P. Boltei / C. Rojas
Pese a la polémica que ha surgido en estos días tras el anuncio de Chile Vamos de presentar un proyecto de ley que endurecerá las normativas de inmigración, algunos extranjeros residentes aseguran no haberse sentido discriminados en estas tierras, aunque tienen claro, en particular los colombianos, que hay un racismo y clasismo latente en parte de la población nacional, por lo que piden no involucrarlos a todos en la percepción de delincuencia que se ha acrecentado por culpa de algunos pocos que cometen ilícitos en ciudades del Norte, como Antofagasta.
La iniciativa de la derecha contempla regular de manera más rigurosa la permanecia de inmigrantes, considerando la expulsión inmediata de quienes no tengan su documentación en regla, de los condenados por delitos y de los que no tengan un patrimonio suficiente como para solventar sus gastos básicos una vez que ingresen al país.
La idea ha generado diversas críticas, en particular el punto relativo al patrimonio económico, puesto que muchos inmigrantes llegan al país precisamente en busca de una oportunidad para dejar atrás la pobreza e incluso algunos vienen escapando de graves conflictos sociales y dramas humanos, como el que se vive en Haití, mientras que en el caso de la delincuencia, los detractores de la iniciativa argumentan que las tasas de delitos cometidos por extranjeros residentes no superan el 1% de esa población.
"Muchas de las bandas de delincuentes que hay en Chile, como las que clonan tarjetas, son de extranjeros", dijo el ex Presidente Piñera, lo que encendió aún más los ánimos, mientras que otro precandidato presidencial de la derecha, el senador Manuel José Ossandón, señaló que "las puertas del país, como las de la casa, se abren, pero no para todos", afirmaciones que han provocado que sus detractores los tilden de populistas, entre otros epítetos más duros.
Uno de los extranjeros que llegó a Chile en búsqueda de mejores oportunidades laborales es el colombiano Steven Valencia, de 24 años, quien está hace unos 11 meses en el país, porque tenía familiares en Santiago quienes le dijeron que las oportunidades de trabajo eran buenas acá. Cuando llegó, cuenta, "me recibieron muy bien los chilenos, gracias a Dios, no he tenido problemas ni discusiones con nadie. He encontrado gente pesada pero no le presto atención a eso, como en todos lados".
Valencia vive actualmente con su pareja y con su hermana, ambas colombianas también, en Santiago. Él viaja todos los fines de semana para allá, mientras que de lunes a viernes vive acá porque trabaja como maestro en una obra pública de mejoramiento de pavimento que se realiza en calle Ecuador, en el centro de Viña del Mar, que inició obras hace dos meses aproximadamente. "Como tengo los papeles en trámite, se han demorado mucho, y por eso me ha costado encontrar trabajo más estable en Santiago. Hoy me toca trabajar así no más", se lamenta.
Valencia cuenta que su hermana y su pareja, quienes llegaron a Chile hace tres meses, encontraron trabajo de inmediato. "Llegaron directamente a trabajar en una bodega con lociones de Carolina Herrera, Antonio Banderas".
Sobre la discusión de modificar y hacer más estricta la ley de inmigrantes, Valencia dice que "como extranjero uno llega como con curiosidad y en busca de estabilidad laboral y creo que todos tenemos derechos... en Colombia los ajenos al país llegan y son bienvenidos, nadie los discrimina por su forma de hablar, por su color. Pese a eso, estoy de acuerdo con modificar la ley, porque veo mucho las noticias y sí se encuentra mucha delincuencia, pero por parte de los mismos chilenos y de extranjeros también. En el caso de nosotros los colombianos, donde se ve más delincuencia y prostitución es en Antofagasta, y por eso creo que lo que se debiera hacer es que en el control de las fronteras se revisen los antecedentes penales de cada persona, hay mucha gente que tiene antecedentes, que no ha definido su situación penal en algunos países y nadie sabe si viene a hacer cosas buenas o malas, pero creo que sólo eso".
De todas formas, sostiene que "está mal que culpen a los extranjeros por la mayor parte de los robos, porque no es así. Acá también se ve mucha delincuencia, ¡demasiada! El lunes se habían metido a robar a la bodega, se habían robado bananos, celulares, dinero... y me sorprendo porque se ve en las noticias que los colombianos esto, aquello, y yo digo sí hay gente que hace las cagadas, pero no nos podemos culpar por todo y a todos, es que muchos vinimos a trabajar".
De hecho, aspira a poder quedarse a estudiar acá pronto, una vez que le entreguen sus documentos de residencia. "Quiero estudiar medicina o cocina, es un país con muchas oportunidades y espero quedarme acá mientras tenga trabajo. Me gusta Chile, y Viña, la gente es muy buena, mis jefes y compañeros son muy buena gente, siempre hay gente pesada, pero muy poco, hay una persona que trabaja por acá y todos los días tira bromas pesadas, pero no lo tomo en serio".
La venezolana Soraya Peña, de 34 años, llegó a Chile recientemente, el 4 de noviembre, y cuenta que no tuvo problemas de adaptación. Tiene un título como especialista en Mercadeo, pero no ha logrado afianzarse en su país, por lo que decidió venir a probar suerte a estas tierras, donde cuenta que la inserción ha sido más fácil de lo que esperaba, pues logró encontrar trabajo rápidamente, si bien no en su calidad de mano de obra calificada, pero con un buen comienzo como vendedora en una tienda de artículos importados desde China, en la calle Esmeralda de Valparaíso.
"Me vine a juntar con mi hermana acá, decidí venirme para Chile porque es un país que está estable económicamente, es un país muy tranquilo y pacífico en todos los sentidos, y realmente nos han abierto las puertas, tenemos muchas oportunidades", aseguró Soraya, quien vive en Valparaíso junto a su hermana, en la calle San Ignacio.
El clasismo y racismo que caracteriza a buena parte de la población chilena, exacerbado con la reciente iniciativa de la derecha para endurecer las leyes de inmigración y con las palabras del ex Presidente Piñera, entre otros, no lo ha vivido en carne propia, "al contrario, no puedo decir eso porque me han aceptado muy bien, hasta el momento no tengo nada que decir, no me he sentido discriminada ni aquí con las personas que vienen a comprar, ni en los establecimientos como panaderías, supermercados u otros locales".
Es más, la caribeña agradece "la suerte de conseguir un trabajo a los pocos días de haber llegado, llegué un día jueves y ya el lunes estaba trabajando aquí, igualmente mi hermana y mis compatriotas, porque estoy viviendo en una residencial de puros venezolanos y ellos también han conseguido trabajo rápido".
Incluso cuenta que "nos han dado la oportunidad de emplearnos porque dicen que somos unas personas muy trabajadoras, muy serias y responsables, y realmente Chile nos ha brindado la oportunidad de arreglar nuestros papeles, se está haciendo por citas, pero es muy sencillo a la hora de arreglar los papeles legalmente para ser un ciudadano chileno".
No obstante, precisó que si bien no ha sufrido discriminación, sí ha observado un cierto resquemor de los chilenos hacia los colombianos, asegurando que "a nosotras las mujeres venezolanas nos confunden mucho con las colombianas, y entonces tenemos ese problema que nos preguntan '¿eres colombiana?', y se alejan, pero cuando digo que soy venezolana la actitud cambia".
Esto lo atribuye a que en el Norte, en especial en Antofagasta, se han producido hechos delictivos por parte de colombianos, y además algunas colombianas ejercen la prostitución. "Aquí veo que tienen bastantes restricciones los colombianos, y he escuchado que también hay restricciones hacia los haitianos, por culpa de unos pocos que traen delincuencia. Yo no lo he visto, porque de la casa me vengo al trabajo y del trabajo a la casa, pero por lo que he visto en el periódico, hay colombianas que se están prostituyendo y por eso creo actúan de esa forma cuando nos confunden, pero cuando ya digo el país la actitud cambia".
"Se ve en las noticias que los colombianos esto, aquello, y yo digo sí, hay gente que hace las cagadas, pero no nos podemos culpar por todo y a todos, es que muchos vinimos a trabajar"
Steven Valencia, Joven colombiano"
"No me he sentido discriminado, para nada, me tratan bien acá en Chile, aunque prefiero no opinar (sobre iniciativa) porque no soy un jefe, nada del país. Ellos saben cómo va el país, si dejan entrar a más personas o no"
Chrisnol Mathieu, Haitiano residente en Santiago"
Joven haitiano aseguró que lo tratan bien
Chrisnol Mathieu es un haitiano de 32 años que vive en Santiago pero ayer, por razones de trabajo, estaba repartiendo mercadería en un restaurant peruano de calle Esmeralda, en Valparaíso. Concuerda con la venezolana en que no ha vivido ningún tipo de discriminación en Chile. "Me tratan bien", aseguró, y respecto de la polémica surgida en estos días por la inmigración, prefirió no opinar "porque no soy un jefe, nada del país. Ellos saben cómo va el país, saben si pueden dejar entrar más personas o no, no puedo decir nada de eso".
2,4% de la población penal del país en 2015 eran extranjeros, según cifras de Gendarmería. Uno de los principales delitos por los que fueron detenidos migrantes es el tráfico de drogas.
41 años tiene la ley de inmigrantes vigente en nuestro país. La Nueva Mayoría espera modificarla antes de terminar el mandato de la Presidenta Michelle Bachelet.