Secciones

ENTREVISTA. Jaime Bellolio, diputado y candidato a la presidencia de la UDI:

"Al entender a esta nueva izquierda podemos ir a enfrentarla en su espacio"

E-mail Compartir

Paola Passig

"Mientras más nos juntamos con militantes de base, mejor nos va; así que mientras más personas voten, más ganamos", advierte el diputado Jaime Bellolio, quien encabeza una de las dos listas que competirán el 11 de diciembre por la presidencia de la UDI. Dos listas que comparten el fondo, pero difieren en el diagnóstico y donde Bellolio remarca la necesidad de enfrentar a una nueva izquierda gramsciana que viene observando con atención desde que era dirigente de la FEUC y que ahora sigue observando en la Cámara. "Me gusta saber por qué la gente piensa como piensa", confiesa al explicar su cercanía con Boric, Jackson, Cariola o Vallejo porque "somos distintos, pero no enemigos".

- En mayo pasado su nombre sonaba como el sucesor natural de Hernán Larraín, pero se arrepintió. ¿Por qué cambió de opinión?

- En mayo, cuando había que terminar el periodo de Larraín, no estaba listo el mecanismo de un militante un voto. Y es la principal razón por la que dijimos que no. Ya que para hacer los cambios que estamos proponiendo -que tienen que ver con una mirada hacia el futuro, con una descentralización y un liderazgo más horizontal- era condición que fueran los militantes quienes escogieran ese proyecto porque son ellos los que le dan la legitimidad y la energía para que sea posible. De lo contrario habría sido lo mismo de antes.

- ¿Cuáles son las diferencias con la senadora Van Rysselberghe?

- En lo sustantivo no tenemos mayores diferencias porque sino estaríamos en partidos distintos, pero en lo simbólico sí creo que representamos algo distinto. Nosotros tenemos la vista puesta en el futuro, queremos hacer un proyecto para los próximos 20 años. Y de ahí el eslogan de "Una UDI para Chile" y que es lo que ha marcado al partido en los últimos años. Lo segundo tiene que ver con lo que nosotros denominamos la Nueva Izquierda que Van Rysselberghe dice que no existe. Pero la última vez que ninguneamos a esta nueva izquierda fue el 2011 -cuando muchos dijeron "no se preocupen si estos cabritos que salieron a marchar se van a acabar en junio igual que siempre"- y por ningunearlos terminamos con un proyecto refundacional que nos tiene hoy como estamos. La segunda vez que los ningunearon fue con Jorge Sharp, que sacó el 53% de los votos, porque él entendió que podía juntar distintas causas y crear un relato en torno a ellas. Entonces suponer que esta izquierda es la misma de los 80 y los 90 es cegarse frente a la realidad. La antigua izquierda era leninista y la nueva izquierda es gramsciana. Se trata de un fenómeno mundial. Y no entenderlo es un grave error porque ellos van en alza y son los que pautean a este gobierno ya que el PC ha perdido fuerza precisamente por estos grupos. El PC perdió el colegio de profesores por estos grupos que se van por la izquierda, no por el centro, y lo mismo va a empezar a pasar en la CUT y en otros movimientos sindicales.

- ¿Le preocupa?

- Decir aquí no ha pasado nada y en estos últimos cinco años no hay ninguna diferencia, lo entiendo desde la lógica de que a algunos les puede resultar incómodo algo nuevo que no conocen y quieran ir a terreno conocido, pero la experiencia mundial da cuenta que hay una nueva izquierda que está buscando un nuevo relato. Lo que está haciendo Ecuador, Nicaragua, Bolivia no es convertirse en Corea del Norte, sino que es otra lógica que por suerte está en retroceso. Entonces al entender a esta nueva izquierda podemos ir a enfrentarla en sus espacios.

- ¿Cómo se enfrenta a esta izquierda?

-En el pasado la UDI fue a terrenos que eran monopolio de la izquierda como fueron las universidades, los sindicatos y los campamentos. Y hoy lo que tenemos que hacer es ir a entregar nuestros argumentos a esos espacios públicos. ¿Entonces cómo se hace? Exponiendo nuestras ideas en el espacio público. Para eso hay que tener propuestas de futuro, y comunicarlas pero no solo en el Congreso, en la sociedad y nuestra lista quiso reflejar eso de que la política no se hace solo dentro del Congreso o en la murallas de las actuales instituciones. Y creo que están en crisis porque la política desborda las murallas de las instituciones. Eso explica que nuestra lista sea desparlamentarizada porque el único parlamentario soy yo y el resto son dirigentes sociales, concejales, vienen de diversos mundos porque es ahí donde se debe hacer la política del futuro.

- ¿Hay distintos énfasis en materia de regionalización?

- Al menos nuestra propuesta es tener mayor poder en las regiones. Y no solo queremos decirlo sino que hacerlo porque en el pasado se ha dicho pero no se ha hecho. Hay que entregar mayor poder de decisión a las regiones y a las comunas con un liderazgo horizontal y descentralizado.

- ¿Y qué le parece la figura del gobernador regional?

- Hay que elegir intendentes que no sean floreros. La propuesta del Gobierno es elegir al presidente del Core que maneja el 10% de los recursos mientras que el representante del Ejecutivo manejará el 90%. O sea, mientras no traspasemos las funciones de los servicios a las regiones, y que sean descentralizadas, las regiones no van a tener ninguna incidencia.

- ¿El golpe militar del 73 genera alguna diferencia en ambas listas?

- Ellos han planteado esa diferencia porque como ellos mismos dicen tienen la vista puesta en volver. Nosotros creemos que todos cabemos en la UDI, que podemos tener diferencias de interpretación respecto al pasado y que son legítimas porque tenemos distintas edades y vivencias, pero hay ciertos puntos en que no podemos estar en desacuerdo y entre ellos está el respeto a la dignidad humana. Y ahí nos diferenciamos de la izquierda rápidamente porque nosotros condenamos toda violación a los DD.HH., como las que ocurrieron en Chile en el pasado y las que ocurren hoy en el mundo. Entonces, muere Fidel Castro y la izquierda lo primero que hace, y se suma la Presidenta, es decir que hay una lucha por la dignidad del pueblo cubano. Uno se pregunta ¿se refieren a los dos millones de exiliados, a los presos políticos, a los que han sufrido la violencia de la revolución? Porque es contradictorio decir que se quieren defender los DD.HH y al mismo tiempo celebrar a quien los restringe permanentemente.

- Entonces,¿se busca romper la lógica del sí y el no?

- La lección de la UDI no puede ser el plebiscito. No es sobre el sí y el no, sino más bien cómo enfrentamos el futuro y cómo queremos proyectar lo que la UDI ha hecho. Yo me siento orgulloso de la historia de la UDI. Me acusan de querer jubilar a los mayores y de querer borrar el pasado. Yo me pregunto ¿me apoyaría el senador Moreira si eso fuese así? ¿Iría a la vicepresidencia Julio Dittborn, que fue el segundo presidente del partido tras Jaime Guzmán, si eso fuese así? Por supuesto que no. A julio le tocó enfrentar un nuevo ciclo en la UDI en los 90 y espero que ahora junto enfrentemos este otro nuevo ciclo el 2016.

- ¿Y a nivel regional?

- Me apoyan Edmundo Eluchans, actual vicepresidente, y los parlamentarios de la zona Arturo Squella, Osvaldo Urrutia, María José Hoffmann. Y en nuestra lista está la exseremi de Gobierno de Sebastián Piñera, María Eugenia Silva. Todos con contacto en la calle, donde las papas queman.

- Y a nivel de alcaldes, ¿cómo están los apoyos? La lista contendora señala que la mayoría en la región está con la senadora.

- Creo que están equivocados. Deberían repasar sus datos. Primero que hay que transmitir a todos los militantes que el voto es secreto y ellos pueden votar con toda tranquilidad por quien creen es el mejor no solo para la UDI, sino que para el país en los próximos 20 años.

"Nosotros sabemos que somos desafiantes, que no tenemos la máquina más grande, pero sí tenemos más energía y más militantes de base, y por eso quisimos que no hubiera barreras para oponerse a una mayor votación""

"Me interesa el enfoque de DD.HH. en la política migratoria porque los hijos de los migrantes serán chilenos. Y como el 97% de los chilenos somos mestizos, hay que tener una mirada desprejuiciada, sin discriminaciones: la centro derecha no puede caer en la contradicción de estar a favor de la globalización y no querer libre tránsito de personas""