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Diputados de la región que votaron contra el reajuste explican cómo superaron presiones

ESCENARIO. Los parlamentarios reconocen que si el Gobierno decide enviar un nuevo proyecto deberá modificar el guarismo del 3,2%, porque de lo contrario el resultado será el mismo.
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"Si no cambian las condiciones volveremos a votar en contra", coinciden los diputados Christian Urízar (PS) y Víctor Torres (DC), los dos únicos parlamentarios de la región que, junto a otros 18 legisladores de la Nueva Mayoría, votaron en contra del veto presidencial que buscaba salvar el reajuste del sector público, pero que al no modificar el guarismo de 3,2% no concitó la aprobación de las organizaciones de trabajadores. La aclaración de cómo volverían a votar obedece a que, aunque aún no está totalmente definido, lo más probable es que el Ejecutivo envíe un nuevo proyecto que debiese ingresar antes del 28 de noviembre.

Reconocen también que votar en contra de este tipo de proyectos tan emblemáticos y significativos en tiempos en que el Gobierno está golpeado, no es fácil porque siempre existe presión ambiental y del Gobierno "que hizo todo lo posible para conseguir los votos".

Duro de roer

"Tuvimos intercambios de opiniones duras con gente del Ministerio del Trabajo y de la Segpres que apelaban a la lealtad con la Presidenta, de que somos la bancada del PS, la bancada del gobierno, que la lealtad tiene que estar por encima de todo, pero en realidad uno tiene que ser leal principalmente con la gente que uno quiere representar y en el tema de los trabajadores, siempre, no ahora, me he coordinado con la Anef, con la que llevo años trabajando; con la Confusam, la Fenats... Yo me reuní con ellos antes y comprometí mi voto de rechazo porque me parecía que el 3,2% era indigno y mezquino y me comprometí a sumar más adhesiones en mi bancada. Sin embargo, no me fue muy bien y en mi bancada solo votamos en contra tres de los 16 diputados socialistas", comenta.

"Urízar reconoce que esta el nivel de presione s aumentó. "El gobierno presiona y te señalan que al votar en contra ya no formas parte de la Nueva Mayoría; también el resto de la bancada. Es una situación incómoda pero yo soy hueso duro y frente a las decisiones que tomo no me voy a echar para atrás. Uno quisiera que el Gobierno mandara proyecto de ley que estuviera más en sintonía con los trabajadores y no terminar votando en contra del gobierno. Pero en estas cosas, cuando uno siente que las propuestas no están bien diseñadas, voté en contra y si el próximo proyecto no viene bien elaborado, volveré a votar en contra", agrega.

Nueva señal

A su juicio la propuesta de los trabajadores es que el guarismo del 3,2% suba sin una exigencia. "Ellos están esperando que el Gobierno les haga un gesto, que suba la propuesta y genere un espacio de bonos mejor. Pero la tozudez del ministro Rodrigo Valdés ha sido mayor. Una décima de punto son 45 mil millones, y si subiéramos a 3,6 que son cuatro décimas de punto, o sea 180 mil millones y esta cifra, en el presupuesto fiscal, no es una cantidad que vaya a generar una incomodidad. Se podrían dejar de hacer algunos estadios. Nosotros tenemos harta infraestructura deportiva que no se hizo este año porque el Ministerio del Deporte cumplirá con suerte el 50% de lo programado y ahí hay que meter mano. No digo sacar recursos de salud, pero si en infraestructura deportiva porque hay que ponerle más plata en el bolsillo a los trabajadores. Entonces si me quieren presionar del gobierno lo van a hacer y yo tendré que asumir que me tengan vetado o castigado. No sé cuáles serán las lógicas del gobierno pero yo no voy a cambiar mi proceder", puntualiza.

El parlamentario socialista admite que existe una soberbia que no se debiera no aceptar. "El gabinete político, partiendo por el ministro Nicolás Eyzaguirre, lo ha hecho pésimo y ellos tienen que asumir esa situación. Nos trajeron a votar una ley corta que no fue tal. Algunos tuvieron que venir del norte y del sur por un día, yo al menos soy de la región, y después devolverse y ahora exponen al Gobierno a una votación con cero voto positivo. ¡Por favor! Ellos tienen que hacer un análisis de cuántos van a votar en contra o a favor. Sabían que nadie iba a votar a favor e igual la ingresaron y ahora ponen un veto presidencial sabiendo que había grandes posibilidades de perderlo. Nosotros les avisamos, yo dije la semana pasada que iba a votar en contra y en la bancada éramos como 8 los que estábamos en contra y terminamos siendo tres por esto de las presiones. En la DC y el PPD también eran más y terminamos siendo menos porque el Gobierno se va encima de los parlamentarios y los presiona y todos sabemos que es así", explica.

Por eso, acota, "espero que la propuesta que venga ahora sea más acorde a lo que piden los trabajadores. Yo prefiero que se recorten otras áreas pero que no se le recorte al bolsillo de los trabajadores. Si la propuesta no sube del 3,2 y no se amplían los bonos que están pidiendo, lo voy a volver a rechaza".

Presión ambiental

El diputado Torres, en tanto, reconoce que "uno siente las presiones, pero la votación siempre termina siendo en conciencia y es lo que yo siempre he defendido en otros proyectos que ha enviado el gobierno y que yo he respaldado". En ese sentido advierte que "siempre hay una situación de presión ambiental constante pero nada más allá de lo habitual; no me sentí intimidado y claramente siempre van a haber cuestionamientos cuando alguien de la coalición no respalda una iniciativa del Ejecutivo en las condiciones que está pero yo lo desdramatizaría".

Por eso, apunta, "si el gobierno toma la decisión de ingresar un nuevo proyecto debiera ser en condiciones diferentes porque si no el resultado ya lo conocemos. Lo primero es que el gobierno sea capaz de retomar relaciones con la mesa del sector público y acercar cifras que permitan destrabar el conflicto".

El parlamentario DC considera que era absolutamente predecible que quienes votaron en contra del reajuste iban a votar en contra del veto que no subió la cifra. "No teníamos una nueva razón para modificar nuestra votación toda vez que si bien se establecieron nuevas modificaciones en torno a los bonos, el guarismo se mantuvo intacto y no había avances respecto a los requerimientos que los trabajadores públicos consideraban un reajuste digno y en ese sentido no podíamos, por consecuencia, respecto a nuestros mismos argumentos anteriores, respaldar esta vez el veto", aclara.

Déficit político

Por otro lado, añade, la situación de negociación, que estaba en punto muerto, entre el gobierno y la mesa del sector público, impedía avanzar en una propuesta que dejara satisfecho a ambas partes. Entonces no respaldé el veto por insuficiente y porque no se condescendía con la dignidad de los trabajadores".

Sobre el equipo político reconoce el déficit de manejo donde las conversaciones terminaron siendo en torno al veto. "No quiero personificar errores porque creo que la cuestión no está centrada en las personas sino que en la forma. Cuando hay proceso en que se cometen errores pueden ser modificados manteniendo a las mismas personas y a mí, más que saquen o pongan nombres, me interesa que cambien las formas en que nos coordinamos y tomamos decisiones de manera colectiva. Pueden traer un nombre distinto, pero si las formas se mantienen, persiste el problema. Ahí está la base de cómo somos capaces de retomar la conducción política y tener éxitos como gobierno para proyectarnos a lo que va a significar la elección presidencial del 2017", recalca.

"El Gobierno presiona... Es una situación incómoda, pero yo soy hueso duro de roer y frente a las decisiones que tomo, no me voy a echar para atrás"

Christian Urízar Diputado PS"

"Si el Gobierno toma la decisión de ingresar un nuevo proyecto debiera ser en condiciones diferentes, porque si no el resultado ya lo conocemos"

Víctor Torres, Diputado DC"