Secciones

La economía no miente

E-mail Compartir

El Guy Sorman, ensayista y periodista francés, plasma su visión y experiencia como docente de economía en el Institut d'Études Politiques de París en este libro, donde defiende la economía de libre mercado y su rol en el mundo. También muestra la evolución de la economía como ciencia social y las principales ideas, desde su perspectiva clásica liberal.

Con un lenguaje sencillo, el lector encuentra una síntesis de los principales consensos y estudios clásicos. Repasa temas como el crecimiento económico, la innovación, la pobreza, y el rol de India, Brasil, China y Rusia en la economía mundial, entre otros.

Especialmente hoy, cuando el sistema económico imperante es cuestionado constantemente, este libro permite conocer los principales argumentos de los defensores del libre mercado globalizado.

Sobre la Ley de Identidad de Género

E-mail Compartir

Sergio Salas

Landeau Académico

Escuela de

Negocios y

Economía,

PUCV

El próximo martes 13 de diciembre, el Senado de Chile deberá votar el proyecto de ley que permite que adultos y adolescentes, entre los 14 y 18 años puedan pedir un cambio de sexo en materia registral, sin la necesidad de contar con la aprobación de sus padres.

El proyecto de ley ha sufrido modificaciones desde su inicio, pero se mantiene un principio polémico. Un niño o adolescente menor de 18 años, tiene la facultad de decidir sobre su género, por sobre objeción de sus padres. En casos en los cuales alguno de los padres esté en desacuerdo sobre la decisión del hijo o hija, será, en última instancia, un juez quien lo determine.

El tema es complejo. Muchos estudios en psicología -y el lector con hijos adolescentes probablemente estará de acuerdo- plantean que la madurez fisiológica y psicológica parece ser alcanzada incluso más allá de los dieciocho años.

En mi opinión, dar la autoridad a un tercero, en este caso un juez, sobre esta decisión, es un error. Los padres son los directos responsables y cargan con los costos, de toda índole, concernientes con sus hijos menores de edad. De hecho, la ley, virtualmente, elimina costos futuros al menor por su decisión, pues al cumplir los 18 años la puede revertir.

Sin embargo, mi mayor preocupación en torno al tema es que esta ley sea una paso más de una agenda más amplia, que bajo el pretexto de preservar "derechos fundamentales" de un individuo, enajene a los padres de la instrucción y tutela de sus propios hijos. Me parece que se debe objetar la idea de que un tercero -juez, tribunal o gobierno-, sea el que sepa lo que es mejor para nuestros propios hijos.

sergio.salas@pucv.cl