiene muchas variables. Lo importante es establecer una metodología para seguir avanzando". Quien encabeza el Programa de Recuperación Ambiental es el Ministerio de Medio Ambiente, explicó Aldoney, y con ellos se van a proponer medidas directas a los pescadores para trabajar en materia de remediación.
"No se encontró evidencia de hidrocarburos tras el derrame. (...) Sería recomendable establecer un sistema operacional de monitoreo para mitigar el impacto"
Leonardo Núñez Montaner Director ejecutivo IFOP"
"Esto me parece un buen instrumento para enfrentar de una vez por todas la situación de la bahía. Desarrollar un proyecto que mejore las condiciones ambientales de la zona"
Gabriel Aldoney, Intendente regional"
Daño socioeconómico a los pescadores
En el análisis socioeconómico presentado en el estudio se dio a conocer que los pescadores después de registrado el derrame del 24 de septiembre del 2014 tuvieron una pérdida monetaria de $ 626 millones, lo que significó en algunos casos pérdidas de hasta un 50% de la producción. Los volúmenes de desembarque bajaron considerablemente en las caletas ubicadas en Quintero: El Manzano, Embarcadero y Papagallo. Hubo paralización de faenas por prohibición de extracción, los pescadores declararon impactos directos asociados a la pérdida de imagen y daño al turismo local. El estudio recomienda diseñar un plan de contingencias contra derrames.
711 páginas contiene el estudio para desarrollar las ocho líneas de observación que son descritas en el análisis. La mayor incidencia se da en relación a los metales pesados.
$ 626 millones en pérdidas da a conocer el estudio para los pescadores artesanales de la zona tras el derrame de petróleo ocurrido el 24 de septiembre de 2014.
$ 350 millones es el costo que tuvo el estudio, el cual fue solicitado por la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca). Intendente propone que se podría repetir análisis en dos años.