Las sopaipillas son la comida favorita de los chilenos en la calle
NUTRICIÓN. Los hábitos alimenticios "al paso" de varios países latinoamericanos fueron analizados por la Universidad de Oporto. Para su consumo es determinante su disponibilidad, por lo general en la ruta al trabajo o en el camino de regreso.
Al ir por la calle, tras un día de trabajo o estudio, la primera opción alimenticia de los chilenos son las sopaipillas, determinó un estudio de la Universidad de Oporto (Portugal), cuyo objetivo fue saber cuáles eran las comidas más populares de América Latina.
Así, por ejemplo, el plato callejero favorito de Argentina resultaron ser las chipas (masas de almidón de mandioca), mientras que en Perú triunfó el emoliente, bebida hecha en base a granos tostados de cebada y hierbas medicinales.
Comida "al paso"
En Colombia, Panamá y Paraguay la comida favorita para consumir "al paso" son las empanadas, según la casa de estudios portuguesa.
En paralelo, por las callejuelas de Brasil son dominantes los pasteis, es decir, frituras rellenas con pollo, queso, en otros ingredientes, al tiempo que en Costa Rica son los helados callejeros conocidos como granizados; los shukos, en Guatemala; helados, en Portugal, y las hamburguesas, en Uruguay. Para la realización del estudio se encuestó a 803 personas en Portugal y 8.092 en Latinoamérica.
Consumidor joven
La investigación, titulada Estudio multicéntrico iberoamericano sobre comida callejera y nutrición, fue liderada por la nutricionista Ada Rocha. La investigación arrojó que en el consumo de estas preparaciones es determinante su disponibilidad, por lo general establecida en la ruta al trabajo o el camino de regreso a casa.
Rocha explicó que "los consumidores más jóvenes e instruidos parecen consumir más comida callejera, mientras las personas de las áreas de salud y alimentación parece que comen menos frecuentemente este tipo de alimentos".
Higiene
El estudio también expuso un crecimiento del 54% en la venta de comida callejera en Latinoamérica. Esto, a pesar de que un 65% de los encuestados, tanto en Latinoamérica como en Portugal, afirmó que los puestos de comida callejera no son ejemplos de limpieza. La investigación también arrojó un aumento de 18,2% en los episodios de diarreas y vómitos relacionados con el consumo de estos productos.
"Teniendo en cuenta el número de intoxicaciones alimentarias tras el consumo, es una prioridad mejorar tanto la higiene como la limpieza de las instalaciones y los manipuladores", explicó Rocha. Y agregó que "si la percepción del consumidor en relación con la higiene es correcta, ellos pueden protegerse a sí mismos, ya que la preparación higiénica en la venta ambulante de alimentos listos para comer es un recurso clave para salvaguardar la salud pública".
Expansión en chile
En el país "existen pocos estudios de inocuidad alimentaria en comida callejera. Sin embargo, esta forma de venta de comida se expande cada vez más, encontrándonos en ciertos sectores con un variada gama de ofertas, desde sopaipillas hasta preparaciones tailandesas", afirmó, en la presentación del estudio, la directora de Nutrición y Dietética de la Universidad San Sebastián, Priscila Candia.
Mayor fiscalización
Miles de personas, día a día, cubren parte de sus necesidades nutricionales consumiendo alimentos callejeros, debido al fácil acceso para la mayor parte de la población, evidenció el estudio portugués. Sin embargo, la comida callejera se encuentra más expuesta al riesgo de contaminación, "lo que representa un peligro para la salud de los consumidores. Esto, porque, en muchos casos, no se cuenta con las medidas higiénicas básicas ni la educación sanitaria para la manipulación de alimentos por parte de los vendedores. Esto puede llevar a que los alimentos se sometan a condiciones que pueden permitir la llegada y multiplicación de agentes infecciosos, convirtiéndose en vehículos de bacterias como salmonella, stafilococos y escherichia coli, entre otros", sostuvo Candia.
A raíz de lo anterior, la académica alertó que "surge la necesidad de aportar los medios necesarios para garantizar la calidad e inocuidad de estos alimentos, lo que debe incluir educación e información en la manipulación de los mismos.
La sopaipilla saludable es real
Dada su concentración de aceite, la sopaipilla no es considerada un alimento saludable. Sin embargo, académicos de Ingeniería Química de la Universidad Católica quisieron revertir esto a través de una receta "ideal": la masa debe tener un espesor de cuatro milímetros, 115 gr. de zapallo, 215 gr. de manteca y 50 ml de agua, para luego ser freída durante tres minutos a 170°C.
encuestados a lo largo de Iberoamérica participaron del estudio de la Universidad de Oporto. 9.705
se ha incrementado la venta de comida callejera en los países de la región analizada. 54%